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  NARRA ELLIOT

  —Hijo mío, necesito hablar contigo —dejé mi celular sobre el sofá y miré a mi madre que venía caminando hacia mí para después sentarse a mi lado.

  —Creo que ya sé qué me dirás. Lo mismo de siempre, ¿no? —me crucé de brazos y miré un punto imaginario en la pared. Acercó su mano a mi cabello y lo acarició.

  —Sé que no te gusta hablar de eso.

  —No es que no me guste, pero al parecer es de lo único que saben hablar. Me tiene aburrido el tema, es agotador que me recuerden cada dos minutos que no he encontrado aún a mi mate.

  —Te pido perdón por eso, no es nuestra intención hacerte sentir mal o algo parecido, pero ahora más que nunca necesito que la encuentres. Estaba pensando que puedes ir a la ciudad, tal vez tu mate sea una humana y estudie en la universidad del centro. O quién sabe, quizás hasta puede ser una profesora o trabajadora de allí —hizo una pausa, suspiró con pesadez y siguió hablando—. Escuché hablar a tu padre con un amigo de la manada, si no encuentras a tu mate, no tendrás una Luna. Sabes que si eso pasa tendrás que perder el puesto de Alfa. Una manada no puede estar sin su Luna.

  —Está bien, madre. Lo haré, iré a una universidad llena de insoportables humanos con las hormonas alborotadas. No quiero perder el puesto de Alfa, tú sabes que esto es lo único que me motiva al recordar que soy un licántropo.

  —Siento que saldrá todo bien. Confía en el instinto de tu hermosa, preciosa y perfecta madre.

  NARRA EMILY

  Hoy me desperté con una sensación extraña, no podría decidir si eso es algo bueno o malo. Estoy un poco intrigada, quiero ver qué pasará de interesante este día.

  Después de darme un baño, tomé la ropa que estaba sobre mi cama y me la puse. Me vestí con un short negro, una camisa roja a cuadros con una polera negra y mis Vans.

  Adivinen de qué color, los espero.

  ¿Ya?

  ¡Sorpresa! negras

  Llegué a la universidad con mis mejores amigas Kalani y Emma, y después de varias clases llegó la hora de almuerzo.

  Nos quedamos ahí hablando, riendo y comiendo con mis mejores amigas y otros dos amigos más, Chris y Marco. El último, tenía su brazo alrededor de mis hombros y a veces me daba uno que otro beso en la cabeza.

  Marco siempre me ha dicho que le gusto, pero yo siempre le digo que lo quiero pero como amigo. Ya saben, es de la única forma que se me ocurre decirle para que se dé cuenta de que no quiero nada con él, pero me aseguro de decírselo de una forma amigable para no llegar a lastimarlo.

  Friendzone nivel 100

  De repente todos se quedaron callados. Fruncí el ceño y miré hacia donde todos miraban, la entrada del comedor. Habían cuatro chicos al parecer nuevos, tres de ellos parecían hasta unos guardaespaldas, mientras que el otro, tenía un rostro iluminado. Miraba para todos lados con una cara de emoción que nunca había visto antes.

  NARRA ELLIOT

  Después de unas terribles horas de clases, donde tuve que aguantar bastantes miradas coquetas de chicas y chicos, nos dirigimos a comer.

  Estábamos a punto de entrar cuando de repente siento un olor dulce, parecido al coco, pero no a eso exactamente. No sé, es un olor muy particular que me cuesta explicar, pero a la vez es sin duda el olor más rico del mundo.

  Por ahí está mi mate.

  ¡La encontré! ¡Por fin!

  Entré al comedor, y comencé a buscarla desesperado. Había un montón de gente, pero después de unos segundos que se me hicieron eternos, por fin la encontré.

  Una hermosa chica de pelo largo, un poco ondulado y café, con una mirada penetrante y unos labios hermosos y voluminosos.

  El momento lindo y emocionante se arruinó al ver que un chico la estaba abrazando. Apreté los puños al ver cómo le dejaba un beso en la cabeza y ella no hacía nada para alejarlo

  ¡Es mía!

  Me tensé de una forma que jamás lo había hecho antes. Realmente me había molestado verla con ese chico al lado.

  ¿Será su novio?

  Lástima, ella es mía. Mi mate y de nadie más.

  Caminamos hacia una mesa que estaba cerca de la suya y la miré disimuladamente.

  NARRA EMILY

  ¡Pero que guapos son todos! Aunque bueno, tengo mi favorito.

  ¿Recuerdan que les mencioné que había uno con carita de emocionado? Bueno, ese es el mejor de todos. No es muy alto y su ropa no es muy especial, pero su rostro se me hace muy especial.

  Admito que me emocionó verlos entrar. Parecían sacados de una película.

  —¡Emily Wood! No mires a esos chicos como si quisieras comértelos —dijo Marco con falsa molestia.

  Di una fuerte carcajada y lo miré con las cejas alzadas.

  —Es que si tuviera la posibilidad de comérmelos claramente lo haría.

  Marco me tapó los ojos para que no los mirara. Me dio más risa aún.

  —Awww... Se puso celosito —dije apretándole las mejillas.

  —Claro que sí, y lo admito —dijo abrazándome aún más fuerte—. Míralo, yo soy mil veces más guapo y sexy —sonrió coqueto y me dio un beso en la mejilla.

  NARRA ELLIOT

  ¿Por qué mierda la abraza y le da un beso en la mejilla?

  Me paré haciendo el mayor ruido posible y salí del comedor dando un portazo. Sé que aún no tengo derecho de enojarme por cosas así, pero díganle eso a un licántropo que la ha estado buscando por mucho tiempo. Claramente es imposible no sentir celos al ver que tu mate está con otro chico.

  Di un fuerte golpe al casillero generando un sonido horrible. Todos me miraban con los ojos como platos.

  Supongo que ya quedé catalogado como el raro.

  NARRA EMILY

  —¿Qué le paso al chico nuevo guapo, bieeen guapo? —fruncí el ceño al verlo salir furioso.

  —No digas cosa así frente a Marco, pobrecito—Kalani miró a Marco con una sonrisa burlona.

  —Tranquila, ya estoy acostumbrado a que me rompa el corazón—movió su mano restándole importancia. Negué chasqueando mi lengua. Está loco y me cae muy bien.

  —Adiós chicos, iré a mi casillero a buscar mi cuaderno. Los amo —dije tirándoles un beso.

  Llegué al casillero y puse la clave del candado. Saqué mi cuaderno y un chicle que tenía en mi estuche.

  —Hola —dijo una voz que no reconocí.

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