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El bullicioso ruido de las calles de nueva york eran la constante música de fondo de un día de labor agotador. Los taxis serpenteaban las calles con una maestría absurda. Cristina Avery permaneció sentada con el rostro sumergido en su smartphone y la clara sensación de que si asomaba el rostro por la ventana su tranquilidad sería reducida a la nada.

Trabajaba en la industria de la moda y el diseño,en el ramo competitivo del área creativa,en donde sus compañeros masculinos solían ser tiburones que emergían violentos a la espera de una campaña como si fuera su presa, por supuesto,solían robarse la mejores,dejándole a ella las migajas del área creativa.

Tras la larga y fastidiosa jornada laboral, decidió que llegar a su casa y ver que Max estuviera esperándola con los brazos abiertos y a la espera de caricias de su parte era la mejor parte del día

El edificio donde vivía estaba situado en el south bronx,y no la mejor parte de este. El edificio de varias plantas llevaba años en reparación,pero la gastada economía de su vida no le permitía darse el lujo de vivir en Manhattan,donde era su sueño.

Sus pasos parsimoniosos la dejaron avanzar hacia el tercer piso,que era donde estaba su apartamento, por su lado pasó Jeremy,el hijo de Allison su vecina. Un niño que corrió con tal energía que le pareció imposible para un niño de su edad. Pero el hecho era que su cuerpo estaba tan agotado como para ganarle una carrera a Jeremy. Lo único que deseaba en esos momentos era llegar a la comodidad de su apartamento y que Max la estuviera esperando para llenarla de caricias y amor.

Subió el ultimo escalón y pudo ver la puerta de su apartamento con añoranza,se acercó y metió la llave en la cerradura para poder cumplir su ultima meta del día, descansar.

En cuanto lo hizo Max se acercó a ella y Cristina se dejó hacer. Acarició su cabello rubio y sus ojos ambarinos la miraron con amor del mismo modo que los de ella.

-Oh,Max cariño,te extrañe.

Max restregó su rostro entre los pechos de Cristina y ésta se perdió en el olor de su cuello y la suavidad de su cuerpo-Estoy exhausta-.afirmó.

Lo único que quería en esos momentos era tomar un larga baño y después tirarse frente al televisor con Max a su lado.

Se fue desvistiendo poco a poco y metió un pie dentro de la bañera al mismo tiempo que abría el chorro de agua y dejaba que ésta cayera sobre su cuerpo y lograra un efecto relajante en su piel. Podía quedarse eternamente sumergida en esa paz durante horas, pero el estómago le rugió de hambre y decidió cortar con el baño. Salió con el albornoz puesto y su cabello castaño oscuro chorreando agua por los costados, dejando que la tela la absorbiese.

En los gabinetes había muy poca comida,en la nevera igual, pero se sentía tan cansada para cocinar algo que decidió que un vaso de leche y unas galletas serían suficientes para apaciguar su hambre.

-¿Aún sigues viendo eso?.

Max tenía los ojos puestos en el televisor de 32 pulgadas e ignorando las palabras de ella-Tira para allá entonces sino piensas hacerme caso-.Le dijo dando un empujón al felino,que dio un gruñido voluntarioso en su contra.

Tenía televisión por cable,algo que siempre pensó era un gasto innecesario,ya que se la pasaba la mayor parte de su tiempo en la oficina y Max era el único que parecía perderse en el canal de chismes,hasta el astuto felino había aprendido a pisar el botón de encendido y ella no sentía el valor para quitar el control del mismo lugar o cambiar el volumen,total,a Max le gustaba.

Ya no solía hacer sus constantes rondines en la azotea,donde sus compañeros felinos jugaban y daban gruñidos al pelear. Se estaba volviendo un total holgazán y ella era en parte culpable.

Al ver que Max no le prestaba atención y había vuelto a acomodar su cuerpo en un rincón del sofá "Lo mas lejos posible de ella" Cristina decidió tomar el mando y cambiar el canal para hacerlo enojar. Se acomodó en su lugar y Max al notar que no pensaba volver a poner el canal de chismes,decidió darse por aludido y darle la espalda a su dueña.

-¡Bah! Pues vete,es hora que dejes la holgazanería y vayas donde tus amigos. Max,por supuesto, no le hizo caso y salió por la ventana ignorando a la fastidiosa de Cristina.

Al ver que se iba volvió la vista al televisor.

Los ojos le pesaban, pero se rehusó a quedarse dormida después de haber ganado esa pequeña batalla contra su gato. Cambió y cambió de canal sin parar, luego de un rato dio un pestañeo,volvió a cambiar el canal y un nuevo pestañeo de pereza. De pronto sus ojos se quedaron clavados en algo que llamó su atención.

Era un hombre que estaba sentado en el rincón de una habitación, en sus piernas tenía una libreta enorme y en su mano una tiza oscura con la cual formaba líneas sobre el papel. Era un hombre solamente,su cabello era oscuro y cubría la mayor parte de su pálido rostro impidiendo verlo bien. Eso no parecería muy interesante si no fuera por el hecho de que miró de pronto el dibujo de nuevo y se quedó impresionada.

Con su mano frotaba la tiza sobre el papel dibujando un corazón sangrante, pero el dibujo tomaba vida con cada trazo que él formaba,como si le diera vida con ella,como si el dibujo estuviera vivo. Vio como el corazón tomaba un color rojo carmesí con cada trazo que hacía y parecía empezar a palpitar en el papel,los gestos que él formaba al hacer eso eran sencillamente cautivadores. Algo en corazón de Cristina se formó, un nudo,una sensación, algo que no supo como explicarse.

Ella soltó un jadeo sorprendida y maravillada a la vez por el efecto y por el actor aquel que había logrado cautivarla como ningún otro,amaría la televisión y sus efectos si encontraba a ese mismo personaje en todos ellos.

-¿Quién es? ¿quién anda ahí?. Él subió la voz de pronto sorprendiéndola, el audio estaba curiosamente bien ambientado también.

Él se levantó del suelo y miró para ambos lados. Sus ojos eran negros,oscuros como pozos sin fin. Miró a su alrededor como alguien a la espera de ser atacado. Sin embargo no sucedió nada y volvió a su sitio.

Ella dio un respingo al ver los ojos del hombre.

Era una buena película si lograba dar esos efectos,o fue lo que pensó. Prestó atención y vio que él relajaba el gesto y volvía al mismo sitio de antes al no escuchar o ver a nadie cerca suyo.

Al percatarse que tomaba el lienzo con el que dibujaba,vio que el corazón ya no era rojo vivo, ahora era un simple corazón en trazos oscuros color tiza. El hermoso efecto había concluido.

-¡Mm!..

Susurró en forma decepcionada.

Entonces,él volvió a dar un brinco de su lugar y esta vez los pozos oscuros que eran sus ojos la miraron fijamente.

-¿¡Quién rayos eres!?-preguntó completamente fuera de sí. Cristina volvió a dar un respingo al notar la mirada de él clavada en ella. Se levantó de su lugar asustada,al girar el rostro para ambos lados pudo darse cuenta de que algo iba mal,algo iba diferente,estaba en la habitación del hombre.

¿Estaba dentro del televisor?...

Su sorpresa fue bastante grande,debía estar soñando,sí, debía ser eso. Claro que sí, todos esos efectos debió decirle eso también, pero había pensado que seguía viendo algun tipo de película.

-¿Quién eres?,he dicho.

La voz de aquel hombre era fuerte,eso,al contrario de asustarla,le pareció de lo mas suave,casi como un murmullo en la noche. Era su perdición, ella siempre se había sentido atraída por los tipos raros,o simplemente por los hombres rotos. Porque desde que recordaba estaba rodeada de tipos sin ningún futuro que desfilaban en la puerta trasera de su vida,obviamente no era para enorgullecerse,sin embargo no pudo evitar sentirse fascinada por aquella imagen aterradora para muchos.

Vestía de negro y tenía la mirada mas profunda que Cristina recordara.

-¿Yo?-se señaló ella al pecho con un dedo-No soy nadie-.Le dijo en forma indiferente. buscó con la vista algo,algo que la ayudara despertar de ese sueño que empezaba a ponerse bastante confuso.

-Entonces dime algo "nadie" ¿Cómo fue que llegaste aquí?. Él le habló en un tono que ella sentía molesto,como si la estuviera acusando de algo.

Y la verdad era que no lo sabía,como tampoco sabía si era correcto responderle al producto de su imaginación cansada,porque a esa conclusión había llegado, ese hombre sólo era parte de algún tipo de sueño,así que decidió ignorarlo.

Se acercó hasta una ventana,pero por ella solo podía ver una luna enorme asomándose majestuosa,proyectando su belleza en medio de la noche. Pero estaba segura que esa misma luna no se veía igual desde su apartamento.

«¿Qué podía hacer para despertar?»-pensó.

Decidió darse un pellizco para ver si lograba hacerlo,pero fue inútil, sólo logro dejar una marca roja en la piel,y eso que había puesto suficiente fuerza en ello y también en quedar ligeramente lastimada.

-¿Que haces?-preguntó él con fastidio al ver el acto tan ridículo de la mujer.

Era obvio que era una humana,una mujer de mediana edad, con el cabello llegando abajo de sus hombros sin algún tipo de corte moderno,su piel no era blanca precisamente, pero tampoco era oscura. Tenía el rostro redondo y unos ojos pequeños marcados con unas finas y delgadas cejas, sus labios tampoco eran tan gruesos,vaya,una típica humana normal. Pero la pregunta era ¿Cómo había llegado ahí?.

-Trato de despertar,obviamente.

Adantis la miró fijamente de pies a cabeza,nunca había sentido un interés especial en los humanos,no importaba su genero,jamas había hablado con uno y este en particular le pareció de lo mas irritante.

¿La habría puesto ahí su hermano? ¿porqué,para qué? Después de tantos años.

-No digas tonterías y dime que diablos haces aquí ¿cómo llegaste?.

Cristina volvió el rostro hacia él con el gesto visiblemente alterado. ¿Porqué su inconsciente le hablaba de esa forma?. Debía auto programarse para ser mas amable con ella misma,por lo menos en sueños.

-No lo sé, sólo me quedé dormida,¿cómo voy a saber?. Habló molesta y decidida a ignorar el tono de su estúpido sueño.

-¿Dormida? ¿asi fue cómo llegaste aquí?-.Él mostraba perfectamente que no creía en ella y su palabra, ¿pero que creía? ¿que por voluntad propia estaba ahí?.

-Sí,sí. Ya dije, dormida,ahora si me disculpas voy a despertar y no volveré a soñar contigo nunca jamás, en cuanto amanezca me compro algún DVD de relajación y jamás vuelvo a tu preciosa habitación. Recorrió el lugar con sus manos para dar énfasis. Y mencionó molesta al notar el tono acusador del desconocido ese sujeto o sueño.

Adantis se llevó las manos a la cadera y suspiró cansado.

-Haz lo que quieras,pero mientras estés aquí permanece callada,tus ruidos no dejan concentrame.

Ella alzó una ceja.

¿Que sus ruidos no lo dejaba concentrarse,a él,a un sueño?...

-Habrase visto,ahora los patos le tiran a las escopetas.

Él no comprendía gran parte de lo que ella decía,algo que podía llegar a ser muy frustrante y también algo con lo que no deseaba lidiar,si su hermano la había puesto ahí de pronto iba a buscar la forma de sacarla de inmediato,pero por el contrario, si él había hecho algo para tenerla ahí debía pensar claramente en qué era lo que había hecho,porque solo esas dos opciones tenía ,y para ser honesto,la segunda era su preferida.

-¿Disculpa?. No acostumbro tener trato con los humanos y desconozco sus costumbres y su forma tan...peculiar de hablar ¿qué se supone que quisiste decir con eso?.

Un momento, acababa de decir que no solía tener trato con los humanos ¿con los humanos?.

-¿Dijiste...humanos?. Oh claro,era un sueño,o pesadilla,debía referirse a eso.

-Mujer,mantente callada hasta que amanezca y puedas irte,tu voz me distrae.

-¿Mi voz te distrae?.

Lo dicho, habrase visto. ¿hasta al amanecer?,

-Silencio. Dijo levatando un dedo frente a ella-.Destruyes la atmósfera de mi habitación con tus quejidos.

-¿Pero cómo te atreves?.

La verdad era que de alguna forma él debía haberla hecho llegar ahí. Sus energías no eran como antes,debía tratar de salir de su encierro. Aunque llevaba mucho tiempo en ese lugar,estaba fastidiado de no poder escapar y eran ya muchos años de tratar de encontrar la forma de salir de su prisión.. Sentía que podía extinguirse como una flama. Había dibujado el alma perfecta de la que podía alimentarse, la que lo devolvería a la vida,si es que alguna vez la había tenido. Pero ¿ella?. No podía ser cierto, era una humana demasiado simple,si fuese un humano como ella estaba seguro que de toparsela en la calle ni siquiera voltearía a verla. Era la idea que se le cruzó por la mente,y mas que idea,un deseo desesperado.

-Calla mujer,ten respeto por lo desconocido.

Cristina se quedó lívida. ¿Cómo un maldito sueño le habla de esa forma?.

-No lo haré, un desconocido cualquiera no me hará callar,además, he dicho que haré para deshacerme de ti-es más,me haré una lobotomía para borrarte así-.chasqueo los dedos.

Entonces Adantis soltó una carcajada.

La humana tenía gracia,su voz era una clara nota chillona,pero soportable mientras dijera cosas como esas.

-¿Ah sí? ¿y cómo piensas hacer eso?...

-Cristina,ese es mi nombre...

Lo dijo esperando que el malhumorado hombre dijera el suyo.

-Pues...que bien.

Respondió él solamente.

¿Qué? ¿acaso era una broma?.

-¿Cómo te llamas?,producto de mi imaginación.

-¿Porqué habría de decírtelo? Soy sólo un producto de tu imaginación, ponme el que mas te guste.

Él era claramente joven,pero su forma de hablar,su inteligencia, era en exceso brillante,no era la de un joven

-Cierto-dijo ella-Eso es muy cierto,pero...la verdad es que me siento muy agotada ahora como para pensar en uno adecuado a tu...oscura personalidad.

-¿Oscura personalidad?. Rió.

-Sí,oscura personalidad.

-Vaya mujer latosa,no podría estar mas de acuerdo contigo.

Al parecer, que dijera eso le había gustado, si era algo que su mente había creado ¿porqué no lo había hecho menos.... Oscuro?. Aunque debía admitir que su mente había creado a un hombre sumamente atractivo. Lo era,no del tipo de belleza que se ve en las playas en un día de verano,con el vientre marcado,expuesto y unos largos y anchos brazos impresionables. Mas bien era alto,fibroso,pálido, casi gélido. Pero era hermoso en su forma mas terrible,era como ver una marioneta con vida,sus ojos parecían sombreados de negro. Sus labios eran carnosos y bellos,sutilmente delineados de un rojo pálido.

-Una vez tuve un novio,era un chico vándalo,de esos que solían pintar paredes y dejar grafitti por donde fuera,era algo guapo,no era muy simpático, pero era muy talentoso.

Ella habló de pronto como recordando,como si la comparación fuera lo mas obvio,no quizá en las pintas,pero su carácter y su fuerte inteligente le dijo que era lo mas obvio llamarlo de esa forma.

-¿Y qué tiene eso que ver conmigo?.

-Que se llamaba Gabriel,y creo te quedaría bien ese nombre.

Adantis la miró fijamente. No era un nombre precisamente humano,y con la misma sonrisa que ella no entendía,le respondió.

-Me gusta,puedes decirme de esa forma si quieres. Era una ridícula contradicción llamarlo de esa forma,pero era una broma personal que no pensaba compartir con ella.

Siniestra...esa la forma en que podía describir la sonrisa de ese hombre,aunque hubiera parecido eso para cualquiera, a ella le gustó.

Y una mirada cargada de curiosidad hacia ella, entonces...

La alarma sonó estrepitosa.

¿Qué? ¿que había sido eso?.

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