Home/ Eve mía, nunca huyas Completed
Tenía dos opciones, "vida o muerte": casarme con él y sufrir, o arriesgarme y saltar.
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En el palacio de los Black.

Narradora: Evelyn.

"¡¡¡Ni muerta!!!", grité a todo pulmón y con lágrimas rodando por mi rostro al verlo contemplarme con esos ojos tan fríos, no había sutileza ni empatía en esos hermosos orbes azules. Sus expresiones eran gélidas mientras me miraba con severidad.

"Escúchame bien, no sirve de nada que grites y te pongas dramática, ya hemos hecho todos los arreglos…".

"¡¡Cierra la m*ldita boca!! Me importa un car*jo sus arreglos. Ya lo dejé muy en claro, ¡no me voy a casar contigo y no cambiaré de parecer!", exclamé con los ojos llenos de ira.

"¡Cállate, Evie! Tienes que…", mi madre respondió, no obstante, la interrumpí a mitad de la oración.

"¡No, los que se deben callar son ustedes! Ya estoy harta de sus tonterías. ¿Cómo puedes hacerle esto a tu propia hija? ¿En serio soy de tu misma sangre?", grité en lo que las lágrimas seguían cayendo incontrolablemente.

"¿Qué dices, Evie? No estás pensando con claridad", ella trató de calmarme.

"Será mejor que nos demos prisa. Los invitados están a punto de llegar, así que alístenla cuanto antes", dijo el señor Black con una voz monótona.

"¡¡No!! ¡No lo haré!", exclamé con furia y por poco salía corriendo del lugar, sin embargo, Dylan me agarró de la muñeca con fuerza y me jaló hacia atrás.

"Te equivocas, cariño. Tendrás que cooperar con nosotros, quieras o no", me observó de manera tenebrosa, y mi mandíbula se crispó ante tal descaro. Lo miré con disgusto una vez que recordé lo que sucedió hace una hora.

~Recuerdos~

Una hora antes.

Hoy sería la boda con mi gran amor, mi novio Dylan Black que era cuatro años mayor que yo. Él era el director ejecutivo de Black Estates.

Nos conocimos hace dos años en un viaje de negocios en Londres para dialogar sobre la colaboración entre Black Estates y Clarke Enterprises. Yo era la líder del proyecto, y a Dylan le gustó tanto la propuesta que accedió a trabajar con nosotros de inmediato.

A partir de ese entonces, comenzamos a encontrarnos con frecuencia. Solía cortejarme, y aunque no me agradaba al principio, terminé enamorándome. No tardamos mucho en ser novios, y recientemente, me pidió matrimonio, cosa que acepté con todo el gusto del mundo.

Dylan era muy cariñoso y protector conmigo. Muchas chicas me envidiaban porque un hombre tan atractivo y encantador se había enamorado perdidamente de una chica tan sencilla como yo.

Me había arreglado para este día, ¡y vaya! ¡Me veía espectacular!

"Evie, date prisa, ya es hora de irnos", me avisó mi madre una vez que llegó el momento.

"Sí, ya voy", me revisé en el espejo antes de salir.

Mientras pasaba por el pasillo, escuché unos g*midos desagradables provenientes de una habitación.

"¡¿Qué rayos es esto?! ¿No pudieron escoger otro lugar para hacerlo?".

Me hallaba maldiciendo a esa pareja cuando, de repente, escuché un nombre demasiado familiar que causó que mi corazón se detuviera por unos segundos.

"Mmn… Ah… ¡D-Dylan!".

No… ¡Eso no podía estar pasando!

Tras escuchar la voz de aquella mujer, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

«¿Qué dem*nios está pasando?», pensé.

En lo que caminaba con pasos vacilantes hacia aquella habitación, me empezaron a sudar muchísimo las manos, y en cuanto más me acercaba, más fuerte se volvían esos sonidos pecaminosos.

Mi corazón latía tanto que todo mi pecho retumbaba. A pesar de que no comprendía nada, continué rezando para que fuera un sueño o que solo se tratara de otras personas.

Con las manos temblorosas y la respiración pesada, me armé de valor para agarrar el pomo y abrir la puerta. Lo que descubrí… ¡Hizo que el mundo se detuviera a mi alrededor!

Eran Dylan y Sophia besándose, la interacción entre ambos era tan apasionada que era como si se estuvieran chupando las caras.

Me congelé y me quedé observándolos con incredulidad.

De pronto, los ojos de Sophia se abrieron como platos al divisar mi rostro lleno de pánico, causando que ella empujara a Dylan por impulso. Por su parte, él se volteó confundido y se sorprendió tras verme.

"Evelyn, déjame expli…", ella tartamudeó. Como no quería escuchar nada en ese momento, salí corriendo del lugar.

Una vez que llegué a mi habitación, cerré la puerta de golpe y empecé a llorar a mares.

"¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Qué fue lo que hice mal?". 

Me senté en el suelo y continué sollozando.

"Evie, abre la puerta, tenemos que hablar".

Mis oídos se agudizaron al escuchar la voz de mi madre fuera de la habitación, así que me puse de pie de un solo salto y quise correr a sus brazos para que me consolara. No obstante, ella me agarró de la muñeca, me empujó para que entráramos de nuevo y cerró la puerta. Me quedé perpleja a causa de su comportamiento y, aun así, traté de revelarle lo que acababa de presenciar.

"Mamá, Dylan…".

"Lo sé".

"¿Qué?", articulé con sorpresa.

¿A qué se refería?

Mi madre suspiró con pesadez y me agarró de los hombros.

"Necesito contarte toda la verdad. Por favor, cálmate y escúchame".

Solo me limité a asentir con la cabeza, ya que todavía me hallaba demasiado confundida.

"Evie, la verdad es que… Tu matrimonio con Dylan es un acuerdo de negocios. Tu papá y el señor Black lo decidieron así por una alianza que hicieron. Su familia invirtió alrededor de cincuenta millones de dólares en nuestra empresa, ya que estaba cuesta abajo. Ellos aceptaron ayudarnos con la condición de que te casaras con Dylan".

La miré estupefacta en lo que ella seguía explicándome.

"Pero, mamá… Dylan tiene a otra mujer, me fue infiel…".

"Nunca te amé", Dylan entró a la habitación y nos interrumpió de forma abrupta. Lo observé con los ojos llorosos, completamente perturbada por sus palabras.

"¿Qué dijiste?".

"Ya me escuchaste".

«¿Cómo se atreve?», pensé.

"¿Pero por qué?", mi voz sonaba irreconocible hasta a mis propios oídos. Me sentía totalmente destrozada por dentro.

Dylan suspiró hondo antes de responderme.

"Verás, Eve, todo se debió a un trato. Jamás me interesaste y nunca me gustaste, mis padres me obligaron a tener una relación contigo. Te traté de forma cariñosa para ganarme tu corazón y así concretar este matrimonio de mi*rda. Pero no te preocupes, te prometo que no te voy a tocar una vez que nos casemos. Ya tengo a mi novia, Sophia, y la amo demasiado, así que podrás hacer lo que se te dé la gana con tu vida. Solo aparentaremos ser marido y mujer enfrente de los demás…".

Antes de que pudiera completar su oración, le propiné una fuerte bofetada en la cara, haciendo que su cabeza se volteara hacia un lado y que me mirara con enojo.

"¡Cállense! ¡Váyanse al c*rajo! ¡¿Creen que es tan sencillo como lo plantean?! ¿Están conscientes de que me están confesando esta locura justo en el día de mi boda? ¿Piensan que accederé tan fácil? ¿Qué soy para ustedes? ¿Una m*ldita marioneta? ¡¡Jamás me voy a casar con un patán como tú!!".

"¡¡¡Evelyn!!!".

"¡Ya basta! ¡Jugaron con mi corazón y con mis sentimientos! ¡¡Me vieron la cara de tonta!! ¡¡Son unos despiadados!! ¡¿Cómo pudieron hacerle esto a su propia hija?!".

"¡Es por el bien de la empresa!".

"¡Me importa un bledo tu compañía! ¡Es como si vendieras a tu hija, mamá! ¡¡Nunca imaginé que me considerarías como una prosti…!!".

Antes de que completase mi frase, sentí un dolor punzante en la mejilla, por lo que la sostuve y observé con ojos llorosos a mi madre.

"¡Cállate! ¡¡No eres más que una buena para nada, una inútil de mi*rda!!".

Mis ojos se abrieron como platos debido a la sorpresa mientras ella seguía apuñalándome el corazón con crueles declaraciones.

"¿Y qué hubieras hecho entonces? No habrías sido capaz de salvar a la empresa de su pérdida. Ya habíamos cometido un grave error al poner de gerente a una chica tan patética como tú. Por tu culpa no hubo ningún progreso durante dos años y nos estancamos con esa enorme deuda. Ahora que alguien nos está ofreciendo ayuda, no voy a permitir que desperdicies la oportunidad. ¡Evelyn Clarke, te vas a casar con él y punto!".

~Fin del recuerdo~

Intenté zafarme de su agarre, pero aquello solo provocó que Dylan aplicara más presión en mi muñeca.

La señora Black se acercó y me dijo en un tono intimidante: "Ya déjate de berrinches. Cálmate y alístate para la ceremonia, o de lo contrario, enviaré a toda tu familia a la cárcel".

Me entumecí debido a su amenaza.

"¡¡No podrás hacer eso!!".

Todos empezaron a reír a excepción de mis padres, quienes seguían decepcionándome y atacándome.

"¡Bah, querida! No tienes idea de lo poderosos e influyentes que somos. Haremos tu vida imposible si no acatas nuestras órdenes. Tú eliges: te casas o te pudres en el infierno", la malvada mujer continuó amenazándome.

Me quedé sin palabras, y como sabía que no podía hacer nada, bajé la cabeza derrotada. Entonces, Dylan me jaló hacia él, me limpió las lágrimas y me arrastró hasta la sala de maquillaje.

Caminaba sin ganas, pues estaba completamente destrozada. Mis padres me consideraban una carga, una inútil y una buena para nada. Me esmeré todo lo posible para superar nuestra pérdida, trabajé día y noche para ese proyecto que colaboramos con la empresa de Dylan. Ni siquiera me percaté de que todo era un complot, y me callaron diciendo que mi esfuerzo fue en vano.

«¿Es en serio, mamá y papá?», pregunté para mis adentros.

Estaba absorta en mis pensamientos y las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas.

"Maquíllenla de nuevo y asegúrense de que mi novia luzca perfecta". 

A pesar de que lo dijo con una sonrisa, ni por un segundo lo miré.

De todos modos, ya no quedaba nada más por ver ni escuchar.

Absolutamente nada.

Ya no tenía sentido pelear.

No había nada que pudiera hacer.

Una vez que Dylan salió de la habitación, los estilistas me sentaron y comenzaron a maquillarme de nuevo. Entretanto, yo seguía afligida y solo miraba al vacío.

Fin de la narración de Evelyn.

En la boda.

Dylan y sus padres se ocuparon en recibir a los invitados, mientras que los padres de Evelyn atendían a sus amigos y familiares.

"Señora Clarke, llama a Evelyn", solicitó la señora Black, a lo que la otra mujer le sonrió antes de retirarse.

La señora Clarke entró a la habitación de Evie y se encontró con un silencio inquietante, así que decidió ir al baño para revisar. Sin embargo, se detuvo al hallar una ventana abierta…

En ese instante, se le cortó la respiración.

"¡Santos cielos! ¿Evie se escapó?".

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