Home/ Los mejores amigos no deberían saber cómo sabes Completed
Ashley estaba enamorada de su mejor amigo Blake, y pensaba que él no lo sabía. ¡Sin embargo, él lo sabía TODO!
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Y él empujó hacia su centro y bombeó tomado de su cintura hasta que ella solo pudo sentirlo a él. Un gemido sin aliento escapó por sus labios. El sonido seductor disparaba shocks de olas placenteras por todo su cuerpo. Las caderas de ella se balanceaban para atraerlo más aún hasta que...

"Ey, pequeña Ash, hemos venido a robarte de los libros un rato", Ryan entró de golpe por la puerta con Blake justo detrás de él.

Otro gemido se escapó por sus labios y rápidamente puso el libro sobre la cama. Sentía que sus mejillas ardían mientras se acomodaba las gafas. "Oh, dios, esto sí que es vergonzoso", pensó apoyando la espalda sobre el respaldo de su cama.

Ryan se dejó caer sobre el suave colchón con los brazos y las piernas extendidos. "Estoy celoso por la cama que tienes", dijo entre gemidos mientras se estiraba aún más, hasta que sus manos tocaron el muslo de ella.

Podía sentir los ojos de Blake sobre ella, estudiándola, hasta que no lo pudo soportar más y fijó sus ojos en los de él. Esos ojos azules no hicieron más que dejarla sin aliento, entonces rápidamente desvió la mirada.                                                                                        "¿Qué estabas leyendo, Ley?", se podía escuchar un tinte de diversión en el tono de Blake.

Pero antes de que ella pudiera responder, le sacó el libro de las manos con mucha rapidez. "¡Ey!" Una protesta silenciosa la dejó los labios entreabiertos; entonces, se levantó rápidamente y sus pies golpearon el suelo de madera.

Su pelo, negro, suelto y rizado, calló salvaje sobre sus hombros. Le llegaba hasta su cintura, pero no tenía ninguna intención de cortarlo. Blake se reía y estiraba sus brazos para que ella no pudiera alcanzarlo.

Al ver que sus ojos azules ojeaban las palabras de su libro, sintió que su corazón se paraba. En silencio le rogó a dios que por favor no lo leyera en voz alta mientras se ponía en puntas de pie para intentar sacarle el libro de las manos. Al ver que su intento era inútil, dejó salir un suspiro de frustración. Era más alto que ella, eso seguro.

Podía escuchar las risitas divertidas de Ryan al ver cómo ella intentaba sacarle el libro, y pensó con sarcasmo que tenía los mejores amigos del mundo.

"Y él empujó hacia su centro...", comenzó a leer Blake y la miró enseguida; cuando esos remolinos de color azul se vuelven más oscuros, su respiración se corta. Entonces, él levantó una ceja divertido mientras la estudiaba.

"Ley, ¿no te parece que eres un poco inocente para estos libros?", dijo con tono de burla.

Sus rizos oscuros caían sobre su frente y sus pestañas eran tan largas que ella sentía celos, aunque tuviera vergüenza de admitirlo. Su nariz era recta y llegaba hasta unos labios suaves que ahora estaban curvados en una sonrisa. Era de verdad guapo.

Estaba segura de que se veía completamente una roja camión porque sentía cómo se sonrojaba cada vez más. La risa de Ryan flotó por toda la habitación, con tanto volumen que tuvo miedo de que sus padres subieran a ver qué estaba pasando.

No quería que la vieran avergonzada frente a ellos, y pero conociéndolo a Blake, no perdería esta oportunidad. Nadie sabía sobre su reserva de novelas eróticas que tenía escondida bajo su cama. Pero en ese momento, su secreto se estaba por develar.

Entonces, ella gruñó fuerte, apretó sus dedos en un puño y lo golpeó a Blake en el pecho. Cuando él dejó salir un gemido, ella aprovechó para saltar y sacarle el libro de las manos.

"¿Por qué mamá los dejó entrar?", se quejó, mortificada por que Blake había leído esas palabras en voz más alta de lo necesario. Rápidamente puso el libro sobre la cintura de sus pantalones deseosa de que Blake no volviera a intentar sacárselo.

Sus ojos azules se iluminaron al mirar el libro y se podía ver una pizca de travesura en ellos. Ella sacudió su cabeza rápidamente, saltó sobre la cama y terminó cayendo sobre Ryan. "M*irda, Ash, creo que me quebraste la mano", dijo él entre gemidos mientras la empujaba.

"Deja de hacer drama grandote", respondió ella entre risas mientras se acostaba sobre su estómago. Tenía el libro presionado sobre ella de un modo muy incómodo, pero se rehusaba a girar por si Blake volvía a intentar sacárselo.

Blake sonrió mostrando sus dientes blancos y perfectos. "¿Estás intentando tener a Raven cerca de tu c*ncha?", se refería al personaje masculino del libro que estaba bombeando a la mujer. El comentario la hizo quedarse casi sin aliento; sentía que su rostro se enrojecía más de lo que creyó posible.

"Devo dire che sono geloso 

Tengo que decir que estoy celoso

", dijo Blake entre risas.

"Oh Dio, un altro giorno di terza ruota 

Oh, dios, otro día como el sujetavelas

", respondió Ryan. Ashley no podía comprender el idioma que hablaban y siempre lo usaban para decir cosas en su contra.

"Ey chicos, vamos, ya saben que no entiendo cuando hablan en italiano", se quejó y Ryan se sentó como para poder llegar a desordenarle el pelo. "Entonces, ¿qué podemos hacer en tu contra?", dijo riéndose, pero ella primero le sacó la mano y luego los mechones que le habían quedado sobre la cara.

"De todos modos, ¿por qué están aquí tan temprano? Son las 9 de la mañana", les preguntó mientras giraba para estar más cómoda con el libro presionado contra ella. Al notarlo, Blake la miró nuevamente con picardía, pero ella lo frenó con su mirada.

Entonces, él fue a sentarse sobre la cama, un poco demasiado cerca de ella; tan cerca que ella podía sentir el aroma de su colonia, esa que la hacía gemir en voz alta. Y tuvo que advertirse a ella misma que era su mejor amigo, que debía dejar de pensar en él de ese modo. Culpó entonces a las novelas eróticas que estaba leyendo.

"Nerd, no es tan temprano, solo estás enojada porque interrumpimos tu momento de lectura. Aunque estoy ofendido que nunca me contaste sobre tus fantasías secretas", dijo Blake entre risas, y Ashley, sin aliento, lo golpeó en su musculosa pierna.

"Estas no son mis fantasías", se defendió, aunque su voz había sonado muy dudosa, incluso para ella.

"Nuestra pequeña Ash ya no es más una niña inocente, Blake", dijo Ryan riéndose antes de chocar los cinco con Blake sobre la cabeza de ella, y ella dejó escapar un soplo de molestia.

"¿Pueden parar?", ya se sentía realmente mortificada.

"Paramos si vienes con nosotros a Belle", insistió Ryan. Belle era un restaurante pequeño a unos minutos de su casa.

Era donde muchos adolescentes iban a comer y charlar con sus amigos en vez de hacer los deberes. Por más de que ella odiaba socializar, Blake y Ryan se aseguraban de que ella fuera con ellos a todos lados.

"Está bien, pero déjenme darme una ducha y vestirme primero", respondió Ashley gruñendo mientras se ponía de pie.

bebé

"Cuidado, bambina, no querrás que se te caiga el libro. Me encantaría saber más sobre tus fantasías, para el futuro", bromeó Blake, aunque ella pudo escuchar un tinte de seriedad en su voz.

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