Nunca pensé que disfrutaría tanto ser una canalla, disfruto sentir el viento rozando mi piel y ver la vida de mis presas abandonando sus cuerpos mientras les rompo sus patéticos cuellos; incluso disfruto la sensación del frío rocío que cubre mi pelaje plateado cada mañana.

A veces me gusta recordar el día en que mi pareja bueno para nada, Damen, me rechazó, él era el próximo alfa, muy deseado, y yo solo era una beta gorda y fea; mi hermano, Jacob, también se apartó de mí, lo cual se sintió como si me rechazaran dos veces en un día, y eso mismo hizo esa p*ta que tengo por hermana, si alguna vez la vuelvo a ver, juro que le partiré su escuálido cuello. Ese fue el peor día de mi vida, pero de alguna manera, ahora me alegra que eso haya pasado; de lo contrario, nunca me habría convertido en lo que soy, nunca habría encontrado al hombre que me enseñó todo lo que sabía, y nunca hubiera cumplido mi destino.

Entonces decidí irme.

Y así lo hice.

Ahora soy feliz.

Soy la criatura más poderosa del bosque.

Mi nombre es Cassidy Knightlock y esta es mi historia.

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Regresemos un año y medio atrás.

Era mi cumpleaños número dieciocho, el día en que todo salió mal, el día en que finalmente pude encontrar a mi pareja.

Me desperté como todos los días en mi aburrida habitación con paredes color canela, cama con dosel, tocador, closet y espejo; la única ventaja que tenía era que contaba con mi propio baño. Yo era la menor de tres hermanos y la niña mimada de mi madre, ella sabía todo sobre mí porque en realidad no tenía amigos; toda la manada pensaba que era patética porque no resulté ser una metamorfo como mi hermana mayor, Briella. Sin embargo, no me hubiera gustado ser como ella en absoluto, creo que todos los niños y hombres de la manada habían encajado su llave en esa cerradura, si sabes a lo que me refiero.

En el mundo de los hombres lobo, es raro ser una metamorfo, por lo que son muy codiciadas por las manadas de todo el mundo; en la mía, la manada Shadow, teníamos tres metamorfos conocidas, y digo conocidas, porque nadie sabía que la cuarta era yo. Aprendí a mantener mi olor oculto del resto de la manada para que no pareciera como el de una metamorfo; las otras tres era la luna de la manada, mi hermana p*ta y una niña de cuatro años que ya había descubierto lo especial que era, y digamos que empezaba a ser un problema para sus padres. Realmente no las envidiaba en absoluto, y aunque la luna no era tan engreída como las otras, aún así caminaba pavoneándose.

Cuando me desperté esa mañana, me puse mi camisa a cuadros verde favorita, que acentuaba mis ojos, unos jeans azules y unos Vans grises; incluso dejé mi cabello suelto, en lugar de sujetarlo con mi habitual moño desordenado. Mi cabello color castaño rojizo, colgaba con sus ensortijados rizos naturales; tenía un mechón rubio que iba por todo el lado izquierdo de mi cabello, y que hacía contraste con el color castaño rojizo. Me apliqué un poco de rímel en mis largas pestañas y me miré en el espejo; sabía que no era la más bonita, tenía un poco de grasa en el abdomen y algo de acné, pero mis ojos siempre habían logrado resaltar de la mejor manera gracias a su llamativo color verde, mi mamá me decía que eran del color de la hierba cubierta del rocío de la mañana. Después, recogí todas mis cosas y bajé a la cocina.

Cuando llegué, mi madre casi me tira al suelo.

"¡Ay, mi niña finalmente encontrará a su pareja!", tenía los ojos llenos de lágrimas de alegría y se podía notar fácilmente que yo era su favorita de los tres; en segundo lugar estaba mi hermano mayor, Jacob, y por último mi hermana mayor, Briella. Mamá realmente nunca la quiso después de enterarse de todos los hombres con los que se había acostado; era una ferviente creyente de esperar a tu pareja, igual que yo y, en secreto, también Jacob.

"Vale, mamá, pero no creo que quieras matar a la cumpleañera", me reí de su entusiasmo, mi madre realmente era mi mejor amiga; la gente decía que me parecía mucho a ella, teníamos la misma nariz, la misma sonrisa y el mismo cabello, lo único que había heredado de mi padre eran los ojos y el temperamento. Él fue una pésima pareja para mi madre, la engañó con casi todas las hembras y creo que pensaba que mi mamá nunca se había enterado, pero no era difícil darse cuenta cuando el olor de una hembra diferente se mezclaba con el suyo al día siguiente. Lo peor de todo era que mi madre tenía que aguantar ese olor cada vez que él se acostaba con otra mujer; decía que se sentía como si le estuvieran apuñalando el corazón con cien agujas una y otra vez, pero tenía que tolerar todo eso porque mi padre era el beta de la manada y lo podían expulsar si hablaba, y también por mí. Llegué a la conclusión de que Briella se parecía a mi padre en el aspecto de dormir con cualquiera; por lo general, nunca veía a Jacob con ninguna chica, porque sabía que, en secreto, quería que su pareja fuera la primera, y no una p*ta cualquiera.

"Vale, ¡avísame de inmediato si lo encuentras hoy! No puedo esperar para conocer a mi futuro yerno", no estaba tan emocionada de que Jacob o Briella encontraran a sus parejas, supongo que esa era otra forma de demostrar que yo era su favorita. Jacob había estado buscando a su pareja durante los últimos años, pero no había tenido suerte, y sabía que eso lo estaba carcomiendo; al ser el futuro beta, tenía una reputación que mantener.

"Como si la pareja de Cassidy la fuera a desear en algún momento", murmuró Briella, y luego me miró con una sonrisa, como si ya lo supiera; no entendí qué había sido eso, Jacob y yo fuimos los únicos que la escuchamos gracias a nuestra audición mejorada, porque mamá ni siquiera se dio cuenta.

"¡Bien, vosotros, a la escuela ahora!", hizo un gesto para que Jacob, Briella y yo nos fuéramos. Jacob nos llevaba a la escuela todos los días, él estaba en el último año, Briella en el tercero y se suponía que yo debía estar en el segundo, pero como tomé todas las clases avanzadas, me promovieron un año. Así que técnicamente también era una junior, pero Briella no estuvo muy feliz después de que me ascendieron un año, y esa fue otra cosa más para añadir a la lista de sus razones para odiarme.

El viaje en el coche fue simplemente incómodo, Jacob tenía el peor gusto musical, era como una mezcla entre metal y rap, o algo así; lo único que hizo Briella durante todo el viaje fue hablar, o más bien gritar, por su móvil. Dios, ¿quién estaría dispuesto a escuchar esa voz tan desesperante?

Cuando llegamos, Briella salió corriendo del coche hacia su grupo de amigas, las mismas con las que había estado "hablando" por teléfono, y por amigas me refería a las otras p*tas que tenían miedo de lo que ella pudiera hacerles, ¡así que fingían ser 'mejores amigas'!; estaba segura de que todas la odiaban, y tampoco las culpaba, ella era engreída y arrogante. Hasta su ropa dejaba ver lo fácil que era, ese día llevaba una falda corta de cuero negro, un top de encaje negro transparente y unos tacones negros; su cabello rubio, obviamente teñido, y que ya tenía raíces de color castaño oscuro, estaba alisado, pero se veía grasiento. Se había puesto como un litro de perfume, lo cual casi me quemó la nariz, ¡no sabía cómo es que ellas podían soportarlo!, incluso mis ojos estaban lagrimeando, a pesar de estar a varios metros de distancia; aunque también había estado atrapada con ella en el coche durante diez minutos, creo que debí haber caminado hasta la escuela y así no habría tenido dolor de cabeza por ese nauseabundo olor.

Salí del coche con Jacob, él y yo teníamos una relación normal, me gustaba pensar que simplemente no nos agradábamos; lo único que parecía importarle a él era su reputación, por encima de mí o de Briella. Por supuesto, ella era popular gracias a todo el asunto de los cambios; a veces me gusta preguntarme cómo habría sido mi vida si hubiese admitido que podía cambiar, pero mi madre era la única que lo sabía. Ella fue quien me ayudó en mi primera transformación cuando tenía apenas siete años, la cual fue muy dolorosa; la hice prometer que no se lo diría a nadie, no quería recibir toda esa atención. Mientras Jacob y yo caminábamos hacia la entrada de la escuela, lo vi, era mi pareja; en realidad, primero lo olí, un olor como a manzanas y a madera recién lijada, era delicioso, y miré alrededor hasta que lo encontré.

El cabello sexy y desordenado era de color castaño, su nariz era pequeña, y tenía unos músculos bien torneados que sabía que algún día podría recorrer con mis dedos. Ya estaba teniendo pensamientos lascivos con mi pareja sin saber ni quién era, y cuando nuestras miradas se cruzaron, fue como si mi mundo se detuviera; sus profundos ojos azules se fijaron en los míos por lo que parecieron horas, y entonces finalmente supe quién era.

Damen Michaelson, el futuro alfa, era mi pareja.

"Pareja", susurré, y Jacob me lanzó una mirada de incredulidad.

Justo en ese momento, mi hermana p*ta apareció, le agarró el rostro y lo besó bruscamente, incluso se atrevió a saltar sobre él y envolvió sus piernas alrededor de su cintura; él la atrapó agarrando su gordo trasero para sostenerla.

Lo peor fue que Damen no hizo nada para tratar de detenerla, sino que le devolvió el beso, sabiendo muy bien que yo estaba justo allí.

Mi corazón estaba destrozado.