En la suite presidencial del Hotel Fonta gemidos ardientes llenaron el cuarto oscuro.

"Duele... Duele mucho..."

Julia Morales no dejaba de preguntarse si estaba soñando y por qué le dolía tanto el cuerpo.

"Desaparecerá en un minuto. Espera un momento". La voz magnética y sexy de un hombre llegó cerca de su oído, en forma de un leve susurro y con un dolor un tanto reprimido.

Por lo tanto, Julia resopló molesta, pero la incomodidad, como él le había dicho, se alivió de inmediato.

Los besos de aquel hombre eran suaves, pero firmes y enseguida aterrizaron en el cuello, los pechos y los muslos de Julia como lluvia, y luego se detuvieron en su pecho.

Y aunque sus labios estaban un poco fríos, encendieron el cuerpo de la mujer como si llevaran destellos mágicos.

En ese preciso instante, unos cuantos gemidos se escaparon de los labios de Julia. Y mientras sus sentidos le decían que lo esquivara, su cuerpo hizo todo lo contrario, y ella se inclinó hacia adelante para permitir que él pudiera acceder fácilmente a sus senos.

A continuación, las manos del hombre recorrieron cada centímetro de su figura, casi quemándola por completo.

En consecuencia, su cuerpo se tensó cada vez más, y de repente cruzó las piernas como si quisiera detener la invasión del caballero, pero su cuerpo mojado contaba otra historia, parecía como si lo estuviera llamando.

Aquel sujeto había creado un vacío en su cuerpo, que solo él podía llenar en ese momento.

"¿Todavía te duele?" El hombre le preguntó suavemente con un fuerte jadeo.

Julia no dijo nada, pero apretó las piernas alrededor de su cintura como respuesta.

La habitación estaba tan oscura que el hombre no podía ver claramente el rostro de Julia, pero podía percibir su dulzura.

Después de un largo rato, él finalmente se detuvo y dejó escapar un profundo suspiro.

Luego, miró a Julia que se había desmayado a su lado, y de pronto su visión comenzó a nublarse y también se desmayó.

Cuando Julia volvió a abrir los ojos, sintió un dolor en todo el cuerpo, como si hubiera sido aplastado por una rueda.

Enseguida, se sentó lentamente y comenzó a preguntarse dónde estaba.

Entonces, recordó que había ido al quinto piso a buscar algunos archivos para su hermana Sara Morales.

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"¿Hola? ¿Cuál es el número de la habitación?"

"Habitación 503. Está bien, lo tengo".

Después de que Julia colgó, se encontró en la entrada de la habitación 511.

Cuando estaba a punto de dirigirse hacia la habitación 503, las luces a su alrededor se apagaron repentinamente y alguien la arrastró dentro de la habitación.

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Julia estaba resfriada y había tomado una pastilla que le había dado Sara, por lo que se sentía un poco somnolienta y mareada.

Después de luchar durante un tiempo, finalmente se recompuso y sintió que había alguien a su lado. Al instante, sus ojos se abrieron completamente y luego percibió que en la habitación había un olor extraño.

Por lo tanto, absolutamente sorprendida, Julia decidió examinarse y descubrió lo que había sucedido.

Realmente estaba tan asustada que se sentía un poco perdida y todo su cuerpo parecía arder. En ese momento, su mente se quedó en blanco y después de permanecer sentada quieta durante menos de un minuto, rápidamente se levantó de la cama y se vistió.

Por lo cierto, se cree que uno puede ocultar sus momentos más débiles en la oscuridad.

Mientras tanto, Julia temblaba descontroladamente, por lo que luego se mordió los labios con fuerza y ​​el intenso dolor la calmó.

Rápidamente, buscó su bolso y su móvil en la oscuridad. Había dos artículos al lado de su teléfono, aunque no pensó demasiado y también los guardó. Luego, salió por la puerta completamente dolorida.

Finalmente, regresó a la villa de la familia Morales en Sierra Blanca.

Bajo una luz nebulosa, vio las marcas en su cuerpo, y se sintió tan asustada que no supo qué hacer.

De hecho, Julia quería entrar tranquilamente a la villa y que nadie se enterara lo que había ocurrido la noche anterior.

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, una voz sonó desde adentro, por lo que su mano se detuvo en el picaporte. ¿Por qué mamá y Sara se habían despertado tan temprano?" Se preguntó .

"Mamá, criaste a Julia durante tantos años. Ahora ella finalmente se ha vuelto útil. El Señor Keith es un hombre lujurioso, solo quiere vírgenes inocentes. Parece que Julia satisface sus gustos. Nunca imaginé que pudiera valer 2 millones de dólares". Sara sonaba como si no estuviera hablando de un ser humano, sino de un artículo en venta.

De inmediato, Linda, su madre, dijo irónicamente, "La crie hasta que se graduó de la universidad. Los esfuerzos de todos esos años hoy han dado sus frutos".

De prisa, Sara dijo: "Si volvemos a encontrarnos con personas como el Señor Keith, podemos enviarles a Julia como regalo. Definitivamente, eso ayudará a impulsar el negocio de la familia Morales. La píldora que le di anoche no fue lo suficientemente fuerte. Ella dijo que estaba resfriada, pero de todos modos pareció funcionar".

Al escuchar la conversación, Julia quedó absolutamente abrumada y devastada.

¿Linda y Sara no eran su verdadera madre y hermana, y habían estado tratando de explotarla durante todos aquellos años?