Nunca imagine estar metida en esta situación, toda mi oficina está hecha una mierda, observo a los causantes de esto parado en cada esquina de la habitación, sus labios están sangrando, siento como si el mundo se me viniera abajo en el momento en el que escucho a Flavio hablar.

—Estoy cansado de tu jueguito, de ser un tercio en esta relación, esto se acabó— Dice furioso— Espero que tu esposo y tu sean felices con ese hijo que esperan.

Me quedo helada sin saber que decir, no entiendo cómo se enteró, pero siento mucho miedo en este momento, él toma su chaqueta del piso se acerca a mí, sin embargo, también da un paso mi esposo.

—Se acabó tu jueguito conmigo, espero no volver a verte en mi vida Irina— Siento el odio con el que dice esas palabras, se aleja de la oficina y con el azota la puerta.

Me quedo helada allí, mis pies no me hacen caso y sin darme cuenta las lágrimas comienzan a caer y es mi esposo el que me abraza, siento que esta vez lo perdí para siempre y todo por encontrarme en esta situación, aun no entiendo porque si algo que empezó tan bien pudo terminar lastimando a tantas personas.

Flash Black.

Cada vez que lo observo mi mundo se detiene, puedo detallar cada movimiento y gesto que hace, siento como se acelera mi corazón, no puedo evitarlo, él está concentrado escribiendo en su libreta, su rostro de concentración es perfecto.

—Srta. Rey ¿Le importaría estar pendiente de la clase? — Me dice irónica la profesora, vuelvo traer mi mente al mundo.

Escucho la risa de todos en el salón al darse cuenta que estoy haciendo, trato de no verlo y sigo pendiente de la clase de biología que no entiendo nada, siento que el día se vuelve súper largo, sin embargo, escucho sonar el timbre de salida, tomo mis cosas rápidamente, pero al levantarme de mi asiento él está afrente de mí, escucho el sonido de los chicos con comentarios absurdos, trato de alejarme, pero él toma mi mano y me lleva con él, hasta el patio

—Así que te gusta observarme— Dice sonriendo antes de abrazarme.

—No te burles Flavio— Lo reto.

—Es que me parece tierno que mi novia mi observe mientras estoy estudiando, yo también te miro, pero creo que soy más discreto.

—¿Te estas burlando? — Me da un beso en la mejilla y niega a mi pregunta.

—No, no me burlo, pero debes subir tus calificaciones, tú padre me matara que su hija luego de 2 años de novias conmigo no lo supere aun— Dice agrandándose un poco.

—Eres un idiota— El me acaricia mi mejilla.

—Pero soy tu idiota— Me da un beso corto en los labios y le sonrió, la verdad es que cada vez que me encuentro cerca del siento como si todo fuera perfecto— Pero hablo enserio Irina,

—Te prometo que estudiare mas, solo que hay cosas que aún se me complican— Lo abrazo y acaricia mi cabello.

—Me tienes a mí para ayudarte.

—Eres tierno, pero debes estudiar tu igual, aunque eres bueno en todo lo que haces.

—Debo reconocerlo, eso mismo me dijiste anoche antes de ir a tu Casa— Levanta una de sus cejas y sonrió antes su estupidez.

—¿Por qué me sacaste del salón de clase? — Le pregunto al alejarme un poco de él.

—Porque sabía muy bien que ibas a salir corriendo porque te apenaba, aunque todos saben que salimos, pero de la misma manera aun te apenas por cosas así.

— No es justo que me conozcas tanto, pero lo admito, por ahora vamos a comer

—Mi Rubia temerosa— Me dice con una sonrisa nerviosa— Hoy enviare las cartas a la universidad y me da algo de nervios.

—Todo estará bien, tienes muy buenas notas, más me preocupo por mi— Admito.

Él no me dice nada solo me regala un abrazo antes de marcharnos a comer algo, pero debo admitir que tengo miedo, Tenemos 17 años apenas, somos de esas parejas que salen desde que tienen 15 años, nos conocimos desde que tenemos 12 años y nos volvimos mejores amigos, cada uno hemos marcado la historia del otro yo soy su primer todo como el mío.

Sin embargo, aunque queremos ir a las mismas universidades sus padres lee están pidiendo asistir a una fuera del país, sus padres pueden pagar esa universidad, pero el mío no, mi única forma de ir con el es poder tener una beca, sin embargo, es casi imposible, ya que mis notas no dan para eso.

Me siento nerviosa y creo que por eso es que me pongo así cuando lo observo, tengo miedo de perderlo, le temo a la distancia, no es porque él no me demuestre que me ama, sino todo lo contrario, me hizo conocer que el verdadero amor existe, aunque me digan lo contrario, él es la razón por la cual puedo Salir de mi mundo de infierno, de mi familia disfuncional.

—¿Tierra llamando a Irina? — Me dice sacándome de mis pensamientos.

—Lo siento, estaba pensando en que debo también hacer mis solicitudes, quería ser grande, pero no sabía que debíamos tener tantas responsabilidades.

—Pero puedes verlo de esta manera, luego de graduarnos de la universidad nos podremos casar y no habrá nadie que nos separe en ese momento— Me da un beso en la frente.

—Miren a los tortolos— Nos dice Samuel su mejor amigo al acercase a nosotros.

—Deja la envidia— Le saco la lengua luego de mi comentario.

—Que feo que trates así a tu cuñado.

Mi celular comienza a sonar y era Miguel, el asistente de los padres de Flavio y también es como un segundo padre para él, leo el mensaje y me sorprende.

“El padre de Flavio lo intentaron asesinar, esta grabe en el hospital, por favor trae a Flavio, acá les explico, Irina cuídalo”

—¿Qué pasa amor, porque tienes esa cara? — Me pregunta sin embargo mis lágrimas me delatan, el toma mi celular y lee el mensaje.

Sin poder detenerlo el sale corriendo y Samuel me observa.

—El padre de Flavio está en el hospital— Le digo y corro tras de Flavio,

—Amor, espérame— Es lo que digo mientras voy corriendo detrás de él, pero no logro alcanzarlo.

Estoy cansada, lo he perseguido por dos cuadras, sin embargo, piso mal y me caigo.

—Joder— Me digo a mi misma tocándome el tobillo.

Lo observo detenerse y mirar a mi dirección, camina hacia mí y se pone a mi altura, me abraza y puedo escuchar que solloza, así que perdieron hacer silencio y responderle el abrazo.

—¿Estas bien? — Me pregunta tratando de aparentar tranquilidad.

—Sí, estoy bien— Le digo y trato de levantarme, pero no puedo.

—No me mientas, te lastimaste, lo lamento es mi culpa, pero es que tengo tanto miedo.

—Lo sé, vamos al hospital, no te dejare solo en este momento, nunca te dejaría solo.

El me carga en su espalda y suspiro, sé que su mente este hecho en un desastre, pero la vida es tan cruel en un momento podemos ser felices y en otro de un momento a otro todo puede cambiar.

Llegamos al hospital vemos que esta miguel junto a mi “Suegra” ella nos observa con desaprobación, con cuidado el me coloca en el suelo.

—¿Cómo está? — Pregunta el serio y Miguel se acerca.

—Lo están operando, le dispararon Flavio, hay que esperar que nos den noticias— El me abraza en busca de consuelo.

La relación con su madre nunca ha sido estrecha, así que se puede sentir la tensión de este momento.

—Debe verte un médico— Me dice.

—Estoy bien, me quiero quedar contigo en este momento, no te dejare solo eso ya lo sabes.

El bufo en señal de rendición y nos quedamos sentados en la sala de espera.