Lin Fan se sentó en la esquina del comedor, solo. Parecía ser invisible. Los demás lo trataron de igual manera, hablando y riendo sin prestarle atención. 

Lo trataban así por ser el yerno político de la familia Yang. Y porque, por sobre todas las cosas: era pobre. 

En la familia Yang, carecía de status. Y por consecuencia, ¡de dignidad! 

Era la cena de cumpleaños de Yang Jingtao, su suegro. Toda la familia asistió a la celebración, y varios esperaban ver a Lin Fan para burlarse de él.

"Cariño, aquí tienes un pedazo de costilla. Son muy nutritivas", le sirvió su esposa, Yang Xue.  

Yang Yue, ubicada a un costado, intervino inmediatamente para burlarse: "Yang Xue, estas costillas agridulces fueron preparadas especialmente para papá. ¡El fracasado de Lin Fan no puede comérselas!"

Al escucharla, Yang Xue dejó de comer, avergonzada. 

"Sí. Ella tiene razón", consintió, Yang Jingtao, mirándolo con desprecio. 

"Lin Fan, eres parte de esta familia desde hace un año. No importa si no me engendras un heredero, ¡pero al menos deberías comprarme un anillo de diamantes! ¡O comprarle algo a mi hija! Creo que eres un desempleado que se dedica a holgazanear todos los días. ¡No eres más que un fracasado!"

"Si mi hija Yang Xue sigue casada contigo, será como una hermosa flor atrapada entre el estiércol del campo. ¿Sabes a qué me refiero? Quiero que se divorcien de inmediato. Ella es joven, incluso si la dejas, le encontraré un gran partido!" 

Lin Fan cerró los puños con fuerza. Si bien su expresión se volvió horrible, se calló y optó por no responder a su suegro.

Yang Jingtao tenía razón. Cualquier extraño pensaría que Lin Fan era un inútil que no hacía más que holgazanear todo el día.

Su suegro continuó quejándose: "¿Sabes lo que hizo tu cuñado? Hace dos días, le compró a Xiao Yue varias joyas. ¡El collar, junto con el anillo y los aretes, cuestan más de 100,000 yuanes!"

"Tú, pobretón, ¿acaso puedes ser tan generoso como él? ¿Puedes darle a tu esposa el mismo trato?"

Al principio Zhao Sihai no era una persona adinerada. Se casó con la hermana mayor, Yang Yue. Pero a veces Yang Xue, la esposa de Lin Fan, lo ayudaba con los gastos. 

Yang Xue apartaba algo de dinero de su salario todos los meses, para así ayudar a su hermana. Además, Yang Jingtao le daba un tercio de su pensión. Todo para que la pareja pudiera tener una vida cómoda. 

Pero todo cambio cuando un año atrás, a Zhao Sihai le adjudicaron un proyecto del gobierno. Ganó millones de yuanes y su vida cambió de la noche a la mañana. Se compró un BMW serie cinco, y se mudaron a una pequeña villa. 

La peor parte fue que su cuñado, ahora acaudalado, parecía haber olvidado toda la ayuda que Yang Xue le proporcionó. Y cada vez que se veían, ridiculizaban a Lin Fan y su familia. 

En ese momento, Zhao Sihai sonrió y habló: "Papá, no digas eso, somos familia. Aunque Lin Fan no tiene dinero ahora, y ni siquiera tiene un automóvil, creo que tiene un futuro prometedor. ¡Pronto, también podrá comprarle joyas a su esposa!" 

"Lin Fan, te haré una propuesta: En la zona que estamos construyendo, necesitamos un guardia de seguridad. Como no tienes nada que hacer, ¿por qué no vienes a trabajar para mí? Te pagaré mil al mes. Si trabajas duro, teniendo en cuenta que somos familia, podrás ascender rápido y ser jefe de seguridad en poco tiempo."

Tan pronto como Zhao Sihai terminó su propuesta, todos los presentes explotaron en carcajadas mientras lo miraban con desprecio. 

Lin Fan estaba tan enfadado que apretó los dientes y sus ojos se enrojecieron. 

En ese momento, la expresión de Yang Xue también se volvió gélida. No podía soportar que alguien se burlara de su esposo. Pensó que Zhao Sihai estaba siendo desagradecido. Si no fuera por su ayuda, ¿cómo podría haberse convertido en lo que era en la actualidad?

Separó sus labios color cereza, lista para refutar a Zhao Sihai. Sin embargo, Lin Fan se acercó y la detuvo, persuadiéndola para que no hablara.

"Oh papá, como hoy es tu cumpleaños, te preparé un regalo. No es gran cosa, pero decidí hacerlo porque eres mi suegro", comentó Zhao Sihai. Sacó una delicada caja rectangular y la abrió. En ella, había un tubo transparente como el cristal.

Era una pipa de jade transparente. Se veía muy natural y auténtica, con figuras decorativas talladas en la parte inferior.

"¿Es una pipa de jade?"

"Sí, es de jade. Su elaboración es exquisita. Debe ser muy costosa, ¿no?" 

"¡Zhao Sihai es un gran yerno!"

Los ojos de los mayores se iluminaron con admiración y sorpresa. 

Zhao Sihai asintió con orgullo: "¡Sí! La pipa está hecha de jade extraído de una montaña en Birmania. Le pedí a un amigo que la comprara de ese mismo país. ¡Me costó más de 100,000 yuanes!"

"Sé que a papá le gusta fumar, ¡así que espero que le guste la pipa de jade! Claro, para acompañarla, también le compré hojas de tabaco cosechadas en las montañas de Yunnan. Su aroma suave y exquisito se siente en los pulmones. ¡Si sabes apreciarlo, sabrás lo suculento que es!"

"¡Zhao Sihai, es raro tener un yerno tan abnegado!"

Yang Jingtao sacó la pipa y jugó con ella. Sonrió satisfecho. Luego, levantó la mirada para fijarse en Lin Fan. 

Resopló y habló en tono sarcástico: "Oh, ambos son mis yernos, ¿pero por qué eres tan pusilánime, Lin Fan? ¿Por qué no puedes ser como Zhao Sihai? Es mi celebración de cumpleaños, ¡y apareces con las manos vacías!"

Al escuchar eso, todos miraron a Lin Fan, listos para burlarse de él.  

Aunque a él no le caía bien su suegro, tenía modales. Así que preparó un regalo para el final de la cena.

"Papá, te traje un regalo", anunció. 

Sacó una pequeña caja de su bolsillo y se dispuso a abrirla.

"¡No aceptaré tu obsequio!", le cortó Yang Jingtao, mirando la pequeña caja con desdén. 

Era una pequeña caja negra de madera, y estaba un poco resquebrajada. A primera vista, parecía una chuchería de la calle. 

Todos los presentes eran parientes de la familia Yang, pero aun así, Lin Fan, un hombre pobre, se atrevió a sacar ese regalo frente a ellos. 

¡Lo estaba avergonzando! ¡Y por eso no podía aceptar el regalo!

Yang Jingtao resopló: "Guárdalo. ¿Qué clase de cosa puedes darme tú, pobretón?" 

"¿Sabes qué? Limítate a comer. Luego, lárgate. No intentes darme esas cosas. Si tu regalo es como el de Sihai, lo aceptaré. Pero no recibiré tonterías. ¡No dejaré que me avergüences!"

"¡Jajaja!" 

Tan pronto como Yang Jingtao terminó de hablar, los invitados se echaron a reír.

Su esposa, Yang Xue, estaba tan enojada que palideció. 

Por otro lado, las miradas de Yang Yue y Zhao Sihai estaban llenas de orgullo. Esas palabras los hicieron sentirse aún más engreídos. 

Lin Fan suspiró. Ya que su suegro no quiso aceptar su regalo, no insistiría. 

En silencio, guardó la caja de madera en su bolsillo y sacudió la cabeza levemente. La pipa de Zhao Sihai era una basura en comparación con la Jadeíta Real que le había llevado. Pero no valía la pena mencionarla. 

。。。。。

Luego de la fiesta de cumpleaños, Lin Fan y Yang Xue salieron juntos.

"Cariño, iré a la empresa. Ten, puedes ir a comprar algo", ofreció ella, pasándole una tarjeta. "No tomes en serio los comentarios de mi familia."

Durante la cena, Lin Fan había sufrido muchas miradas desdeñosas y comentarios sarcásticos. Yang Xue temía que no pudiera soportarlo, por lo que le dio algo de dinero para que fuera de compras y se relajara. 

"Está bien, no me importa", dijo Lin Fan, agarrando la tarjeta con una sonrisa. 

Acompañaba a Yang Xue al taxi cuando su teléfono vibró de repente. Lo sacó y vio el mensaje que le había llegado:

[Joven señor Lin Fan. Las restricciones de su familia han sido levantadas.] 

[De ahora en adelante, puede disponer de los bienes de la familia. Su tarjeta negra suprema ha sido descongelada.]