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Empiezo a escuchar un ruido desesperante el cual se empieza a colar entre mis sueños, sintiendo como poco a poco el dolor de cabeza se hace presente de una forma abismal he insoportable, así que empiezo a buscar con desesperación de donde proviene dicho sonido y por ende el causante de mi dolor de cabeza, cuando logro encontrarlo lo arrojo hacia la pared con tal fuerza que escucho como los trozos del objeto caen al suelo callando por fin el molesto sonido, lo cual es lo único que me importa en estos momentos pues no es la primer objeto que destruyo y sé que no será el último.

Luego de unos segundos más en los cuales me debato entre levantarme o ignorar todo y volver a dormir, decido sentarme en la cama para poder espabilar un poco más la pesadez que siento por las pocas horas que pude descansar, odio tanto levantarme temprano, aunque creo que nadie en su sano juicio ama hacerlo y peor aún tener que soportar los estúpidos profesores y al director con su ridículo discurso de inició de año. Para terminar de alegrarme el día

nótese el sarcasmo

, tengo un jodido dolor de cabeza, el cual me tiene como los mil demonios y todo por dejar que me convencieran de ir a celebrar el inicio de año, cosa que me parece de lo más ridículo, pero acepte pues sabía que podría beber hasta el cansancio, pues se lo bien que se siente el vodka mezclado con las drogas en todo mi sistema. Es lo único que me hace sentir bien y vivo en esta asquerosa vida.

Luego de unos 15 minutos en los cuales recordaba lo que viví la noche anterior decidí darme una ducha con agua fría para aliviar un poco el dolor de cabeza que tenía en esos momentos, luego de diez minutos bajo el agua salgo de la ducha, colocándome una toalla alrededor de la cintura mientras que tomo otra para poder secar mi cabello. Luego de eso salgo del baño y me dirijo al closet al estar frente a mi ropa dejo la toalla con la que secaba mi cabello aun lado para después proseguir a cambiarme, luego de unos minutos ya me había colocado un pantalón negro, una camisa gris, mi chaqueta negra, unas botas grises, para después agarrar el reloj plateado que siempre uso. Luego de estar listo y dejar que mi cabello caiga rebelde, pues nunca he sido bueno para arreglarlo, busco mi móvil y llaves para luego bajar a la cocina donde agarre un vaso de agua junto a una pastilla para terminar de aliviar el dolor de cabeza, el cual me estaba matando. Salí de mi casa y me dirigí a lo más preciado que tengo, mi motocicleta a la cual me subí enseguida ya que no quería perder más tiempo, luego de eso me puse en marcha en dirección hacia la universidad.

Luego de veinte minutos llego a la universidad y al estacionarme como los tres años anteriores veo a mi alrededor y lo único que puedo observar es la absurda emoción y felicidad de los de nuevo ingreso y de todos aquellos que se abrazan cuando se vuelven a ver después de unos meses o unos juraría que días, la verdad es que todo me asquea, es lo único que me deja experimentar este vació que me consume.

Estaba tan perdido en mis recuerdos, reviviendo una y otra vez aquello que me atormenta, pero a la vez me mantiene vivo, que no me di cuenta en que momento llegó alguien a mi lado, hasta que fui obligado a inclinarme pues esa persona pedía mi atención.

Fue hasta ese momento en el que salí de mi mundo y voltee a ver a la responsable de mi movimiento, la cual no me dejo reaccionar ya que rápidamente presiono sus labios con los míos.

En ese momento me di cuenta que era Monic, mi novia.

—¡Bebé, hoy cumplimos un año de novios! —dice con su voz chillona de siempre, esa que muchas veces lograba irritarme. —¡Te amo bebe! —prosiguió dándome otro beso, a lo cual decidí alejarla, pues odio el contacto físico y más aquel que suele ser afectuoso.

—Ajá. —Fue lo único que respondí, ya que simplemente yo no sentía ni la cuarta parte de lo que ella decía sentir. Ni siquiera podía sentir cariño o aprecio por ella. Pero ella como siempre ignorando mi desprecio y falta de emoción prosiguió hablando.

—¡Deberíamos de celebrar! —dijo aún con más emoción que antes, cosa que llego a irritarme.

—No creo que sea necesario. —le respondí restándole importancia, intentando acabar con esta conversación la cual es estaba volviendo molesta.

—¡Claro que es necesario! Si no celebramos nuestro aniversario empezaran a hablar de nosotros y como capitana del equipo de porristas no puedo quedar mal, ni mucho menos quiero que hablen de mí, eso es algo que no puedo permitir. Así que vamos a celebrar y no es una pregunta. —me respondió con voz de orden, lo cual hizo que mi poca, casi inexistente paciencia se agotara y surgiera mi verdadero yo.

—¡Para empezar, no soy una de tus gatas a las que llamas amigas para estar haciendo lo que se te antoje, así mismo te recuerdo que no eres nadie para estarme ordenando o exigiéndome algo! ¡Recuerda que yo no obedezco las órdenes de nadie, ni mucho menos de alguien tan insignificante como tú! ¿Y sabes qué? ¡Ya estoy harto de tus escenas de celos, caprichos y sobre todo de tu voz que lo único que logra es irritarme! ¡He decidido que ya no quiero verte, terminamos, dejame en paz que solo me estas estorbando y quitando el tiempo! —Y así sin dejar que agregara una sola palabra me aleje de ella, sin importar lo que ella gritara, pues sé que si me quedó más tiempo puede que pierda el control y es lo que menos quiero ahora, al menos por este día no quiero tener problemas con el director.

Luego de dejar a Monic sola, llorando fingidamente como ella siempre lo hace, me dirigí al salón donde se aria la presentación de los catedráticos y la lectura del reglamento disciplinado de esta universidad.

Al entrar me doy cuenta que ya empezó, pues reconozco muy bien la voz del consejero el cual es el encargado de leer el reglamento todos los años, así que camino hacia el fondo del salón y busco con la mirada a mis amigos, al encontrarlos me dirijo hacia ellos, para luego sentarme en el lugar que apartaron para mí como siempre lo hacen.

—En esta universidad están prohibidas toda clase de sustancias, a aquel que se le encuentre vendiendo o consumiendo alguna será inmediatamente expulsado del establecimiento. —prosiguió el consejero, y la verdad es que no entiendo del porque hacen tanto relajo por el reglamento, pues media vez sepas donde y cuando hacer las cosas nunca te cachan, pues Tiago lleva más de dos años vendiendo drogas dentro del establecimiento y nunca lo han descubierto

Luego de dos martirizantes horas en las cuales no preste atención ni siquiera cinco minutos por fin termina la reunión, reunión que lo único que logro fue que mi dolor de cabeza aumentara. Por decisión del director ya nos podemos retirar, pues hasta mañana empezaremos a recibir los cursos con normalidad cosa que agradezco. Así que al escuchar la última indicación me levanto de mi lugar sin despedirme de ninguno de mis amigos y me dirijo a toda prisa hacia la salida del lugar.

Al salir de la universidad me subo a mi motocicleta, ignorando completamente los lloriqueos y gritos de Monic, los cuales me importan muy poco, ya que lo único que me importa en estos momentos es alejarme lo más rápido posible de este lugar y poder llegar a mi casa, pues necesito mi droga con urgencia, la ansiedad me está matando por dentro y sé que dentro de poco no la podre controlar.

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