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La alarma de mi celular ha sonado a las 5:30 de la madrugada, ¿Por qué carajos había sonado a esa hora si yo la había programado para que sonara a eso de las 6:40 de la mañana?

La respuesta estaba en que anoche me había desvelado hasta la 1:00 de la madrugada viendo películas, no tenía nada de sueño, hoy es mi primer día de trabajo en una de las empresas más importantes del país, una en la que siempre soñé que algún día iba a conseguir trabajo después de haberme graduado de la universidad, y al fin, después de tanto luchar por conseguirlo, ahora es mío el trabajo.

Ahora, soy la asistente comercial del dueño de la empresa, Nick Jonas, y aunque debo admitir que no lo conozco todavía en persona porque quién me entrevistó fue la encargada de recursos humanos de la empresa y no él, me siento muy nerviosa, y de los nervios no pude conseguir que me diera sueño a las 10:35 de la noche como a diario solía ser.

Al costarme tanto quedarme dormida, decidí prender el televisor y ver una película de comedia, le di play a la película, y aunque terminó a eso de la 1:00 de la madrugada, y por andar en esas, me olvidé por completo actualizar mis alarmas en el celular.

Intenté volver a dormirme, pero de igual manera me costó mucho trabajo hacerlo, di una y dos y hasta tres vueltas en la cama con los ojos cerrados después de que actualicé la alarma a que sonara a la hora que debía y nada, no tuve más remedio que ponerme de pie e irme a la cocina.

Lo único bueno de haberme despertado temprano fue que pude hacer mis cosas a tiempo, yo vivo a 20 minutos caminando desde mi casa a la empresa, no me veía en la necesidad de madrugar para irme a coger transporte público, y perder una hora y media en el trayecto de una estación a otra, sin embargo, aproveché que me desperté temprano para hacerme un buen desayuno, disfrutarlo con calma, y hasta para hacer mi almuerzo y llevarlo a la oficina, hoy pensaba comer afuera, pero mientras no pudiera dormir el resto del tiempo que me quedaba para que sonara la nueva alarma, no tuve de otra que ponerme a hacer cosas para mantenerme activa.

Hice café, me serví una taza, mi horario de trabajo sería de 8:00 de la mañana a 7:00 de la noche, ser asistente comercial no es un trabajo fácil, hay que hacer miles de cosas al mismo tiempo, y lo mejor que podía hacer ahora era prepararme un magnifico desayuno, preparé un par de huevos revueltos, puse a freír tocino en el horno, e hice pancakes, al terminar de hacer mi desayuno, serví mi comida, y me senté en el comedor a degustarla mientras que encendí la televisión de la sala para no comer en medio de tanto silencio.

Luego de haber desayuno, me dispuse a preparar mi cena, preparé unos tallarines al wok, era mi comida favorita, y la receta la había aprendido de mi madre cuando cumplí 10 años y ella decidió que con su supervisión podía meterme a la cocina para aprender porque siempre me había gustado mucho cocinar.

Al preparar mi almuerzo, lo empaqué en mis refractarias, y guardé todo en mi lonchera, luego la dejé encima de la mesa para que no se me fuera olvidar, y me fui a mi habitación.

En la tarde del día anterior, mi mejor amiga, Oriana, había venido a mi apartamento para ayudarme a elegir la ropa que usaría para el trabajo, en los anteriores trabajos tuve la posibilidad de que me dieran uniformes, pero en esta no, y quería verme lo mejor presentada posible, y no hacer el ridículo y la burla en la empresa en el primer día de trabajo.

Oriana me escogió una falda negra que su largo no más me llegaba hasta la altura de las rodillas, una camiseta azul celeste de manga corta, y un bleiser negro.

Así mismo, me escogió unas zapatillas negras, y hasta me había comprado un par de medias veladas que combinaran con mi color de piel, sinceramente, era un estilo de ropa del cuál yo no solía usar, pues no me gustaba mucho la ropa de ir a oficina, pero tampoco podía aparecerme en la oficina usando vestidos, jeanes, y hasta blusas de manga corta.

La ropa había quedado colgando de la puerta de mi armario, únicamente tenía que sacar la ropa interior que me iba a poner, así lo hice, dejé mi ropa interior negra encima de la cama, me desnudé dejando la pijama tirada en el suelo, y luego, me fui a mi baño.

Me duché, y salí del baño envuelta en toalla, y justo cuando estaba por ponerme la ropa interior, la llegada de un mensaje de texto me interrumpió.

Me acerco hasta mi nochero, cojo el celular, lo desbloqueo, y me meto a mi WhatsApp para darme cuenta de que le mensaje era de Oriana.

— ¡No te lo vas a creer! ¡Mira lo que acabo de encontrar en redes sociales! — decía el mensaje.

— ¿Qué encontraste? — le pregunté.

Oriana estaba en línea así que su respuesta fue rápida.

El mensaje de respuesta de Oriana fue una foto, una foto de un hombre bastante atractivo, cabello negro, ojos cafés, acuerpado, bien portado y bien vestido, parecía ser un hombre de clase alta, y era joven, quizás estaría de la misma edad mía, tengo 25, él podría estar entre los 25 a los 30 años si era mucho exagerar.

— ¿Quién es él? y ¿Qué tiene que ver conmigo? — le pregunto en respuesta al mensaje de la foto.

— Amiga, date cuenta, es tu nuevo jefe, trabajarás para él a partir de hoy — le responde ella.

Me quedé en shock, pensé que mi nuevo jefe sería un viejo de entre los 50 a los 80 años, más no un hombre joven.

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