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"El dinero no compra la felicidad" Estúpida frase, siempre creí que los que estaban de acuerdo con eso estaban mal de la cabeza o algo así, claro que el dinero da la felicidad, si tienes dinero puedes hacer lo que quieras, viajar, ir de compras, tener las mejores marcas de ropa, zapatos, carteras, artículos de maquillaje, comida... Tu circulo de amigos crecería por el simple hecho de tener, dinero, claro todos quieren tener una amiga millonaria que los invite a cualquier sitio.

Era lo que pensaba, ahora empiezo a tomarle sentido a esa frase tan estúpida, y es que, es lo que estoy viviendo ahora, mis padres nunca están, se la pasan viajando por el mundo, dicen que son viajes de negocios, sé que no es así, sé que mienten solo no quieren estar con migo, desde los 7 años he estado sola, me siento sola, vacía, me la paso en mi habitación leyendo libros con historias increíbles que, deseo entrar en ellos y ser la protagonista, vivir esa historia, encontrar un amor bonito que me quite este miedo que llevo dentro, estas ansias de gritar, ese nudo en la garganta que no sé porque está ahí, y al mismo tiempo, no quiero que nadie se acerque ni siquiera mis padres, odio que opinen sobre mi, sobre mi vida, lo que tengo y lo que no tengo que hacer.

Entre a la universidad por ellos, fueron ellos quienes me exigieron que lo hiciera, hice lo posible por no aprobar el examen de admisión, pero fue inútil, maldita inteligencia la mía.

Toc, toc, toc,toc , Tocan la puerta, no quiero salir de aquí odio estar afuera.

- Amanda, se hace tarde hija el desayuno está listo.

Ella es Lala, mi nana como adoro esa mujer siento que ella me ama mas que mis propios padres.

- Nana, no quiero ir. _ Hago un puchero y lo veo con mis ojos suplicantes, adora esa mirada.

- De ninguna manera, ayer no fuiste tendré problemas con tus padres si no vas.

- Pero Lala, mira apenas voy por el capítulo 2 de mi libro, quiero saber como termina.

Voltea para ver mi cama, pone cara de sorpresa al ver más de 10 libros sobre mi cama.

- ¿Te leíste todo eso en una noche?

- No claro que no. _ Niego con la cabeza. - Pero déjame terminar, están increíbles, anda deja que me quede...

Lala me mira, se acerca a mi y sé que lo he logrado, acaricia mi cabello.

- Duchate, te cambias, y te vas para la universidad, el chofer te está esperando.

La veo con los ojos bien abiertos mientras ellas sale de mi habitación, sin dejar que responda.

- ¡Rayos!

Bajo y mi nana me espera con un baso de jugo, lo bebo todo y me voy, pero me detiene.

- ¿No vas a desayunar?.

- No nana. _ Digo sin detenerme. - Allá me compró algo, adiós te amo.

El chofer me espera, subo al auto y nos ponemos en marcha, la Universidad de Howard, es la más importante y la mejor en todo el país; solo personas exitosas estudian ahí, no entiendo que rayos hago aquí.

Llegamos en media hora. - Te veo más tarde Yoni.

El es mi chofer, un buen tipo además que está guapísimo, me acerco a la entrada y siento que alguien toma mi brazo.

- Amanda. _ Es mi amiga, Dariana; ella está loca pero me entiende y nos llevamos muy bien.

- Dari, espere tu llamada ayer, ¿Que pasó?.

- Mi papá me castigó.

- ¿Qué? _ Me burlo.

- Me vió con Jeremy en el auto, nos estábamos besando y en ese momento llegó mi papá, no sabes fue horrible.

Llegamos al salón y nos sentamos juntas hasta atrás.

- Debes tener mas cuidado, la próxima vez puede ser peor.

- Jeremy en verdad me gusta, él es tan sexi y hermoso solo de imaginar que haríamos, mira se me pone la piel de gallina.

Esta chica está loca, que cosas tan depravadas está diciendo; no es que sea una santa pero, jamás diría algo así.

- Shhh, Darina baja la voz, te oirán.

- Que importa; todos aquí somos adultos, eres la única que  sigue siendo virgen a los 19.

Me molesto cuando dice esto. - Basta Dariana, que importa si soy virgen o no, me quedaré así toda la vida ¿Y que?.

Vuelvo a mi asiento y saco mis libros, gracias a Dariana ahora estoy de mal humor, me enfado con nada.

El día terminó al fin, elevo mis manos cuando suena la campana; no soporto estar en ese lugar, camino por los pasillos cuando alguien me habla.

- ¡Amanda! _ Volteó y es Michael, el chico más cool de la universidad, no entiendo que le ven, no es nada interesante.

- Hola Michael. _ Digo y no me detengo.

- ¿Cómo estás?

- Bien. ¿Tu como andas?.

- Bien..., Oye quería decirte algo, bueno en realidad pedirle algo.

Lo veo con incredulidad, ahora que quiere.

- Me dijeron que eres muy buena en economía; tengo problemas en esa clase, ¿Me ayudarías?.

Me vió con ojos suplicantes, odio convivir con la gente, y este tipo quiere que le ayude.

- Uffff, está bien; ¿Que tienes que hacer?.

- Una propuesta, tiene que ser muy buena para aprobar, si no lo hago mis padres me matarán.

- De acuerdo empezamos mañana, ¿Te parece?

- Genial, después de clase te espero y trabajamos en la biblioteca.

- No. _ Niego. - Será en mi casa.

Vi su cara de sorpresa, aunque no espere otra cosa, lo hago porque no quiero pasar mucho tiempo aquí.

- Como tu digas, gracias Amanda de verdad.

Asiento y me marcho, Yoni es tan puntual.

Llego a mi casa y me encuentro con una sorpresa, no me esperaba esto.

- Mamá, papá, ¿Que hacen aquí? _ Pregunto con asombro.

- Es nuestra casa hija. _ Responde mi madre con una sonrisa y se acerca para darme un beso.

- Claro mamá.

- Tenemos nuevos negocios aquí en la ciudad, así que decidimos regresar. _Mi papá también me saluda.

- ¿Quién se hará cargo de los negocios en Italia papá?.

- Claro está que tu hermana, ella es mi brazo derecho y en los negocios es impresionante, y esto que es mujer.

Claro mi hermana, ellos siempre la han preferido a ella; es talentosa, brillante, hermosa; está claro que está por encima de mi, me levanto y me despido, quiero dormir.

- Me alegra mucho, los veo luego.

No me dicen nada y dejan que me vaya, llego a mi habitación y me tumbo sobre mi cama, mis ojos empiezan a nublarse y vuelve ese dolor sin razón, las lágrimas ruedan por mis mejillas mientras veo el techo con una mirada perdida, mis padres siempre han querido más a Katia, siempre me dolió ella es rubia, cabello ondulado, y tiene un precioso cuerpo candente, inteligente, está claro que no me comparo a ella, es bastante hermosa.

Cuando amenace, no espero que Lala me despierte y bajo; el desayuno está listo pero no tengo hambre, recorro el lugar con la mirada, Lala termina de poner la mesa.

- ¿Dónde están mis padres? _ Pregunto mientras camino hacia ella.

- Buenos días mi niña, ellos se marcharon por la madrugada.

- ¡¿Que!?. Pero apenas vinieron ayer.

- La Srta Katia llamó, al parecer tenía un problema y fueron a verla.

Claro Katia, ahora entiendo porque salieron como alma que lleva el diablo, me pregunto si hicieran lo mismo si me pasara algo a mi.

- Entiendo, me voy nana te veo más tarde.

- ¿No vas a desayunar? _ Me detiene.

- No tengo hambre nana, siempre como algo allá.

- Amanda. _ Me toma del brazo y me ve al rostro. - Ayer no cenaste, y dices que no tienes hambre, ¿Que pasa con tigo?.

- Lala. _ Me libero de su agarre. - Te dije que siempre almuerzo algo en la universidad. _ Mentí.

Ella me miró con esa mirada de desconfianza, después apartó su vista de mí.

- Bien; por esta vez te creeré te espero para la cena, anda ve que se hace tarde.

Lala es como mi madre, ella me ha cuidado desde que nací, toda mi vida eh estado con ella, no se que haría si un día ella se va, el solo pensarlo se me arruga el corazón.

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