Rubén

　　Creo que yo mismo no soy perfecto. Creo que nadie lo es. Creo que estoy loco.

　　En fin, me refiero a lo que ha pasado conmigo los últimos ocho años, una montaña rusa de emociones que no para y que a pesar de que estoy rogándole a los funcionarios que la detengan, que me estoy vomitando a cada vuelta, no paran, se ríen de mi y la velocidad aumenta.

　　Me gusta lo que hago. No me gusta lo que gano con lo que hago.

　　Hay cosas bastante buenas, creo que las personas que he conocido son parte de esas cosas, los buenos tratos, los viajes, las sonrisas de las personas que me reconocen en la calle, las cartas...

　　Pero esto va creciendo y con ello mi vida social y privada se ve afectada. El hecho de caminar con cuidado, el hecho de que no pueda coger de la mano a mi novia por que temo a un lente de cámara ajeno al mío. Las personas esperan a que cometas algún error al hablar y si no lo haces, si hablas bien, toman tus palabras las reorganizan y te hacen quedar mal.

　　La gente lo ha notado, que he cambiado, que no hago las cosas como antes, que no me divierto con algunas cosas que me gustaban antes y yo simplemente río y digo que no es así, debe ser la edad y, por supuesto, la edad influye mucho pero no es la única causa. Estoy cansado.

　　De pequeño siempre te imaginas tu vida de adulto. Yo jamás me imagine ser así... así de conocido, de admirado, sobre todo criticado. Siempre pensé que podía tener un trabajo aburrido o al menos hacer lo que yo quería sin ser tan conocido, que tendría mi propia casa sin miedo a que alguna cámara me siguiera o me acosara con preguntas, que tendría una esposa hermosa y nos preocuparíamos por cosas como: el aseo de la casa, las cuentas, hacer el amor de vez en cuando para mantener el deseo vivo, cuidarnos mutuamente y tal vez pensar en los hijos o adoptar un perro. No: vivir afligidos por las malditas cámaras buscando algo erróneo en nuestra relacion, alguna discusión o pelea por que hasta los likes en Instagram te los miran.

　　No quiero irme, no habiendo tantas cosas buenas de esto. Pero en las noches, cuando mi mente se encuentra en un punto blanco, buscando algo con lo cual dormirme, lo único que encuentra es angustia, estrés y deseos de mandar todo a la mierda.

　　Nunca te das cuenta de los problemas de los demás, de tus padres, de tu amigo que corto con su novia de años, de peleas entre amigos, separaciones, ni siquiera el hecho de que tu novia esta siendo perseguida por culpa de tu imagen. No te das cuenta de los miles de problemas mundiales que son mas grandes que el tuyo, que la gente se esta muriendo, que hay guerras... que estas siendo maltratada...

　　Cuando conocí a Samantha, fue un boom en mi vida, llego tan rápido y tan de repente que no me dio tiempo ni de pensar, a pesar de que trataba con ella, todos los días, de la mañana a la noche y pronto vi que aquello de lo que me quejaba, aquello por lo que sufría, no era nada, a comparación de ella.

　　Fue mi ultima esperanza, mi ultima salvación. Me gusta pensar que también lo fui para ella.

　　El caso es que me enamore de ella, de la manera mas entregada posible... Pero nadie podía saberlo, debía cuidar mi imagen, debía cuidar mi relacion sana y sobre todo, mi amistad con Mangel tenia que cuidarla. No solo yo me había enamorado de ella...

　　Pronto mi vida, mi fama, mi novia, todo... dejo de importarme. Solo me interesaba su vida, solo me interesaba protegerla.