"Superar al otro en todo" eso es justamente lo que está en la mente de Eliot y Kat al momento que son contratados como asesores en un campamento infantil. Con niños como camaradas para sus bromas y guerrillas, además de unos distraídos jefes, ¿Podrá existir un lugar más apropiado para demostrar quién es el mejor?

　　Un ojo cerrado y otro abierto, esa era la clave cuando planeabas dormir cerca del detestable Eliot Carter y Kat lo tenía más que claro, sobre todo a la hora en que una broma de su parte era lo más esperado en ese campamento infantil.

　　Desde que había comenzado el verano ambos estaban condenados a trabajar como asesores de varios niños "Problema", por supuesto, con una paga tan mínima por la que hasta un pordiosero sentiría pena. Lo único que animaba a ambos jóvenes era el hecho de que ahí, justamente ahí podían demostrar quién era el mejor, después de todo contaban con la ayuda de aquellos tiernos niños a los que cuidaban y la paciencia de sus despistados jefes.

　　Esa noche Kat se escabullo entre las sabanas con sigilo, sabía que ellos irían y era su oportunidad para demostrarle a su enemigo que ella era mucho más inteligente. En un intento por sentirse más cómoda abrazo una almohada contra su pecho a la espera de cualquier indicio de movimiento. Ya era tarde, seguramente un poco pasado de las 11:00 pm por lo que las niñas a su alrededor dormían tranquilamente y el único sonido audible para la chica eran los que producían los insectos nocturnos, eso hasta que el chirriante ruido de la puerta que dividía el interior de la vieja cabaña con el bosque perturbo en sus pensamientos seguido de risitas burlonas y murmullos.

　　Kat procuro que su respiración pareciera pesada y su sueño profundo para cuando uno de los niños se aproximó a ella, Kyle Mason, la reencarnación miniatura de Eliot y uno de sus principales aliados, conocido como "Niño demonio 1" por Kat.

　　—¡Listo capitán! Está dormida y roncando, justo como estaba previsto— Anuncio niño demonio número uno al momento en que acercaba una linterna al rostro de la pelirroja, la luz se filtraba a través de sus parpados provocándole molestias, pero aun así reprimió sus ganas de levantarse y arrojar la linterna por la colina

Junto con Eliot y sus secuaces

porque sabía que faltaba poco para que su plan se culminara.

　　—Excelente— Eliot junto sus manos con satisfacción mientras hacia su recorrido al cuerpo inmóvil de Kat, entre la penumbra las facciones de la chica se suavizaban dándole un toque angelical, lo contrario a lo que verdaderamente era ella, a opinión de Eliot. Él tenía muy en claro que Kat era la persona más detestable que pudo conocer en su vida, pero era extrañamente de la que más le costaba alejarse, esa sensación de júbilo al vencerla en algo o la de enojo al ser derrotado era lo que lo incitaba a mantenerla cerca. Con delicadeza acercó una mano al rostro de la chica para después retirar los mechones rojizos que caían sobre el al instante en que una sonrisa burlona aparecía en sus labios. –Es realmente fea.

　　Varios niños entrecerraron los ojos tratando de comprobar las palabras de su asesor, pero incluso el mismo sabía que no era cierto, aunque no lo admitiría de ninguna manera jamás.

　　Kat mordió su lengua internamente para no contestar con uno de sus conocidos insultos, faltaba poco, muy poco para que Eliot cayera.

　　—¿Comenzamos ya con esto?— Matt Reeve o "Niño demonio 3" señalo una pequeña bolsita con lo que parecía ser polvo pica—pica, sus grandes ojitos marrones estaban brillando con maldad gracias a la emoción y la euforia, al igual que el resto de los niños, incluyendo a el mismo Eliot.

　　Él se vengaría de Kat y le demostraría que es mucho mejor, él era mucho mejor. Sin más preámbulos Eliot asintió al momento en que el resto de los niños sacaban más bolsas llenas de diferentes sustancias aproximándose a las niñas para comenzar con la broma.

　　—Prepárate Katania Brown, vas a caer.

　　Era una lástima que en ese momento ninguno de los atacantes hubiera pensado antes en los astutos planes de la chica.