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  Katty:

  Tomé un trago de mi martini mientras tomaba el sol en la piscina del carísimo complejo de apartamentos donde vivía ¿Cómo lo pagaba? Pues en realidad mis amantes lo hacían, cabe aclarar que no soy una ramera, más bien los hombres me dan mis gustos para darse uno ellos, miré la hermosa vista de la ciudad ante mí, más allá de la piscina y cerré los ojos, tenía que broncearme. Mi actual amante un abogado con cuatro hijos y una esposa, eso era lo mejor, siempre que venía traía algún regalo y actualmente me pagaba todos mis gustos, sentí desaparecer el sol sobre mí y arrugue el ceño aún sin abrir los ojos, seguramente era uno de estos tios que venían a proponerme cosas todo el tiempo, pero esa era la regla número uno "no meterse con otro mientras tenga ya un amante" abri mis ojos dispuesta a decir las mismas palabras de siempre pero nada salió de mi boca.

  Un hombre de pelo negro recortado de una manera refinada y perfecta estaba parado frente a mí, sus ojos azules me miraban con decisión y por alguna razón estaba muda, recorrí su cuerpo con la mirada, un traje de color azul oscuro cubría sus fuertes brazos, definitivamente era italiano, de una marca reconocida hecho a medida, probablemente costaría alrededor de unos 50.000 dólares, debía medir 1.90 o tal vez más, los zapatos eran también a medida, definitivamente este hombre estaba podrido en dinero, debía ser un Director, probablemente de una empresa de inversiones, estaba sexi como el infierno pero yo tenía una regla que en este momento odiaba, su voz me sacó de mis deducciones.

  —¿Ya terminó su inspección?

  Dijo y pensé —Incluso su vos es sexy y masculina, definitivamente es un director de empresa— me senté en mi tumbona dejándolo ver más de mis impresionantes pechos —mi mejor arma— enfundados en un traje de baño de una sola pieza de color rojo que decía "It is Hot" sobre ellos, una vena en su cuello se movió y supe que le gusto la vista.

  —No estoy interesada, ya tengo a alguien, por favor no vengas.

  Dije con voz fría aunque me moría por dejar a mi actual cuarentón adinerado por este bombón treintañero caliente, me paré y le di la espalda dispuesta a marcharme cuando su voz me dejó paralizada

  —500.000 dólares— Declaró como si nada, —Por dos meses de tu tiempo— Dijo acercándose a mí.

  500.000 dólares sólo para mí era una tentadora oferta pero yo tenía que seguir con mis reglas

  —Lo siento pero no puedo, ya tengo a algien.

  —Eres idiota— dijo la voz en mi cabeza y me dio mil razones para aceptar, la ignoré y caminé dos pasos, luego su voz me detuvo pero esta vez mi boca se quedó abierta ante su propuesta.

  —500.000 dolares, tu propio apartamento a tu nombre, libre de pagos mensuales por supuesto y todas las ventajas de tus amantes.

  La voz de él era como si estuviese realizando una transacción comercial, la mayoría de mis amantes me veían así pero eso era algo que ya había superado, la oferta era realmente buena, pero si me iba a arriesgar preferiría yo negociar.

  —Una casa

  —¿Cómo dices?— Preguntó él y me arrepentí al istante, tal vez solo debería aceptar lo que me daba.

  —Una casa— Repetí esperando su negación.

  —Como quieras, una casa, un coche, todos los beneficios de un amante y 500.000 dolaes por dos meses, ¿hecho?— Dijo y me volví para verlo con su mano extendida, la tomé con una de las mías, con las uñas pintadas de un rojo palo precioso y le dije.

  —Hecho, lo quiero por escrito, deme tiempo para areglar mis negocios— Dije y me marché —siiiiii— gritaba mi mente, por fín tendría mi casa y un coche, podría dejar de vivir así, podría por fin poner mi negocio y ser una mujer normal

  Estaba feliz hasta que mi móvil sonó y el nombre de Freed apareció, respiré profundo y contesté justo cuando me sentaba en el sofá de mi apartamento.

  —Freed, lo siento esto se ha acabado, no me llames más por favor, ya no tienes que seguir pagando mi apartamento— Dije de una vez, estos momentos eran los difíciles, la mayoría solo colgaban, pero Freed no lo hizo.

  —Puta de mierda, ¿ya tienes otro verdad? esto no se acaba hasta que yo te di...

  —Hasta nunca Freed siempre fuiste un patán y ni siquiera eres bueno en la cama sabes— Dije con rabia ante su comentario y colgué sin más, suspire y me resigne al hecho de que tenía que cambiar de móvil, algo que siempre hacía cuando terminaba un negocio, pase las manos por mi cabello y sonreí el hecho de que tendría una casa, para mí era lo que realmente me hacía feliz, me dispuse a tenerlo todo listo por si Freed se atrevía a venir, apagué mi móvil y dije al portero que no dejase entrar a Freed, y entonces me di cuenta de que no sabía nada de mi nuevo amante, ni su nombre, trabajo o número de teléfono, supuse que me contactaría él así que no me preocupé y entonces una pregunta vino a mi mente ¿Cómo le dieron acceso a este edificio?.

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