El cielo estaba nublado y las gotas de agua caían al suelo mojando todo a su paso.

　　Las parejas, cogidas de la mano, se apresuraban a llegar al coche, mientras los perros y gatos buscaban refugio bajo los árboles o los portales de las casas.

　　Me hacía gracia como la gente corría asustada por simples gotas de agua, como si fuera a infectarles con algún extraño virus.

　　Sin embargo, a mi me encantaba, era una forma en la que las calles permanecían tranquilas y silenciosas, era como una ciudad fantasma.

　　Caminé apresurada durante largos minutos, el silencio inundaba las calles, descartando el ruido que hacen los coches que pasan.

　　Llegué al supermercado despidiendome de la tranquilidad, al escuchar los gritos de los padres buscando a sus hijos en los pasillos o a las ancianas que hablan entre ellas en susurros que se juntan formando un gran barullo.

　　Me coloqué los auriculares y conecte la música, Believer de Imagine Dragons sonaba a través de estos. Uff...como me gusta esta canción.

　　Caminé por los pasillos buscando los estantes de comida precocinada, hasta dar con ellos.

　　Busqué entre estos lo más apetecible, pero nada parecía llamarme la atención.

　　Decidida me encaminé a los estantes de dulces y cuando pude divisarlos, corrí rápidamente hasta llegar junto a los pastelillos.

　　Me concentré intentando decidirme entre los de chocolate o los de crema. Pff...¿por qué soy tan indecisa?

　　Levanté la mirada para buscar entre ellos más cosas y entonces encontré los rellenos de fresa, alegre por probar nuevos sabores los cogí, pero cuando estaba dispuesta a irme una duda se formó en mi mente ¿y si

　　luego no me gustan? Me habré gastado el dinero para nada y además terminaré sin comer nada. Una vez más volví a dejarlos en su sitio.

　　En ese momento un grito inundó los pasillos y tras este otro. Esto hizo que las personas se asustarán a mi alrededor formando un descontrol entre la gente.

　　El sonido de un disparo se escuchó al final del pasillo en el que me encontraba. Giré mi cabeza en busca de alguien con arma, no obstante, no encontré a nadie.

　　Respire profundamente, antes de

　　caminar hasta el final del pasillo buscando al culpable de semejante ruido. No había nadie.

　　Otro disparo sonó, provocando que las personas salieran huyendo del supermercado. Sin embargo, ahí seguía yo, como estúpida y curiosa.

　　Me encaminé en dirección a los baños con pasos firmes, descubriendo unos pasillos vacíos.

　　Otro disparo.

　　Corrí mas deprisa, en dirección contraria al sujeto que disparaba, no obstante, me detuve en seco cuando unos brazo me rodearon, atrayendome al instante al interior de los aseos.

　　El sujeto, quien aún no podía ver, me tapó la boca para mantenerme en silencio.

　　Decido no hablar, esperando a que aparte sus manos de mi, dispuesta a explotar.

　　Este, como si hubiera leído mis pensamientos, aparta sus brazos dejándome libre.

　　—¡¿Eres imbecil o peinas calvos?!—Comienzo a gritar dándome la vuelta para ver a la persona que me ha "secuestrando" —¿Quien te crees par...?—Soy interrumpida por mis pervertidos pensamientos al ver al pedazo hombre que hay en frente de mi.

　　¡Oh dios mío! ¿De dónde ha salido este dios griego? Es hermoso. Osea

　　¿hello?.

　　—Mis ojos están aquí —Me saca de mis pensamientos con una ronca y sexy voz.

　　Obedezco a sus palabras y levantó la mirada.—¿Quie.?—Vuelvo a

　　quedarme en blanco al ver sus ojos. Ogg.¿Es que a su madre no le

　　vasto con el cuerpazo también añadió los ojos?

　　Este tío es increíble, no debe tener ningún desperfecto. Podríamos salir al cine, ser una pareja que corre por la playa cogidos de la mano y luego

　　casarnos. Tener unos hermosos mellizos que se parezcan a él y sus nombres serían....Dylan y Katy... y el apellido... ¡Espera! ¿Cual es el apellido de este chico?

　　Muevo la cabeza de un lado a otro volviendo al presente y lo miró con una vergonzosa sonrisa.

　　Él me mira enarcando las cejas confundido por mi comportamiento.

　　—¿Quien eres?—Es lo único que logró preguntar acompañado de una enorme sonrisa.

　　—Alguien que te acaba de salvar—Dice pegandome mas a la pared—No te preocupes, saldrás de aquí viva. —Informa, deslizándose por la pared hasta el suelo.

　　Desvío la mirada de él, mirando atentamente el lugar. Estamos en un baño, uno bastante sucio y maloliente. Las puertas de los pequeños cuartos con váter están abiertas, dejando salir un fuerte aroma. El techo está cubierto de un raro color marrón. En pocas palabras, este baño es horrible.

　　Vuelvo a dirigir mi mirada hacia el chico, volviendo a sorprenderme por sus rasgos.

　　No imaginé que existieran personas así.

　　— ¿Porque diablos no te has ido como todos? — Indaga, sacándome de mis pensamientos.

　　Desvío nuevamente la mirada.

　　¿Por qué no me había ido?

　　No era necesario ser muy listo para saber que era estúpida.

　　—Porque... Estaba muy lejos de la puerta. — murmure. Mentira.

　　Tras unos segundos vuelvo a mirarlo.

　　—¿Cuál es tu nombre? . —Él me mira durante un instante y después baja la cabeza a sus manos, que se encuentran enlazadas en sus piernas.

　　—Nick— Informa con una sonrisa.

　　Tras estas cortas palabras, más disparos se escuchan fuera. Esta vez parecen ser muchos más que antes.

　　Miro a Nick una vez más, él al darse cuenta sube la mirada hacia mi, mientras me guiña un ojo descaradamente.

　　Que repugnancia.

　　Odio a los chicos que se creen superiores por tener un buen físico. Pues... ¿sabes que Nick?

　　Ya no pienso brindarte la oportunidad de tener hijos conmigo.

　　—Han venido a por nosotros—Afirma levantándose, quedando un cabeza más alto que yo.—¿Estas lista para salir de aqui?

　　Asiento pasándome la mano por la barriga, que ruge sin descanso.

　　—Cualquier persona en tu lugar estaría llorando. — Comenta. Sonrio desinteresada, sin mirarlo.

　　—Bueno, no soy cualquier persona. — Contesto.— Deberían tenerme miedo, han interrumpido mi momento de búsqueda alimenticia.

　　Lo miro fijamente intentando averiguar cuál es su expresión, pero no encuentro nada, más que una seria mirada.

　　Me preparo, dispuesta a salir detrás de él, con el corazón latiendo aceleradamente y miedo.