Me sorprende como con tan solo maldecir algo que está conectado contigo puede afectarte, y que tan solo no haber dicho esas palabras es la única solución a lo inhumano.

–Me gustas Emelin, me encantaría que te casarás conmigo. No sé ni cuántas veces ya lo he rechazado, pero mi corazón se estruja y siento mis ojos humedecer.

–Es una pena Robert.

Digo con un con su zon de tristeza.

–¿Una pena?

–Si, ya no tendré quien se me declare una vez por día, o a quien destruir le su laboratorio.

Suspiro y agrego.–deberas no fumas ni te drogas?

Digo caminando por su laboratorio viendo las cosas que podría romper.

–No Emelin. Más que nadie sabes que he estado enamorado de ti por mucho tiempo.

–Si, sí, sí. Tienes que ayudarme tengo que volver al pasado y poner una generación torcida en su lugar. No más hijos ilegítimos, no más reencarnación de una tía con dudosa reputación.

–¿A Quién se parecerá?

Eso lo dice mirándome de arriba a bajo, lo sé tambié tengo una reputación dudosa, pero que más da es la única herencia que dejó por escrito y maldito mi tía.

–Sabes que te amo, y por más que me rechaces y por más que le diga a mi corazón y mente que no te ame no puedo, sabes que te ayudaré Emelin.

Agrega, No presto atención a lo que dice.

Ya no sé cuántas veces se me ha declarado. Verdaderamente he perdido la cuenta.

–Te ayudaré sabes que puedes contar conmigo. Pero no estoy seguro de que vuelvas, por eso quería decirte mis sentimientos, sé que lo he hecho en muchas ocasiones, pero...

–Okey, no tengo tiempo para esto...

Digo, dejando caer dos frascos con sustancias muy llamativas, a lo cual el deja la charla y comienza a maldecir.

–!Ups!

Me pongo de cuquillas quedando cerca del rostro de Roberth.

–Lo siento no me fije.

Digo fingiendo inocencia, el sabe que lo que más me gusta de entra al mugrero que tiene como laboratorio es romper o explotar cosas.

–Tu padrastro no va estar por esta semana, tendré lista la máquina para mañana.

Dice depositando un beso húmedo en mis labios, me hubiera gustado intensificar el beso pero recuerdo que tiene más de un mes sin bañarse y me separó bruscamente de el.

–Emelin.

Pronuncia mi nombre como una súplica, y vuelve a rozar sus labios con los mios, no pasa mas de una rozo y una caricia suave con su nariz y la mía, lo dejo ser está vez no me opongo, está será la última vez que estemos juntos.

Suspiro– Sabes que debo pasar a la otra vida siendo casta.

Me aguanto las ganas de ir más lejos.

Y así señores fue como por decirlo así vendí mi alma al diablo.