Primera parte

"¿Dijiste qué Cassy encontró a su pareja?", pregunté en estado de shock.

"¡Sí! Y adivina quién es", replicó Lani, mi mejor amiga.

“En realidad, no tengo la menor idea. ¡Dime su nombre, rápido! ¡Quiero saberlo!".

'Me da envidia que ella haya encontrado a su compañero y nosotros todavía no', le dije a mi loba Slade.

'No te preocupes, Ángela. La diosa de la Luna nos está preparando para ese momento y pronto encontraremos al nuestro. Solo ella sabe cuándo será el momento adecuado. Ya verás que pronto nos reuniremos con nuestra pareja', respondió mi loba.

"Es Mathew, su mejor amigo. A pesar de que se conocen desde pequeños y han estado juntos durante todo este tiempo, la diosa de la Luna se esperó hasta ahora para revelarles que estaban hechos el uno para el otro. No lo sabemos, pero tal vez a nosotras nos pasará algo parecido. Piensa que nuestras parejas podrían estar a la vuelta de la esquina", contestó Lani.

Lo que ella dijo me puso de buen humor. Sin embargo, no sabía si él me aceptaría. En comparación con otras lobas, yo era muy débil. Incluso había escuchado a algunas personas decir a mis espaldas que soy gorda, fea y que no valgo nada. Hasta mi propio hermano, Michael, quien es más grande que yo, lo creía. Ni siquiera nuestro Alfa me prestaba atención, de hecho, él no podía siquiera mirarme cuando estaba cerca. Siempre me había evitado; bueno, igual que todos los demás.

"Vamos a la cafetería". Cuando llegamos allí, me detuve intempestivamente porque un aroma inexplicable, el cual era una mezcla de vainilla, rosas y orquídeas, llegó hasta mi nariz. De pronto, me encontré olfateando a mi alrededor para seguir disfrutándolo, pues era muy adictivo.

Así que cerré los ojos, para saborear ese extraño olor. Era muy dulce.

'¡Es él! ¡El aroma viene de nuestro compañero!', gritó mi loba.

De repente, lo vi. Fue un momento especial y mis ojos se agrandaron con sorpresa, mientras nuestras miradas se encontraban. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la alegría desaparecía de su rostro y era reemplazada por ira y decepción. Sentí que tenía que apartar la vista, porque no soportaba ver las emociones que se asomaban por sus ojos.

"Ángela, ¿qué sucede? ¿Por qué te detuviste?", preguntó Lani.

"No pasa nada. Es que recordé algo". Desvié la mirada y fingí estar buscando un par de sillas para sentarnos.

'Vamos, tenemos que acercarnos a nuestra pareja', dijo mi loba. Yo podía sentir su felicidad y eso me dolía todavía más.

'Eso es imposible, Slade. Pude ver en sus ojos que no siente ninguna atracción hacia mí', contesté.

'¡No! Eso no es cierto. Mi pareja nunca me haría eso. Tal vez, malinterpretaste las cosas'. En ese momento, logré sentir el poder de Slade y me di cuenta de que ella quería tomar el control. Era la primera vez que mostraba deseos de dominio. Yo ya había cumplido dieciocho años y, aunque todos los lobos pueden cambiar su forma a los dieciséis, yo no había podido transformarme todavía. Mi loba me consolaba diciéndome que no había llegado el momento adecuado, pero mis compañeros de manada opinaban que yo no era una loba de verdad.

'¡Slade, detente! Ya te dije lo que vi y estoy segura de que tú también te diste cuenta de que no le gusté y de las emociones tan negativas que se asomaron por sus ojos'.

Cuando volteamos a mirarlo, él estaba coqueteando con Danna. Esa chica tenía fama de ser toda una pr*stituta, ya que había estado con muchos de los hombres de nuestra manada. Además de ser hermosa y s*xi también sabía pelear, por eso casi todos los machos de nuestro grupo la adoraban.

'¿Te das cuenta? A él no le interesamos, ni siquiera voltea a vernos'. Slade se quedó en silencio, sin saber qué contestar.

Miré a mi amiga que estaba ocupada comiendo y no soporté guardar en secreto mis emociones.

"Lani, acabo de encontrar a mi pareja", confesé con voz temblorosa.

"¿De verdad? ¿Quién es? Eres una suertuda amiga. Es increíble que apenas hoy estábamos hablando de eso y hayas conocido a tu compañero de vida. Pero... ¿Qué está pasando? ¿No estás feliz?".

"Hablaremos de eso en otro momento. Solo quería que tú, como mi mejor amiga, supieras que lo encontré", expliqué.

En realidad, no sabía cómo contarle sobre la reacción de mi compañero cuando él descubrió que yo era la chica que el destino le había asignado.

Además, no podía decirle quién era, porque estaba segura de que toda la manada se decepcionaría cuando supieran quién era mi compañero.

'Tenemos que hablar con él. Sea quien sea, no tiene derecho a hacernos esto', dijo Slade. Su molestia estaba creciendo poco a poco, lo que me hizo temer que estuviera a punto de explotar.

'¿Somos nosotras quienes lo tenemos que hacer? Él es el hombre y debería buscarnos', dije tratando de que mi loba entrara en razón.

'Si no quiere acercarse, a mí no me importa. Yo iré a hablarle, aunque él no quiera'.

A pesar de que aún no la había visto en persona y no sabía qué tipo de loba era, me sorprendió su reacción, pues demostraba tener un carácter fuerte. De cualquier manera, era ella quien no quería revelarse ante mí y por eso todos pensaban que yo no era realmente una loba. De todas formas, si alguien intentaba lastimarme, ella compartiría su poder para curarme y restaurar mi fuerza. 'Está bien, vamos', dije.

Lo vi salir de la cafetería y pensé que era el momento adecuado para ir a buscarlo.

Y Slade pensó lo mismo: 'Tenemos que seguirlo', dijo.

En ese momento, él ya estaba al otro extremo del pasillo, muy cerca de los vestidores.

'¡Date prisa, Ángela!'.