Home/ Renacida, recuperé todo mi pertenecido Ongoing
Cuando renací, juré recuperar todo lo que me pertenecía.
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En el Hospital Privado Yahya.

El sol resplandeciente iluminaba el cielo, y el leve piar de los pájaros llenaba el ambiente junto con el dulce aroma de las flores.

En la esquina noroeste de la habitación individual, el aire acondicionado llevaba encendido todo el día, por lo que el lugar estaba tan frío como un témpano de hielo.

Si no hubiera sido por la agitación de la manta que cubría la cama y el movimiento de un par de ojos que seguían el vuelo de una mariposa al pasar, la gente no hubiera notado la presencia de una persona debajo de la frazada.

Pobre mariposita que confiaba en la seguridad de aquel recinto, que en realidad era un espacio mortal para ella.

"¿No te parece bien morir conmigo?"

En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe e irrumpió un desbocado repiqueteo de tacones altos, golpeando alocadamente el suelo y quebrando el silencio de la sala.

"Shakira Reed, bruja venenosa, ¿cómo es que sigues viva?" La cobija que cubría el cuerpo consumido fue arrancada de un tirón. No obstante, la paciente acostada en la cama sonreía.

"Señora Hernández, ¿acaso no es usted una dama siempre elegante y bien comportada? ¿Por qué tanta agresividad?" La voz no era fuerte, pero cada palabra resultaba muy clara para los oídos.

"No puedo llevar una buena vida en la casa de los Hernández. ¿Acaso tú sí podrías?" Chinwe Reed habló, rechinando los dientes, en el oído de Shakira.

"Estoy a punto de morir, ¿qué buena vida puedo llevar? Pero me siento mejor al verte desdichada", dijo Shakira, soltando una risita complacida.

Chinwe miró a Shakira y respiró profundo. De inmediato recuperó su refinamiento y se sentó en la cama.

"Chinwe, déjame preguntar… ¿Se acabaron tus días de gloria con los Hernández?"

"O sea, ¡¿fuiste tú quien envió esas fotos?!", le respondió con otra pregunta. "Realmente te habíamos subestimado; tumbada en esta cama de enferma y aún eres capaz de hacer cosas como esa. Y dime, ¿también fuiste tú quien provocó el colapso de la familia Reed?" Chinwe miraba a Shakira con incredulidad.

"Siempre te dije que eras estúpida, pero nunca lo asumiste. La gente inteligente no necesita hacer ciertas cosas con sus propias manos", dijo Shakira mirando a Chinwe con desprecio. "¡Eres tan idiota que creíste poder engañar a Wyatt Hernández!"

"¿Y yo qué más podía hacer?“, preguntó ella, ”¿quedarme con los Hernández y envejecer sola?"

Desde el día en que se casaron, Wyatt Hernández había sido un extraño para ella, quien no pensaba quedarse en esa casa para verlo traer a sus hijos ilegítimos, uno tras otro.

"En realidad, si pudieras pasar el resto de tu vida con esa familia, sería una bendición para ti, pero te creíste demasiado". Shakira cerró los ojos, como si hablar la hubiera fatigado. Sin embargo, estaba sonriendo.

Shakira estaba tan flaca que semejaba un saco de huesos, lo que hacía que su sonrisa luciera macabra, aunque algo distinguida.

"¡Vas a morir, pero no dejaré que te vayas al infierno con una sonrisa en la cara!"

Repentinamente, Chinwe se acercó a Shakira y le preguntó al oído si quería saber algo sobre Keir.

Al escucharla decir ese nombre, Shakira se estremeció y preguntó con angustia: "¿Qué pasa con Keir?"

Shakira había estado hospitalizada durante más de un año y no había visto a Keir desde entonces. Lo que sabía de ella procedía de todo tipo de noticias que le llegaban y que la habían ido venciendo poco a poco.

Keir buscaba a su madre por todas partes. Sufrió acoso escolar y fue enviada al hospital. Ahora estaba muerta.

Shakira sintió una gran necesidad de saber lo que su hermana iba a decirle sobre Keir.

Chinwe no se hizo de rogar, así que, de inmediato, le contó: "Inicialmente, queríamos donar los órganos de Keir, pero tras haberlos extraído, algunos de los familiares de los receptores se enteraron de que la madre de la donante era una asesina y no quisieron aceptar la donación". Ella suspiró, e inclinándose hacia Shakira, le preguntó: "Hermanita, dime, ¿qué hacemos ahora?"

"¿Q-Qué has dicho?" Shakira estaba tan sorprendida que sus ojos parecía que iban a salirse de las profundas cuencas en su rostro.

"Lo que oíste, pero Keir está en buen estado, congelada en la morgue, aunque parece que le faltan algunas partes". Diciendo esto, Chinwe sacó muy tranquila una polvera de su bolso y se retocó la cara.

"¿Qué partes le faltan?"

Shakira miró fijamente a Chinwe, sintiendo que su alma se iba separando de su cuerpo poco a poco. "Chinwe, si hay una próxima vida..."

"¿Y qué si hay una próxima vida? Sabes cómo murió tu madre... de quién era hija Keir..."

Keir... Keir...

Keir siempre preguntaba: "Mami, ¿dónde está mi papá?"

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