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El reloj despertador sonó por tercera vez y nuevamente lo volvió a apagar, suspiro pensando que hace dos semanas atrás su madre ya lo hubiese llamado a desayunar y su padre lo hubiese regañado por su flojera.

Abel Salas era un joven de 18 años que acababa de finalizar la escuela media y se preparaba para los ingresos a la universidad, era un estudiante promedio pero sus padres lo alentaban a seguir estudiando con la esperanza de que un día llegara a ser profesor como ellos, pero por causa de un accidente automovilístico los dos partieron de este mundo.

Luego de lamentarse, se sentó en su cama, busco su teléfono y vio que además de las alarmas había dos llamadas perdidas, una de la señora Vitti, su vecina y amiga de la familia y la otra desde el banco.

Al fallecer sus padres él debía hacerse cargo de la deuda de su pequeño departamento, si no, lo perdería, juntó fuerzas y devolvió la llamada al banco.

Buenos días, soy Abel Salas, estuvieron llamándome.

Buenos días Señor Salas, nos comunicamos para informarle que se encuentra atrasado 10 días en el pago de su hipoteca, le solicitamos se presente a regularizar la misma.

Abel suspiro, sabía de la deuda pero todo el dinero de la familia se gastó en el funeral y no tenía cómo afrontar la cuota.

Muchas gracias por el aviso, el día de mañana me presentaré, luego cortó la llamada.

Al terminar se levantó y preparó algo para desayunar, dónde conseguiría el dinero?, pensó.

Hasta donde sabía sus únicos familiares eran sus padres, ellos dejaron atrás a sus familias porque no aprobaron su relación y cortaron lazos con todos ellos mucho antes de que él naciera.

Con el estómago lleno y decidido a pagar al menos el monto de este mes, tomó coraje y entró al cuarto de sus padres, jamás imaginó que para no perder su hogar y los recuerdos que aún vivían en él tendría que despojarse de las poco que aún quedaba.

Busco en el armario tratando de encontrar algo de valor, cuando un pequeño cofre cayó desde el estante superior sobre su cabeza, provocando un corte y un hilo de sangre en su frente, después de caer al piso, el cofre se abrió mostrando una hermosa piedra blanca, pura como nunca había visto.

Quedó conmocionado, recordaba ese cofre.

Una tarde hace algunos años, paseaba junto a sus padres por unos puestos viajantes, habían llegado a la ciudad y juntos los fueron a recorrer.

Llegando al final del paseo, en uno de los puestos su madre vio un cofre que le llamó la atención, preguntó al vendedor el precio, el la miro y dijo, este cofre es un gran detalle para cualquier hogar pero lamentablemente nunca pude abrirlo así que es una mera decoración, por 10 dólares es suyo. El padre de Abel sacó un billete de 10 y se lo entregó al comerciante, luego la madre puso el cofre en su bolso y siguieron caminando.

Al llegar a su hogar intentaron abrirlo, pero a pesar de esforzarse, no pudieron hacerlo,y quedó como decoración.

Después de algún tiempo no lo vio más y pensó que su madre se había deshecho de él, pero allí estaba, abierto frente a él y con una bella piedra en su interior.

Luego de limpiarse la sangre de su frente, tomó lentamente la pieza, y descubrió que debajo de ella había un pedazo de papel cuidadosamente doblado.

Lo tomó, y leyó en voz alta lo que decía.

"Esta es la bitácora de Xuan, la que contiene todo el conocimiento y logros que hemos obtenido desde nuestros comienzos, ahora está en sus manos."

Cuando terminó de pronunciar la última palabra un haz de luz salió desde la piedra directo a su cabeza dejándolo inconsciente.

Después de un tiempo, Abel finalmente abrió los ojos, no sabía cuánto tiempo había pasado, o si lo que había sucedido era real.

A medida de que pasaban los segundos, su rostro se transformó con una expresión de incredulidad, manuales de artes marciales, manuales de medicina china y hasta manuales de cultivo estaban firmemente grabados en su cerebro, estaba completamente aturdido, hasta pensó que el golpe del cofre le había producido una contusión cerebral.

Tomó su teléfono y empezó a buscar información sobre Xuan, aunque no encontró nada más que menciones en novelas web, en ese momento su teléfono comenzó a sonar, era su vecina, la señora Vitti.

Inmediatamente atendió el teléfono, buenos días señora Vitti… si, estaba por devolverle la llamada… una noticia?... Anna vuelve a la ciudad?... Si, ahí estaré…

Luego de colgar cientos de recuerdos llegaron como olas, Anna Vitti era la hija de su vecina, tenían la misma edad pero a diferencia de él, sus padres se habían separado cuando era pequeña y se fue de la ciudad junto a su padre y ahora volvería para los exámenes de ingreso a la universidad, esa noticia lo puso feliz.

Creció junto a Anna y la quería como a una hermana, sufrió mucho cuando se fue, y el sentimiento de volver a verla después de perder a sus padres le había hecho sentir que ya no estaba solo nuevamente.

Después de unos momentos, observó nuevamente la piedra, aún estaba escéptico, y aunque era como una fantasía, debía probar si era verdad o no, después de todo no tenía nada que perder.

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