About
Table of Contents
Comments

  Un estruendo se escuchó a lo lejos, las nubes poco a poco se apoderaban del cielo azul. Una habitación grande albergaba a una joven, recostada sobre una cama enorme. Un gran suspiro por parte de la chica la hizo despertar, miro a su alrededor tratando de averiguar en dónde se encontraba. Observó su ropa, se extraño al notar que están vestida con un atuendo negro, un vestido que le llegaba hasta las rodillas y unas zapatillas del mismo color.

  Bajo de la cama y camino hacia una de las puertas, a su vista parecía ser la salida de ese lugar. Llego hasta un pasillo que la condujo hasta unas escaleras, bajo cuidadosamente de éstas sin hacer algún ruido que la comprometiera. Un nuevo pasillo, llamó su atención al tener al final de éste una puerta grande, que presumía ser la salida de ese lugar extraño para ella. Cuando estaba por llegar observó que había dos entradas cerca de la puerta, una que conducía hacía lo que parecía la cocina y la otra hacía la sala.

  Se adentro hacía la que daba a la sala, observó el lugar por un momento tratando de recordar, pero era inútil. Cuando volteó un hombre alto, cabello negro y ojos azules estaba justo en frente de ella.

  —Aiden, ¡Estás viva! —dijo aquel hombre y después la abrazó, el chico sintió un gran alivio al verla caminando.

  —¿Quién eres tú? —cuestionó la chica.

  —¿Qué? —dijo el chico extrañado por la pregunta—, soy yo, Damon.

  —No sé quien eres, por favor apartate de mi.

  Respondió la chica y se alejo de él.

  —¿Estas bien? —preguntó con preocupación.

  —No, no lo estoy. No sé quien eres, no conozco este lugar y ni siquiera sé que estoy haciendo aquí.

  —¿No recuerdas nada? —cuestionó nuevamente y la chica negó—, ¿qué te pasó?

  —No lo sé, es algo que trato de averiguar —expresó con miedo—, ¿dónde estoy?

  —Estas en Mystic Falls, Virginia —respondió Damon—. Mi nombre es Damon Salvatore y se podría decir que somos amigos.

  —¡Es imposible! —dijo la chica con negación—, necesito recordar algo. Mi último recuerdo es en una fiesta de la universidad en la que estudio, en los Ángeles. Estaba con mis amigos y conocí a una chica que...

  —Espera, no estoy entendiendo —la detuvo Damon—, si no eres Aiden, ¿quién eres?

  —Mi nombre es Jaden Smith, soy de Inglaterra.

  —Siempre quisiste ser de Inglaterra.

  —No, yo soy de Inglaterra —dijo la chica tomando sus manos—, si eres mi amigo ayudame a salir de aquí.

  —¡Vaya! —se escuchó detrás de ambos—, parece que mi ropa te ha quedo bien. Y yo ya venía a tu funeral.

  —¿Funeral? —preguntó la chica nerviosa mirando a Damon.

  —¡Katherine vete de aquí! —dijo Damon—, aunque ya que estas aquí deberías disculparte con ella.

  —¿Por qué?

  —Fui yo quien te mato y la verdad, no era para ti —respondió Katherine—. Fue un penoso accidente, que no volverá a pasar. Por suerte la sangre de Rebekah estaba en tu sistema, por que si no...

  —No puedo estar muerta, estoy aquí con ustedes dos, hablándoles —dijo la chica con sorpresa—, ¿cómo puede ser que este muerta?

  —No entiendo, ¿qué significa esto? —cuestionó Katherine.

  —Lo que sucede es que no tengo idea de quienes son ustedes y ya me cansé —dijo la chica alejándose de ambos—. Voy a volver a casa y olvidar que todo esto pasó.

  La chica camino hasta la puerta, pero Damon con velocidad la detuvo, poniéndose en frente de ella.

  —¿Cómo hiciste eso?

  —Por que soy un vampiro —respondió Damon—, ahora toma esto —dándole una bolsa de sangre— y así podrás completar la transición.

  —¿Vampiro? —dijo la chica con miedo—, eso significa que yo soy un...

  —Un vampiro.

  —No, eso no puede ser cierto. Tengo una vida y tengo planes —respondió con negación—. Los vampiros están muertos, no puedo estarlo.

  —Creo que tienen mucho de que hablar —comentó Katherine—, y yo no tengo nada que hacer aquí. Vine a disculparme y ahora me voy, buena suerte.

  Katherine salió de la casa dejándolos solos.

  —Escuchame, Aiden, Jaden —dijo Damon tomándola de los brazos—, voy a ayudarte, pero debo saber qué pasó. Porque ahora eres tú y no ella.

  —No lo sé.

  —Necesito más que un "no lo sé" —expresó—. Hay cosas en juego, hay muchas cosas que hiciste. Y si no fuiste tú, lo hizo Aiden. Cosas malas. Y habrá aquellos que quieran desquitarse.

  —Pero yo no... ¿Qué hice?

  —Es una larga lista, pero ahora lo más importante es completar la transición —respondió dándole la bolsa de sangre—. Confía en mi, todo esto mejorara.

  —¿Estas seguro?

  —Si.

  La chica tomó la bolsa y comenzó a beber de ella. Sus ojos cambiaron de color, tomaron un tono oscuro y unas venas cafés brotaron de éstos.

  —¿Estas mejor?

  —¿Por qué esto me sabe bien? —cuestionó la chica.

  —Por que ahora eres un vampiro y los vampiros se alimentan de sangre —respondió—. Ahora lo más importante, como probablemente sabes, los vampiros no pueden salir al Sol porque, nos broncea al doble de lo normal y morimos, en pocas palabras quedamos hechos cenizas.

  —Entonces, ¿no volveré a salir de día?

  —Me tienes a mi y solucione tu problema, toma esto —dijo dándole un anillo—. Te protegerá contra el Sol.

  La chica tomó el anillo y lo dejó sobre la mesa que estaba a un lado de ellos. A pesar de que había entendido todo lo que Damon le había dicho, aún no podía recordar nada. No podía con todo ese problema.

  —Vas a estar bien, Jaden.

  —¿De verdad lo crees?

  —Voy a estar aquí para ayudarte —respondió con una sonrisa—. Ve a dormir, mañana podrás regresar al mundo real.

  —Eso espero.

  —No te voy a abandonar.

  Las noches son muy largas, los días muy cortos y las tardes tiene un toque de ambos. Para una persona puede ser poco creíble que los vampiros existan, para alguien que acaba de despertar de un sueño escuchar que ahora es un vampiro le parece que sigue estando en ese sueño, donde nada es real. Jaden sentía que no podía seguir en ese sueño, debía hablar con su padre y madre, su hermana y decirles que estaba bien. Pero cómo hacer eso, si ni siquiera ella sabía sí estaba bien.

You may also like

Download APP for Free Reading

novelcat google down novelcat ios down