En la majestuosa sala de reuniones de Cyberdine Trading se estaba celebrando una gran conferencia financiera internacional.

De repente, Theodore Allen, el asistente de comportamiento generalmente sereno, exclamó: "¡Oh, no, un hacker! ¡El Proyecto Apolo ha sido robado!"

Axel Atkinson, el presidente de Cyberdine Trading, que estaba escuchando concentrado los reportes de los equipos principales, desvió la mirada hacia su computadora portátil. Sus ojos se oscurecieron mientras apretaba sus delgados labios. ¿Quién se atrevió a hacerlo?

Se sentía muy enojado. Esto debía tomárselo en serio.

Salió del salón inmediatamente, irrandiando un aura aterradora, seguido por su principal asistente y varios guardaespaldas vestidos de negro.

¡Repentinamente, abandonó la conferencia financiera que había estado preparando cuidadosamente por más de medio año, solo para encontrarse con alguien en un pueblo remoto!

¡Su auto Maybach de edición limitada se dirigía hacia Spring Village!

Apolo era su proyecto más importante para el futuro más cercano.

Cuando el hacker logró entrar a la computadora personal de Axel, no solo robó el plan, sino que también dejó ver su ubicación. Dijo que si Axel quería recuperar el plan, debían conocerse personalmente.

......

En el asiento trasero, Axel lucía tan frío y arrogante como de costumbre.

"Presidente, Spring Village cuenta con un terreno plano y suelo fértil. Sus pobladores se ganan la vida con el cultivo de hierbas, por lo que entiendo que hay pobreza. Ha mejorado solo un poco en los dos últimos años..."

Theodore informó respecto a la situación del pueblo, con abundante sudor en la frente. ¡Después de todo, el Proyecto Apolo estaba relacionado con el futuro de Cyberdine Trading!

Axel se recostó y no habló. Su mirada era penetrante.

......

Dentro del pueblo, a unos mil metros, había un pequeño patio junto a la carretera.

Audrey Bailey estaba secando las hierbas acabadas de limpiar, cuyo leve aroma impregnaba el aire.

Su temperamento era completamente diferente al resto de las mujeres del pueblo. Su bello rostro estaba adornado con un par de ojos como estrellas. Era tan pura que no parecía de este mundo.

Los tulipanes en el campo eran hermosos y brillantes. El cielo azul, las nubes blancas y el aire cálido hacían parecer como si ella hubiera vivido una vida tranquila.

"¡Mami!"

Se oyó una voz infantil. Audrey se dio la vuelta al escucharla y una sonrisa se dibujó en su rostro.

Un par de gemelos de seis años caminaron hacia ella tomados de la mano, con grandes ojos negros como gemas que parpadeaban brillantemente.

"¡Mami! ¡Josie y yo iremos a casa de nuestros amigos a jugar!" La voz de Jordan sonaba clara y fuerte, y sus ojos brillaban.

"Entonces vayan". Audrey acarició con cariño a los niños en sus cabecitas. "Pero recuerden volver a la hora de comer. ¡La primera regla de nuestra familia es no molestar a los demás!"

"OK" Josie vestía una camisa blanca de princesa y pantalones rosa. Su sonrisa era muy linda. "¡Volveremos pronto!"

"¡Buenos bebés!"

¡Los niños se dieron la vuelta y corrieron tomados de la mano!

Mientras miraba a las dos pequeñas figuras alejarse corriendo, una gran sonrisa apareció en los labios de Audrey. La mayor satisfacción de su vida fue haber concebido a esos dos niños.

Después de alejarse, Josie disminuyó la velocidad y preguntó nerviosa: "Jordan, ¿crees que papá vendrá?"

"¡Hackeé su sistema, robé la información más importante de su computadora y deliberadamente, le mostré mi ubicación! ¡Prometo que vendrá!" Jordan se palmeó en su pequeño pecho, luciendo orgulloso.

Josie asintió y optó por creerle a su hermano. "¡Entonces esperemos por él!"

Ambos niños no fueron a casa de sus amigos. Se escondieron detrás de un pino, asomando la mitad de la cabeza en espera de la llegada de su padre.

"Jordan, ¿realmente no vas a poner al tanto a mamá sobre este problema tan grande?" Josie parpadeó con sus grandes ojos de cristal. "Mami se enfadará si se entera".

"¡Si le decimos a mamá ahora, no podremos reconocer a papá!" Jordan tocó la cabecita de su hermana como si fuera un adulto. "Josie, ¿no quieres ver a papá?"

"Claro que quiero..."

"Entonces escúchame. No solo tenemos que reconocerlo, ¡sino también tenemos que hacer que él y mamá se unan! ¡De esta manera, mamá no tendrá que trabajar tanto y podremos tener una familia completa como los otros niños!" Dijo Jordan.

"Bueno, está bien". Josie asintió obedientemente.

No muy lejos, en el patio, Audrey secaba hierbas mientras tarareaba una canción. Estaba de buen humor. ¡Nunca se hubiera imaginado que el hombre del que se había estado escondiendo por siete años sería atraído a su casa hoy por dos pequeños!