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  No sabía si estaba haciendo lo correcto al buscarla, pero la amaba y eso era lo que me importaba, nada más, así que sin importar no tener ninguna señal de vida de ella, el sentía que estaba viva y sufriendo al lado de ese hombre, porque aunque sonara un poco machista, yo sabía que no existía otra persona que la hiciera feliz aparte de mi, ella callo en mi vida para algo y no era precisamente para luego marcharse dejándome enamorado.

  —Hermano, ¿te encuentras bien? —dijo Daniela seria y yo levante la miraba.

  Si bien se significaba pensar que tal vez la mujer que amo puede estar muerta por culpa de ese imbécil, tal vez no lo este, no puedo dormir tranquilo, los preparativos para el viaje están casi listos y mis miedos están creciendo demasiado, por más que mire y mire una y otra vez noticias sobre ella, nunca encuentro nada, lo último que hay es las fotos de la estúpida boda, me da rabia solo verlas, esa debía ser mi boda con ella y en esa boda ella debía estar feliz, no triste, y más encima ese puto beso que muestran debía ser el mío con el de ella, sinceramente ella me hace mucha falta.

  —Ryan, por favor dime que tienes—dijo Daniella y yo solte un suspiro.

  Como podía decirle a mi hermana todas mis preocupaciones, claramente no estoy acostumbrado a contarle a una chica mis problemas, pero es mi hermana y gracias a ella Amalia llego a mi como un huracán arrasando con todo a su paso, hasta con mi pobre corazón que ya había sido maltratado por el abandono de Lucia, pero con ella me doy cuenta que si con Lucia me deprimí y odio a las mujeres y mas a ella, con Amalia es diferente, con ella sufro, pero sufro por no tenerla a mi lado, por no ver sus ojos, por no tenerla cerca mio, sufro tanto con la esperanza de volverla a verla a mi lado.

  —por favor, cuéntame—dijo mi hermana y yo la mire a los ojos.

  Sabia que fácil no seria pero lo intentaría lo mejor que pudiera, hablar con mi hermana nunca había sido fácil y mas si se trata de mujeres, prefiero hablarlo con David, hasta con Lucas, pero no con mi hermana, nunca pensé que hablaría con ella de una mujer.

  —Tengo miedo—dije yo y ella me miro seria

  —Ryan, tu con miedo, ¿de que?—dijo ella de manera burlona y yo la fulmine.

  No podía creer que mi propia hermana se burlara de mi en esta situación tan delicada para mi, tan grave para mi, definitivamente con mi hermana no se puede hablar de cosas serias, ella no sabe lo que siento por ella, lo que sufro por ella.

  —tranquilo, mira, dime a que le temes—dijo ella seria.

  ¿A que le temo?, le temo a todo si se trata de ella, tengo miedo de que ella este muerta y por eso no se nada de ella, tengo miedo de que ella se halla enamorado de Bruno y se olvide de mi, tengo miedo de que el imbécil la halla violado y embarazado otra vez, no quiero que ella sufra por eso otra vez, no por una violación de ese tipejo tal desgraciado, pero que yo me entere que le puso un dedo encima y lo mato con mis propias manos.

  —tanto tiempo sin tener rastro de ella, tengo miedo de que ella este muerta—dije triste y ella abrió los ojos en grande—tengo miedo de que el la halla matado.

  Dije por ultimo y mi hermana solto un suspiro, no sabia muy bien lo que me diría, pero obviamente no seria algo de mi gusto o tal vez si, tendría que prepararme para que me digiera cualquier cosa respecto a ese tema, obviamente tal vez la respuesta no me guste o pude que me guste, pero tal vez mi hermana me pueda ayudar en algo.

  —tengo que confesarte algo muy importante—dijo ella seria.

  No sabia que me diría pero estaba preocupado por la manera en la que me miraba, no sabia si seria alguna noticia como que Amalia esta muerta o cosas asi por el estilo cosas que obviamente no quiero escuchar de nadie, por nada del mundo quiero escuchar que Bruno mato a la mujer que amo, es algo imperdonable que cometería ese hombre.

  —¿que paso?—pregunte serio y ella me miro con pena.

  Okey, esa mirada no me gusta, claramente no quiero saber algo negativo sobre esto, no quiero ni pensarlo al respecto porque seria doloroso para todos, bueno me destrozaría a mi por completo y luego me convertiría en un asesino para terminar en la cárcel y mi hija o con su madre o con Daniella.

  —lo que pasa......

  —Amor, vamos—cuando mi hermana estaba apunto de decirlo llego David con mi sobrino en brazos otra vez dormido.

  No podía creer que en el momento mas importante de la conversación llegue este tonto e interrumpa todo, como no puedo esperar cinco minutos mas o tan siquiera distraerse por otro lado, pero obvio que no, el tiene que llegar en el mejor momento de todo, es una persona que arruina conversaciones y muchas cosas mas en la vida de las personas.

  —Espera afuera idiota, estamos hablando—dije yo molesto.

  —pero, ya es tarde, mañana hablan—dijo David y yo lo fulmine con la mirada.

  —espera un momento, amor—dijo mi hermana seria.

  —lo que pasa es.......

  En ese momento el bebe comenzó a llorar, yo lo fulmine con la mirada pero no se callo, no podía creerlo posible, definitivamente mañana me tocara hablar con ella, porque hoy no fue, mi hermana se levanto resignada y agarro al bebe en brazos para ver si podía hacerlo callar, pero este no se resignaba y lloraba aun mas.

  —Mañana vengo y hablamos, Ryan, no te morirás por esperar un par de horas—dijo mi hermana y yo negué.

  Claramente no moriré, ya esperado 6 meses sin Amalia y esperar un par de horas sin alguna información, no sera tan grave, obviamente podre resistirlo un poco sin parecer alterado.

  —Chao, Ryan—dijo david serio.

  —Chao, David, Daniella mañana te espero temprano—dije yo serio y elka asintio.

  —Nos vemos hermanito

  —dijo ella dándome un pico en la mejilla.

  —Nos vemos mocosa —dije yo con una sonrisa.

  Cuando mi hermana se fue yo me quede solo con mi hija, mañana venia Nancy a prepara el desayuno y almuerzo como lo hacia siempre, Emily corría por la casa con mucha energía, no podía creer que ella todavía tuviera energías, cuando yo estaba apunto del cansacio.

  —Emily, a dormir cariño—dije yo serio y ella me miro con cara triste.

  —No quiero, papi, mejor quiero que Amali venga—dijo ella.

  Yo también quisiera tenerla conmigo en estos momentos, pero las cosas no se diero así, ella esta con bruno y yo con mi hija, todas las personas que quisieron hacernos daño están a su lado y yo que solo quiero amarla, estoy muy lejos de ella, no puede ser mas frustrante.

  —Cariño, en tres días me voy para california—dije yo y ella sonrió.

  Note como empezó a brincar por todos lados, era una niña hermosa, estaba saludable y eso debía agradecerselo a ella, ella fue la culpable de todo esto, a ella debo agradecérselo y que mejor forma que buscarla donde sea que se encuentre y si esta con vida, aunque mi corazón me dice que si lo esta, me lo grita, pero mi cabeza me dice y la vida me da pruebas de que no puede ser así.

  Primero no hay existencia de fotos o algo de ella desde hace muchos meses, lo ultimo que hay es desde su boda y nada mas, ni siguiera en la de su padre, todo es muy sospechoso, tan sospechoso que me asusta un monton con solo pensarlo, no quiero que nada malo le pase.

  Tomé a mi hija en brazos para llevarla a la habitación, ya era muy tarde y necesitaba dormir, yo también lo necesitaba urgentemente, ya que entre mas rápido pasaran estos tres días mas rápido podría tranquilizar mi pobre corazón.

  —Papi, no tengo sueño

  —dijo mi hija con una sonrisa.

  Ella sera una excelente mujer cuando crezca, no tengo porque preocuparme de nada, yo confió en que algo le tuvo que aprender Amalia mientras estuvo a su cuidado.

  —Si quieres viajar conmigo a buscar a Amalia, debes hacer caso y ahora tienes que descansar —dije serio y mi hija puso carita triste.

  Sabia que no queria dormir, yo tampoco lo quiere hacer, pero al menos dormir le ayudara mucho con esta angustia que estamos viviendo.

  —Yo extraño mucho a Amalia—dijo mi niña con los ojos llorosos.

  —Yo también la extraño mucho—dije con la mirada triste.

  ¿Como no extrañarla?, ¿Como no amarla?, ella es una mujer única que llego a romper mi vida en pedazos, no tuvo compasión de mi y se llevo mi corazón con ella, porque ella lo tiene, ni siguiera soy yo, es ella la dueña de mi corazón y la dueña de toda mi vida.

  —Papi, ¿puedo dormir donde dormía Amalia?—dijo mi hija y yo asentí.

  —Dormiremos los dos—dije yo mientras abría la puerta del cuarto donde Amalia se quedaba.

  Apenas lo abrí el dulce olor todavía impregnado de ella salio para entrar por mis fosas nasales y llegar hasta mi corazón, que ya latía rapidamente por su inmenso olor y como me paso la primera vez que ma vi, ya tenia una ereccion con solo recordar ese día, no entendía porque me pasaba eso, ¿quien tiene una erección por un recuerdo?, claramente solo yo.

  Deje a mi hija en la cama y yo senté a un lado de la cabecera.

  —Papi no te acuestas—dijo ella y yo negué.

  —Me voy a bañar primero, pero duermete tu primero—dije y mi hija asintió.

  Ella cerro sus ojitos y yo le acaricie la cabeza suavemente para que se quedara dormida, pero no sabia cuanto tiempo duraría haciendo esto y mas cuando ella parece tener mas energía que todos nosotros juntos.

  Cuando mire que ya se habia quedado dormida suavemente para que no se despertara, obviamente pensaba dormir en mi habitación, no había recordado que tanto olia este cuarto a ella, parecia como si ella estuviera acá.

  Entre a mi habitación serio mientras intento mantener las lágrimas, los recuerdos estan presentes, solo con ver la cama es suficiente para centirme asfixiado en mi propio cuarto.

  Entre al baño, el mismo en el que ella se baño una vez, mire mi toalla, era la misma con la que habia tapado su desnudes aquella vez, esa unica vez que la pude traer hasta mi cama, pero la ultima vez que disfrute de su hermoso cuerpo.

  Deje que el agua pasara por mi cuerpo, no podía ni siguiera moverme para bañarme, me la pase quieto mientras intentaba bañarme a medias, porque ni ganas tenia de hacerlo, todo estaba muy complicado y mas ahora que no aguante la tentacion de buscarla este vez yo, la primera fue un accidente, pero fue el accidente mas maravilloso de todos, pero esta segunda yo pienso irla a buscar, aunque espero que no exista una tercera, no lo soportaría, no seria capaz de volverme a separar de ella, ya que ella es mi todo, junto a mi hija.

  Cuando sali del baño me puse la pijama para pensar si dormiría con mi hija o me quedaria recordando aquella noche, mientras pensaba mis ojos se fueron cerrando algo cansados.

  *********

  Estaba en un lugar muy bonito, estaba bellamente decorado, ni siguiera podia creer lo hermoso del lugar, un hermoso bosques con listones blancos por todo el lugar, comencé ha caminar en dirección a los listones, pero luego se fueron tornando grises, no comprendí porque habian cambiado de color, pero deje de darle importancia cuando la vi, estaba ahí parada con un vestido largo blanco.

  —Amalia, amor—dije con una sonrisa y ella volteo a verme con cara seria.

  Comence a correr lo mas rapido que pude hasta llegar a su lado.

  —mi amor—dije con intensiones de darle un beso pero ella se alejo.

  —¡No!, ¿Que te pasa, idiota?—dijo ella con actitud molesta.

  —amor, soy yo, Ryan, tu Ryan—dije con los ojos llorosos.

  —¿Ryan?, hablas del imbécil que me entrego prácticamente a Bruno, ese que ni siguiera fue capaz de pelear por mi y me dejo ir tan fácil.

  —Pero amor, tu.....

  —¡Cállate!—grito ella molesta—por tu culpa él me mato.

  Dijo ella lleno de furia, no podía creer lo que me estaba diciendo, era algo increíble, ella no podía estar muerta, no podía estarlo, ella estaba al frente mio, yo la estoy viendo con mi propios ojos.

  —No, el no, yo te veo, tu no puedes, no, no, por favor dime que no....

  Dije mientras lágrimas salian de mis ojos, no había sido capaz de continuar hablando porque había estallado en lágrimas.

  —Tu, tu no puedes estar MUERTA.—grite mientras me dejaba caer a sus pies, estaba llorando demasiado, no podía soportar la idea de no volverla a ver.

  —Tres meses, Ryan, solo tres meses tenia de haberme ido de tu lado cuando él me mato, fue de la pero manera y fue una día que intente ir contigo—dijo ella con rabia obligandome a mirarla a los ojos—¿Quieres escucharla?.

  Dijo ella y yo negué, no quería escuchar nada, no queria saber como le quitaron la vida a la mujer de mi vida, no podía creerlo, no quería creerlo, quisiera cualquier cosa menos esa, nadie esta preparado para que le quiten a la persona que mas ama en todo él mundo.

  —Pues lo vas a escuchar—dijo ella sentandose en él piso frente mio.

  —¡No!, por favor, no—le dije en manera de suplica pero ella asintió.

  —Fue un día normal para mi, me levnate desnuda de nuestra cama de matrimonio, porque si, nosotros nos acostamos luego de la boda, estaba un poco aburrida en acostarme con uno solo que decidí volver a New York, quería pasar otra noche de placeres contigo, pero él me descubrió y me mato a puñaladas, ¿Quieres ver mis cicatrices?.—pregunto ella y yo negué.

  No quería que me siguiera torturando de esta manera no soportaba la idea que de ella estuviera muerta, no quiere ni pensarlo, solo la quiero a ella.

  —Te las mostrare—dijo ella y se levanto el camisón.

  Cuando mire lo que había debajo cerré los ojos y mis lágrimas seguían bajando con fuerza, no podía creer lo que estaba mirando, me dolía ver eso, no quisiera ni pensar como fue.

  —78, me dio 78 puñaladas en todo mi cuerpo, miralas, QUE LAS MIRE TE DIJE—Grito ella y mis lágrimas no paraban.

  No podía creer que él me la halla matado, como pude mire todas las cicatrices que tenia, mire como se veía su cuerpo todo marcado, tan acabado por su culpa, por la culpa de ese imbécil no la puede tener a mi lado.

  —Lo voy a matar, LO MATARE—dije yo molesto.

  —Para que, ya paso todo, tu me demostraste que no me amaste tanto como dijiste, pero ven, mira mi entierro —dijo ella y comenzó a caminar.

  Como pude me puse de pie como pude y la segui, no sabia para donde me llevaba pero tenia la necesidad de seguirla.

  Cuando salimos del bosque una gran luz ilumino mis ojos, no podía creer lo que se estaba mostrando ante mi. Había un cementerio, se notaba a lo lejos un funeral, pero estaba solo, solo había una persona y era hombre que lloraba por ea persona que estaban enterrando.

  —acercate—dijo ella y yo lo hice.

  Cuando estaba lo suficientemente cerca pude observar que él cuerpo que estaban enterrando era a Amalia, mi Amalia, no podía creer que eso fuera cierto.

  Con todas mis fuerzas me tire encima del ataul y comence a llorar con fuerza, no podia creer que me la habian quitado, no podia creerlo.

  **********

  —Ryan—escuche la voz de mi hermana y abri los ojos.

  Lo primero que note fue la mirada preocupada de mi hermana, ni siguiera fue otros cosa, solo eso.

  —Estas bien—dijo mi hermana y yo asenti.

  Me sente en la cama y limpie mis ojos altamente pagachentos por estar llorando, no tenia ni idea que horas eran pero estaba cansado, tan cansado que pareceria que no dormí durante 9 dias enteros, pero solo fue una gran pesadilla.

  —Estabas teniendo una pesadilla—dijo mi hermana y yo asentí.

  No podia mentirle, claramente no podia hacerlo porque no soportaba mas la idea de pensar que estuviera muerta.

  —¿Que es lo que querias contarme?—dije yo serio y ella solto un suspiro.

  Necesitaba saberlo, sea lo que ella tenga que decirme, estoy dispuesto a saberlo, no existe nada mas grave que soñar que el amor de mi vida murió.

  —Lo que pasa es que....

  —Al punto, Daniela.—dije yo serio.

  No estaba para soportar sus rodeos, ni siguiera podía pensar con claridad lo qie voy hacer como para que ella venga a darme rodeos.

  —Espera, yo te explico las cosas desde el incio—dijo ella y yo asentí.

  No sabia que tenia que explicarme, pero estaba dispuesta a escucharla claramente.

  —Hace cuatro meses recibi una transacción de 1 millón de dolares—dijo ella seria.

  No podía creer que ella me saliera con estas cosas, sinceramente me tiene agonizando la partida de Amalia y ella me sale con eso.

  —Se que no le encuentras sentido, pero averigüe de donde venia esa cantidad y fue enviada de una cuenta fantasma desde algun punto del país, no me queria quedar con las dudas y seguí averiguando de donde venia y al final, pues como te digo.—me estaba artando sus rodeos.

  —Al punto—dije alterado.

  —La cuenta de origen del dinero es perteneciente de california y es de Amalia...

  Mis ojos se abrieron muy grandes cuando escuche lo que ella estaba diciendo, era simple increíble es que, no podía creer lo que había escuchado, por fin escuchaba algo sobre Amalia, ya había un prueba que me decía que tal vez no estuviera muerta, eso significaba demasiado para mi, era un avance, porque me resulta mas reconfortante ir y saber que existen posibilidades de que este viva y no saber que tal vez el la mato.

  —Es...enserio—Pregunte un poco nervioso.

  —Si, si quieres te muestro la prueba—Dijo y yo negué.

  No podía creer que esto estuviera pasando, era algo asombroso algo que me dejaba respirar con tranquilidad, ya que dejaba mi corazón aliviado, ya no tenía que preocuparme por el sueño, ya sabía que ella estaba viva o bueno dio señales de vida.

  —Te lo agradezco mucho, hermana—Articule con una sonrisa—. Muy pronto la voy a encontrar.

  —Todo por tu felicidad—Comento.

  Yo no dije nada más y la abrace fuertemente, estaba súper contento con esta noticia, ya no había nada que me dañara está felicidad.

  —Papi—La voz de una pequeña sognolienta llamó mi atención.

  —¿Que pasó, amor?—Pregunte separando me de mi hermana.

  Me acerqué a mi hija que tenía las mejillas completamente rojas.

  —Me siento mal, papi—Comento ella.

  En ese instante le toque su carita y me asusté al ver que tenía fiebre, no me gustaba ver a mi pequeña enferma, así que rápidamente la levanté entre mis brazos y la cubrir con la manta que tenía enrrollada en la mano.

  —Daniela, prende el auto, necesitamos ir al hospital—Articule preocupado.

  Mi hermana rápidamente se levantó y se fue corriendo hasta afuera, yo la seguí porque no quería perder tiempo y mientras ella lo prendía, yo me subía en el con mi niña, apenas cerré mi puerta ella puso en marcha el carro a toda velocidad.

  No me gustaba para nada que ella se enfermara, ni menos de fiebre, desde lo último que pasó tengo un gran miedo de que se vuelva a enfermar, no lo soportaría, sin su ayuda no seria capaz de soportarlo.

  Saque mi teléfono lo más rápido y le envié un mensaje al doctor que siempre la atiende cuando se enferma.

  Doctor familiar

  Voy para allá con Emily, tiene fiebre.

  Guarde el teléfono y le miré la carita a mi niña, su respiración era muy pesada, se notaba que le dificultaba respirar.

  Quince minutos demoramos en llegar al hospital, no espere ni que mi hermana parqueara bien el coche, si no que salí corriendo con mi hija, necesitaba atención, así sea un simple resfriado lo que presente.

  Cuando entré el doctor me estaba esperando con una camilla, yo acosté a mi niña ahí y le quite la sábana dónde está envuelta.

  —¿Desde cuándo tiene fiebre?—Pregunto el doctor analizando la.

  —Cuando despertó la tenía—Respondi.

  —Enfermera, llevela a hacerle unos análisis, descarte hasta el virus más leve—La enferme asintió.

  —Papi...

  —Todo estará bien, nena—Comente.

  La enfermera se llevó a mi niña en la camilla y yo me quedé con el doctor, mientras anotaba algo en su libreta.

  —Ya llegue—Articulo mi hermana.

  —Señor Ryan, puede que tal vez sea una infección no muy severa, pero voy a descartar que la enfermedad halla vuelto—Comento el doctor.

  —Si, no quiero que esa cosa regrese—Masculli.

  —En unas horas le digo el diagnóstico—Comento.

  Yo asentí y el doctor se fue por el mismo camino que hace un momento la enfermera se había ido, estaba preocupando, ahora que mi hija se había enfermado no me podía dar el privilegio de irme a buscar a Amalia, ¿Será está una prueba de que no debo ir?, ¿Será que debo seguir con mi vida dejándola atrás?, No sabía muy bien lo que haria, pero lo primordial era mi hija, mi niña.

  «Lo haré cuando lleves una verdadera relación de padre e hija con Emily», las palabras de Amalia invadieron mi cabeza.

  Ese día fue la primera vez que nos acostamos, cuando yo descubrí su identidad y cuando empecé a mejorar como padre, nunca se me olvidará, ¿Cómo hacerlo?, Una mujer llega a tu vida y así como llega se va, sin dejar rastro solo un beso y luego una carta.

  —Esperemos que se mejore—Comento mi hermana sentándose.

  —Creo que esto es una señal para que no viaje—Pense en voz alta.

  —¡Estas loco!—Dijo alterada mi hermana.

  Todas las personas del alrededor nos miraron con el ceño fruncido y yo solo puse los ojos en blanco, ya la escuchaba montando el show, pero igual eso no cambiaba que lo pensara, porque aquí mi hija se demorará un tiempo en salir y eso no me gusta, porque no la quiero tener en un hospital internada.

  —Daniela—Dije entre dientes.

  —Tu debes ir por Amalia, Emily no tendrá nada malo y podremos viajar sin ningún problema—Menciono mi hermana—, o prefieres que Amalia siga en brazos de Bruno, porque si es asi, era mejor que siguieras pensando que tal vez el la mato.

  Aprete los puños con fuerza con solo escuchar la idea que mi hermana acaba de decir, no quería que ella siguiera con el, verdaderamente la quería a mi lado, la extrañaba demasiado, pero mi hija no se había enfermado desde que ella se fue, tal vez yo, pero eso era por la depresión y que no quería comer, pero ella nunca lo había hecho.

  —Voy a llamar a David para que sepa que estamos aqui—Comento mi hermana.

  —Si, la última vez que no lo llamas se volvió loco—Respondi.

  Mi hermana se alejó con el teléfono en la mano, tal vez yo debería hablar con Luca para ver qué me aconseja respecto a ir o no ir.

  Estoy en el hospital, puedes venir, la niña se enfermó y no sé si será muy grave o no, estoy dudando si ir a buscar a Amalia cómo dije o no hacerlo.

  Lo envíe y su respuesta no tardó en llegar, se notaba que estaba desocupado, aunque me preguntó cuándo estará ocupado, porque ni novia le conozco actualmente.

  Luca

  Voy para allá, me imagino que también le dirás a David, la última vez casi nos mata porque no le contamos lo de Amalia, aunque ya se lo suponía, eso ni evitó que casi nos matará.

  Reí levemente al acordarme, llegó una vez en que Luca y yo mencionamos una que otra conversación que tuvimos sobre Amalia y el no estaba al tanto, decir que casi nos mata era exagerar mucho, pero no se puede decir que no lo intento.

  Mi hermana está hablando con el, si ella no le dice que venga yo le escribo.

  Todavía me costaba creer que mi hermana estuviera con David, pero me costó un poco aceptar que ella estaba embarazada de el, ahora se casarán en cinco meses, espero tener a Amalia cuando eso pase, eso me haría sentir completo.

  Luca

  Tu futuro cuñado

  «Mi futuro cuñado», actualmente lo eso, pero cuando se casen ahí si será oficial y permanente, David se convertirá en parte de esta familia, pero ya no como amigo de la infancia, si no como el esposo de mi hermana, procuraré dejarle muy claro que sí la hace llorar morirá, porque a mí sí no me pesa la mando darle un buen golpe para que aprenda, aunque internamente se que no lo hará.

  Mi cuñado permanente, será, porque ya lo es.

  En ese instante volvió mi hermana con la cara sería para luego volver a centarse.

  —David viene para acá—Comento.

  —Lo imagine—Repondi.

  Ella me miró y fruncio el ceño, David tiene más que claro que yo le podía escribir a Luca para que viniera y ese no se pierde una, a veces me gusta hacerlo sentir que lo cambie por Luca, aunque no sea así.

  —¿Porque?

  —Luca viene para aca—Respondi.

  En ese momento mi teléfono sonó otra vez y miré que era un mensaje de David.

  David

  Voy para allá, ni creas que dejaré que me remplacez, primerio con Amalia y ahora con Luca, ni loco.

  Reí un poco, pero cuando mire que el doctor venís otra vez guarde el teléfono y borre todo rastro de sonrisa que tenía.

  —Doctor, ¿Que tienen mi hija?—Pregunte cuando él llegó donde estábamos.

  El doctor soltó un suspiro y nos miró serio, estaba más que preparado para escuchar lo que me tenía que decir, quería saber que todo iba a estar bien y que mi hija estaría bien, que no pasaría nada malo y que esto no era un señal para que no viaja.

  —Doctor...

  —Afortunadamete podemos descartar una enfermedad, la niña solo tiene una infección, con unos remedios se pondrá mejor con los días, usted decide si quiere que la dejemos internada hasta que se recupere o se la lleva para la casa—Comento.

  Había dicho ya, que adoraba a este doctor, aparte de ser muy bueno, sabe muy bien como es mi temperamento, así que no correría el riesgo de retarme.

  —Que se quede—Respondio mi hermana en un susurro.

  Yo la miré y negué con la cabeza, no quería que mi hija se quedará internada hasta que se le pasará una infección, yo podia cuidarla en la casa sin ningún problema.

  —Me la llevo—Respondi

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