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“A veces me pregunto si esto en un sueño porque se siente como un cuento de hadas. Sí, esos cuentos que leía de pequeña que una persona fea y destruida se puede convertir en algo hermoso…”

“¡Yo soy Kiery! ¡Kiery! ¡Kiery la más hermosa!”, gritaba con regocijo.

“¡Callate, Kiery! ¡Puedes hacer lo que sea y siempre fea te quedas!”, dijo mi hermano mayor mientras se burlaba.

“¡Oh, ya vino a arruinar mi mañana”, pensé.

Ese día estaba tan feliz porque era mi primer día de clases luego de mi cambio de imagen.

"¡Kiery!”, escuché gritar a una voz familiar

Naslie era mi mejor amiga desde la infancia, y desde que estudiamos juntas en el Beselit High School siempre me ha ayudado a transportarme.

“¡Naslie!”, dije con una sonrisa en el rostro.

“¡Oh, Kiery! ¡Estás hermosa!”, gritó. “Nunca me dejaste venir ni me quisiste mandar foto de tu nuevo look”

“¡Perdón! Sorpresas son sorpresas”- dije mientras reía.

“¡Pero me traías con la duda! ¡Te odio, Kiery! ¡Nunca debes dejarme así!” dijo Naslie intentando estar seria, pero sin evitar reírse. “Bueno, ¡Vámonos!”, añadió mientras miraba su reloj.

Tomé mis cosas y fui con Naslie al instituto.

Al llegar al instituto miradas de asombro fijadas se fijaban en mí y se lograban escuchar algunos murmullos.

“¿Quién es esa chica? ¿Qué hace con Naslie? ¿Naslie ha cambiado de amiga?”, se podía escuchar entre los murmullos.

Llegado a este punto, quizá debamos retroceder…

~Un año antes~

“Buenos días, alumnos. Como todos sabrán, hoy llega una chica nueva que gracias a una beca había estado estudiando en el extranjero. De igual manera, gracias a una beca ha ingresado a nuestro prestigioso Beselit High School.”, dijo la profesora Montes a su clase.

En ese momento empezaron los murmullos en la clase donde todos se preguntaban qué tan linda sería la chica nueva

“Pase, señorita Soleil”, dijo la profesora mientras sonreía.

De repente se vio entrar a una chica que sin dudas no cumplía con las expectativas de ninguno de los estudiantes allí presentes.

“Wow, con su cara puedo guayar un queso” “¿¡Puede acaso alguien ser tan gordo y feo!?”- se podía escuchar entre los murmullos del salón.

Por supuesto que pude escuchar todo esto y me sentí demasiado incomoda

“Silencio”, dijo la profesora.

“Profesora, me gustaría proceder directamente a sentarme”, dije un poco afligida.

“Está bien, señorita Soleil”, contestó la profesora. “Puede sentarse por allá.”

El lugar donde señalaba la profesora estaba entre un grupo de estudiantes que a leguas se notaba su hostilidad hacía mí.

Cuando fui a sentarme, Aslin, una chica del grupo me atravesó el pie logrando que me cayera

“¡Uppsis!”, gritó Aslin. “Perdón, fue un accidente.”, dijo fingiendo estar afligida

“¡Ja, tan cliché!”- pensé mientras me levantaba.

“No te preocupes. Los accidentes pasan.” – contesté con una sonrisa.

“Quizá fue lo que pasó cuando naciste, perr*”- susurré.

¿Dijiste algo?”- preguntó Aslin

“No, nada”- contesté con un tono sombrío

“Bueno, chicos.”, dijo la profesora. “Ya que Kiery acaba de ingresar explicaré lo que pasa durante este mes nuevamente”.

La profesora explicó a la clase que durante un mes las clases serian solamente con ella ya que ella es la profesora encargada y durante ese mes debía hacer entender a sus alumnos cuáles eran las reglas de la escuela.

Yo había entrado dos semanas más tarde que los demás así que de este mes solo quedaban dos semanas.

Pasaron los días y mis compañeros continuaron demostrando que realmente no me querían allí

Una mañana la profesora Montes se disponía a empezar su clase como de costumbre hasta que…

“Buenos días, profesora Montes”, se escuchó a una voz masculina saludar.

“Buenos días, profesor Tormes”, contestó la profesora Montes.

“Aquí le traigo a una nueva estudiante que viene desde el extranjero”, le explicó el profesor Tormes. “Aquí están los informes de la estudiante”, añadió mientras le entregaba los documentos que estaban en sus manos.

“¡Gracias!”, dijo la profesora mientras leía los documentos. “¡Oh! ¡Pase, señorita Pinales!”

Fue este el momento donde los murmullos empezaron…

“¡Oh, que hermosa!” “¡Wow, tenemos a una preciosura de compañera!”, se podía escuchar entre los diversos comentarios.

“Tan diferente a cuando yo entré, ella apenas llegó y ya la aman”, pensé afligida.

“Señorita Pinales, cerca de la señorita Soleil hay un asiento vacío que usted podría ocupar”, dijo la profesora con un tono cálido.

“¡Gracias, profesora!”, dijo la chica con mucho entusiasmo.

“¡No! ¿¡Cómo que cerca de mí!?”, pensé un poco exaltada

En ese momento sólo pensé en cómo todos se juntarían para poder hablar con la nueva “belleza”.

“Hola, ¿nos conocemos?”, dice la chica nueva con un tono suave.

¿Por qué nos conoceríamos?, respondo de muy mal humor.

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