"¿No puedes quedarte?, ya hemos hecho los arreglos para que vengan los doctores".

Preguntó con tono humilde un anciano de cabello blanco en las sienes y con tres estrellas idénticas que brillaban sobre sus hombros, estaban en la frontera de Shen Zhou.

"La he defraudado durante muchos años, pero ahora que los maestros de las Ocho grandes leyendas del mundo han muerto en Shen Zhou, ya es suficiente para garantizar la paz de las fronteras durante unos cinco años, tiempo suficiente para que puedas entrenar a un nuevo 'Long Shen'".

Respondió el hombre que estaba al lado del anciano mientras miraba a la distancia y luego observó la foto que tenía en su mano.

La foto estaba manchada de sudor y sangre, y en la imagen se veía un hombre y una mujer de pie frente a una pared roja.

El hombre tenía un rostro inexpresivo.

Mientras que el delicado rostro de la mujer se veía frío, y sus delgados ojos de fénix parecían albergar tenacidad y un sinfín de agravios.

Ya era hora de compensarla por todo.

El anciano dejó escapar un largo suspiro: "Bueno, en los últimos años, has estado luchando por todo el país, y por fin la lucha contra las Ocho grandes leyendas ha llegado a su fin".

En ese momento, una ráfaga de viento cruzó por el cielo y levantó una nube de polvo.

Entonces se escuchó un tosido.

De repente, el hombre comenzó a toser y un rastro de sangre se filtró por la comisura de sus labios.

El anciano volvió a suspirar: "Le pediré a Hei Long que se quede contigo como tu secretario, no digas que no, algunas personas en el país han estado inquietas últimamente y Yin Long necesita un jefe".

El hombre volvió la cabeza, miró al anciano con las cejas levantadas y dijo: "Esa es una excusa muy mala".

"Al menos deberías mostrarme un poco de respeto delante de los guerreros".

El anciano se sonrojó, dejó de hablar, levantó la mano para saludar y gritó: "¡Adiós, Long Shen!"

"Adiós, Long Shen".

Decenas de miles de soldados gritaron al unísono y sus voces retumbaron en el cielo.

El hombre de repente volvió la cabeza.

Luego se puso de pie, levantó la mano, los saludó y gritó en voz alta.

"¡Que vivan los héroes que nos esforzamos por ser, y aun después de muertos, seguiremos siendo guardianes! ¡Aquel que intente incursionar en esta tierra sagrada, derramará su sangre sobre el color escarlata de la bandera!"

"¡Aquel que intente incursionar en esta tierra sagrada, derramará su sangre sobre el color escarlata de la bandera!"

Los miles de soldados volvieron a gritar con los ojos rojos.

Después, el hombre se dio la vuelta y, sin vacilar, abordó el helicóptero que lo había estado esperando durante mucho tiempo.

...

En un chalet al pie de la montaña en la ciudad de He Luo.

Long Shengtian caminó hacia la casa de la familia Shen lentamente con su bolso del ejército.

Al instante, volvieron a él los recuerdos de hace seis años.

Seis años atrás había sido dr*gado y alguien lo noqueó en el hospital psiquiátrico, en medio de su aturdimiento, se había acostado con Shen Yueru, a quien también le habían tendido una trampa.

Al día siguiente, la familia Shen los obligó a él y a Yueru a ir a la Oficina de asuntos civiles para que les dieran un certificado de matrimonio, ni siquiera celebraron la boda, ¡y esa misma noche, escapó!

Ahora el tiempo había pasado y ya no era el joven patético de ese entonces, ¡quería concederle a su esposa una vida de gloria y riqueza!

Cuando caminaba hacia la puerta de la casa, los guardias de seguridad detuvieron a Shengtian, y mientras les explicaba, miró hacia el patio.

En un rincón, estaban jugando unos seis o siete niños, todos llevaban prendas lujosas, excepto una niña.

El rostro de la niña estaba cetrino y delgado, su ropa era andrajosa, y sus enormes ojos redondos parecían haber perdido su brillo; en ese momento, tenía el cabello pegado al rostro, su frente estaba llena de sudor y tenía muchos moretones en los brazos y piernas.

De repente, una mujer con un maquillaje delicado y un vestido negro se apresuró en sus tacones altos.

"Bebé, bebé, ¿qué ha pasado?, ¿te duele?"

"Mamá, esta pequeña b*starda me hizo tropezar a propósito", se quejó el niño.

¡Entonces se escuchó una bofetada!

Cinco marcas escarlatas en forma de dedos se dibujaron de inmediato en el rostro delicado y tierno de la niña.

"Pequeña b*starda, ¿quieres que te mate? Si a mi hijo le pasa algo, te romperé las piernas".

"¡Mamá, cuando me caí me entró tierra en la boca!"

La mujer se enojó aún más al oír esto.

De inmediato, se volvió a escuchar una serie de bofetadas nítidas, y las mejillas de la niña quedaron rojas e hinchadas.

En ese momento, resonó un grito enojado: "Man, ¿qué estás haciendo?"

Esa voz... ¿sería ella? ¡Yueru!

Shengtian comenzó a temblar al ver a una mujer demacrada con el cabello desordenado corriendo hacia la niña y cargándola en sus brazos; la mujer tembló mientras miraba su cara roja e hinchada.

Entonces levantó la mano para limpiar la sangre del tierno rostro de la niña, pero no se atrevió a tocarla, por miedo a lastimarla más.

¡De repente, la niña se inclinó y escupió una bocanada de sangre!

¡Estaba escupiendo sangre!

"Yueru, llegaste en el momento adecuado, tu hija b*starda hizo un buen trabajo con mi hijo, que hoy está cumpliendo años. ¿Qué deberíamos hacer ahora que lo ha hecho caer?"

Yueru tenía los ojos completamente rojos mientras la miraba: "Es normal que los niños se tropiecen entre sí, ¿pero te parece necesario que un adulto golpee a una niña?, ¿cómo puedes ser tan cruel? Eres su tía".

"Claro que no, ni siquiera la considero mi sobrina. ¡Deberías estar agradecida de que lo único que recibió fueron algunas bofetadas!"

La mujer estaba tan enojada que su delicado cuerpo temblaba y las lágrimas corrían por su rostro: "No estás siendo razonable, ¿por qué tu hijo merece respeto pero mi hija no?"

"Cállate, ¡tu hija no es nada comparada con mi hijo! Él es un tesoro y el consentido de la familia Shen, mientras que ella es solo una b*starda, un montón de basura producto de ti y otro lunático que ni me importa quién es. ¡Esta niña podría ser otra chiflada, y en cualquier momento te dejará como lo hizo su inútil padre!"

¡Buum!

La cabeza de Shengtian, que seguía en la puerta, de repente explotó.

¿La niña era producto de ella y un lunático?

Seis años atrás había fingido ser un paciente mental para evitar ser perseguido y se escondió en un hospital psiquiátrico.

¿Él era ese lunático?

"¿Entonces ella es mi hija?"

Shengtian comenzó a temblar, golpeó a los guardias de seguridad y corrió hasta donde la mujer: "Yueru, ¿es ella mi hija?"

Yueru levantó la cabeza, lo miró fijamente y poco a poco sus ojos se agrandaron.

"Tú...".

"Sí, soy yo. Soy Long Shengtian. Dime, ¿ella es mi hija?"

Man señaló a Shengtian y gritó: "¿De dónde salió este mendigo?, vete de aquí. Un momento, ¿Long Shengtian?, ese nombre me suena muy familiar. Shengtian... ¿no eres ese psicótico?"

"Papá, abuelo, venid ahora, el marido loco de Yueru ha vuelto".

"Yueru, ¿ella es mi hija? Dime rápido, solo dime", insistió Shengtian con ansiedad.

Yueru cerró los ojos y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

¿Esa era su forma de decirle que sí?

Shengtian se sorprendió.

"Ja, ja, ja. Realmente es ese psicótico, no creí que regresaría después de haber huido hace seis años, pero ahora los tres están juntos".

"Abuelo, ¿puedes creerlo? Estos tres están locos y es un insulto para la familia Shen dejarlos estar en la fiesta de cumpleaños de Ziheng".

"Yueru, ¿por qué no aprendes de tus padres?, mira lo inteligentes que son, sabían que venir aquí hoy era una pena. Es mejor que todos os mantengáis lejos para no hacer las cosas más difíciles".

"¿No te has avergonzado lo suficiente durante los últimos seis años?, ¿todavía estás dispuesta a dejar que tus familiares y los amigos de la familia Shen vean todo esto?"

Este grupo de personas estaba criticando, ridiculizando y abusando de la pobre mujer.

Yueru estaba tan enojada que temblaba, pero no tenía la fuerza suficiente para responder, así que solo pudo abrazar a su hija con fuerza y llorar en silencio.

En los últimos seis años, se había acostumbrado a este tipo de insultos.

Esto le pareció increíble a Shengtian, si no fuera porque él mismo lo sabía, no habría podido creer que estas personas fueran la familia de Yueru.

Habían golpeado y regañado a Ziyu e incluso Yueru también había recibido una bofetada, y ni siquiera pudo resistirse; además, hicieron todo esto frente a los invitados que estaban en la casa de la familia Shen.

¿Qué otras locuras haría la familia Shen en privado?, ¡no tenían escrúpulos!

¿Cuántos agravios y torturas habían sufrido Yueru y su hija en los últimos seis años?

¡Shengtian ni siquiera se lo podía imaginar!

Era un Long Shen y había arriesgado su vida para proteger a su país, pero al final, ni siquiera había podido proteger a su propia esposa e hija.

¡Le parecía demasiado triste!

¡Simplemente le parecía ridículo!

Sentía culpa y arrepentimiento inconmensurables.

Después, una ira exasperante se apoderó de él.

¡Iba a acabar con toda la familia Shen en este mismo instante!

¡Todos los que habían humillado a su esposa e hija merecían morir!