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Mi nombre es Luna, Soy La Alfa de todas las manadas, vivo en mi manada Luna Azul, desde hace varios años ya que dirijo todo como Alfa Suprema, me adentre en lo profundo de mi territorio era media noche, me sentía observada nose porque era extraño.

Sentia una atracción muy extraña en dirección a la cascada, es un lugar muy hermoso y pacifico, pero esa sensación no sé me iba, sentía la gran nesecidad de saber que era, me fuí acercando poco a poco, y por un momento me pareció ver unos hermosos y relucientes ojos, color Turqueza, tan brillantes como perlas.

Puse mis sentidos alerta por si era algo o alguien que me quisiera atacar, como Soy Una Mujer lobo, mis destrezas son increíbles, pero de un momento a otro no vi más esos ojos, como si se hubiese esfumado. ¡Seria el cansancio! últimamente he tenido ciertos problemas, con los hombres lobo y también las ninfas, ya que seguirán discutiendo por una parte de mi territorio en la manada que según ellos les pertenecía, asta que llegamos al acuerdo que tanto los lobos como ninfas podrían verse beneficiados de este místico lugar, ambas partes aceptaron, porfin se dejó esa disputa y todo volvió a la paz y tranquilidad de siempre, La diosa luna me dio el privilegio no solo de ser una Loba Alfa, sino que también era muy bella físicamente, tenía el pelo color rojiso, mis ojos eran tan profundos como el mar, su color era azul, tenía un cuerpo bien "proporcionado" dirían muchos, yo decía que es lo que me toco, pechos medianos, glúteos algo grandes, hermosas y estilizadas piernas, no era muy alta pero tampoco muy baja, media 1,65metros y mi piel era tan blanca que perecia brillar.

Realmente no sabía porque tenía esta sensacion, me sentía atraída hacía el portador de tan hermosos ojos, oh diosa será posible que al fin después de tantos años sea mi mate y compañero, solo tú lo sabrás diosa.

Seguí con mi ruta, corrí asta llegar al lago pero esa sensación de que me observaban no se me iba, será que estaba paranoica, debo estar agotada mentalmente, estos últimos tres día no me dejaban en paz ni los lobos ni las ninfas, por fin todo tubo solución y sin ningún herido.

Hace aproximadamente 150 años que manejo todas las manadas como Alfa Suprema, Soy hija una ya que mis padres no pudieron tener más hijos, mi madre después de darme a luz se enfermó mucho cuando tenia 20 años ella falleció, dando pie a que mi padre empezará a enfermar y por consecuencia a mis 21 años tuve que tomar el mando de todo, sigo pareciendo de unos 20 años, la diosa Luna nos privilegio permitiendo que podamos ser muy muy longevos, a comparación de otras razas, siempre tuve entendido que fue porque nosotros, osea nuestra raza a estado con ella desde hace siglos, la primer pareja de lobos, se dio gracias a su bondad después de ver cómo unos humanos dañaban a una pareja en el bosque en la luna llena roja, ella les dio el don o privilegio al ver la pureza en sus corazones.

Me adentre tanto en mis pensamientos que prácticamente ya amanecía, me fuí a mi mancion, cuando la mandé a construir, busque un lugar un poco Apartadó del centro de la manada.

Mi casa tiene 5 cuartos cada una tiene baño propio, estan vacías, realmente no le veía el caso a amueblar las, desde que papá murió me vine a esta casa, mis muebles eran color caoba, mi Cosina era grande, unos ventanales hermosos dejaban pasar la luz, me fui a mi cuarto, me metí a bañar me lave el pelo, y salí del baño me envolví en una toalla, me puse un pantalón de cuero al cuerpo, un top negro y una chaqueta negra, me maquille algo sencillo y natural, me seque mi cabello y dejé que se ondulara naturalmente, salí de casa hacía el consejo para saber si pasaba algo en los territorios.

Me dijeron todo, no habían problemas ni conflictos, solo me avisaron que aparentemente se dieron cuenta de que alguien entro al territorio por la zona de la casacada, dónde andaba a media noche, me pareció algo extraño ya que a mí me pareció ver a alguien bueno unos ojos, y sentía que me veían.

Pregunte si hubo daños o robos, pero no pasó nada extraño, eso me dejó sorprendida, no entendía entonces a qué entro o entraron.

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