Home/ Dulce cariño, amor a segunda vista Ongoing
Tuve una aventura de una noche con una belleza, tomándola como mi antídoto, y la hice concebir un par de adorables gemelos.
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En realidad, esperando inquietamente en la oscura suite presidencial, Rozanne no pudo evitar acurrucarse nerviosamente; mientras que, las palabras de Abby Clark seguían resonando intensamente en su mente. 

"Rozanne, es solo una noche, una simple noche con ese hombre y, todos los problemas de la compañía serán resueltos. Dime, lo harás, ¿verdad? Por nuestro padre", le dijo la mujer intentando convencerla.

Al segundo siguiente, Rozanne volvió a recordar las demás palabras que la mujer le dijo: "Como te dije, deberías estar agradecida por esta oportunidad; ya que, esta vez, la suerte está de tu lado, Rozanne. De hecho, si ese hombre no te hubiera solicitado específicamente, yo misma habría ido a su encuentro".

No obstante, al ver que no la había convencido del todo, la mujer utilizó una excusa a la que no se podía negar y, le mencionó con total frialdad: "Pero, si dices que no; entonces, no me importaría echar a tu hermano del hospital. Bueno, Rozanne, su vida está en tus manos y, tú decides qué hacer".

A decir verdad, Rozanne estaba realmente triste y, no podía creer que, un repentino accidente automovilístico se hubiera llevado todo en su vida; pues, no solo le arrebató la vida a su madre, sino que también, su hermano mayor entró en coma. 

De hecho, ya habían pasado tres meses desde aquel accidente y, su hermano no parecía mejorar ni un poco; no obstante, Rozanne tenía muy en claro que, ella no podía cubrir sola los gastos médicos de su hermano. 

Además, ella apenas se había graduado y, no tenía ningún trabajo fijo de dónde conseguir el dinero; sin embargo, sabía muy bien que, si el tratamiento de su hermano se detenía, eso sería realmente…

Justo cuando estaba pensando en ello, la puerta de la habitación se abrió repentinamente y, en la completa oscuridad, solo vio como una figura alta ingresó y se abalanzó instantáneamente sobre ella.

"¡Ah!", gritó Rozanne inmediatamente y, con el rostro totalmente pálido por el miedo que sentía; incluso, a pesar de que trató de escapar de todas las formas, ella no pudo moverse ni un solo milímetro. 

Al estar tan cerca de ella, Rozanne pudo sentir claramente el aliento ardiente del hombre sobre su mejilla y, justo cuando estaba totalmente desprevenida, este le empezó a levantarle la falda sin piedad.

"¡No!", gritó Rozanne totalmente aterrorizada y, con muchas ganas de liberarse de inmediato del agarre del hombre; sin embargo, el miedo invadió tanto su cuerpo que, se quedó completamente paralizada y estado de shock. 

Es más, sin poder evitarlo, un deseo incontrolable y desconocido surgió desde el interior de su cuerpo y, provocó de alguna manera que dejara escapar un leve gemido: "Ah".

En realidad, Rozanne no entendía claramente qué era lo que le pasaba y, por qué sintió ese repentino deseo en su interior; sin embargo, al recordar el café que Abby le dio, supuso inmediatamente que su hipócrita hermana la había dr*gado. 

"¿Qué? ¿No? Entonces, porque siento que lo estás disfrutando bastante", le susurró el hombre con una voz profunda; de hecho, no podía negar que, la mujer frente a él parecía ser realmente de su tipo. 

A decir verdad, la mujer bajó a él tenía una piel realmente suave y delicada, una cintura esbelta fácil de sujetar y, sus gemidos eran completamente seductores; es más, sin ningún perfume barato encima, su aroma natural era simplemente agradable. 

De hecho, tras aquella ligera evaluación, el hombre no dudó ni un solo segundo y, saboreó centímetro a centímetro cada parte de su cuerpo; luego, exclamó muy satisfecho: "Bueno, no está mal". 

No obstante, tras escuchar sus palabras, Rozanne estuvo tan inquieta que, sintió como si aquel hombre la fuera a destrozar sin piedad; es más, sin poder evitarlo, las lágrimas cayeron instantáneamente por sus mejillas. 

En realidad, debido a que le dolía tanto, Rozanne no pudo evitar sollozar tristemente e, inconscientemente exclamó el nombre de su novio: "Byran... ayuda. Por favor... ayúdame". 

Tan pronto como dijo eso, el hombre la agarró fuertemente de la barbilla y, con gran insatisfacción, gritó muy furioso: "Pero que, ¿incluso tienes tiempo para pensar en otros hombres? Dime, ¿acaso estás insinuando que yo no soy suficiente para satisfacerte?". 

Es más, antes de que Rozanne pudiera responder y, sin siquiera dejarla recuperar el aliento, el hombre se apoderó de su cuerpo y, la hizo suya una y otra vez. 

De hecho, Rozanne estaba tan adolorida que, no recordaba claramente cuántas veces aquel hombre la hizo suya; es más, de lo único que se acordaba era de la tenue luz de la habitación y, el chirrido de la cama durante toda la noche.

En realidad, debido a que había gritado demasiado esa noche, Rozanne estaba completamente ronca y afónica; incluso, sus ojos estaban muy hinchados de tanto llorar. 

Luego, cuando aquel hombre finalmente quedó satisfecho y complacido, la mujer perdió por completo el conocimiento. 

......

"¡Ay! ¡Duele tanto!", exclamó la mujer realmente adolorida y, de hecho, sentía como si todo su cuerpo hubiera sido atropellado por un tren; en especial, en su zona íntima. 

De hecho, soportando valientemente todo el dolor que sentía en ese instante, Rozanne apretó con fuerza los dientes y, trató de ponerse en pie lo mejor que pudo. 

En realidad, en ese preciso momento, la habitación estaba un verdadero desastre y, la ropa estaba regada por todas partes; mientras que, a un lado de la cama, aún dormía profundamente aquel hombre que la torturó. 

A decir verdad, con tal de satisfacer a su cliente, a Abby no le importó tenderle aquella trampa a Rozanne; pues, al dr*garla secretamente, la estaba obligando a tener esa aventura de una noche con ese viejo. 

Por su parte, completamente humillada, adolorida y llena de ira, Rozanne recogió su ropa del suelo y, se cambió a toda prisa; es más, sin siquiera molestarse en ver detenidamente a aquel hombre dormido y, sin dudar ni un solo segundo, ella simplemente salió con total rapidez. 

Mientras tanto, después de ver que la mujer dejó apresuradamente la habitación, Abby salió de su escondite y, se paró orgullosamente en la puerta de la suite presidencial. 

Luego, mirando a Rozanne marcharse tristemente, Abby no dudó ni un solo segundo y, de manera burlona, exclamó: "De hecho, si no hubiera estado preocupada porque te retractaras de tu palabra, definitivamente no hubiera gastado ni una sola gota de esa droga contigo". 

Tras decir ello, Abby sonrió orgullosamente y, entró apresuradamente a la habitación; de hecho, no podía negar que, aunque aquel hombre aún no se había despertado, el ambiente estaba totalmente excitado. 

De hecho, como Abby quedó bastante complacida al ver la mancha de sangre en las sábanas de la cama, ella miró en dirección al hombre y, halagó satisfactoriamente: "Jefe, ¿cómo estuvo la noche?". 

Cuando el hombre escuchó aquella repentina voz, él abrió ligeramente los ojos, miró fríamente a Abby y, le dijo: "Dado que, fuiste tú quien me salvó la vida, cumpliré todos tus deseos razonables". 

A decir verdad, como su voz aún tenía un dejo de ronquera y coquetería, eso lo hacía ver mucho más atractivo y s*xy; sin embargo, al ver ligeramente el reflejo de aquella figura, Abby no pudo evitar quedarse completamente aturdida.

De hecho, Abby no podía creer lo que estaba viendo, aquel hombre no solo tenía una figura alta y erguida, sino que su voz era completamente s*xy y c*queta; no obstante, en ese preciso instante, ella no tenía idea de quien era él y, mucho menos, de dónde estaba su verdadero cliente. 

Justo cuando Abby estaba aturdida en sus pensamientos, el hombre encendió repentinamente la luz de la habitación y, dejó a la vista su hermoso y delicado rostro. 

No obstante, al ver el rostro del misterioso hombre, Abby no pudo evitar pensar que, aquel hombre debió ser realmente favorecido por Dios; pues, sus fracciones eran perfectas, sus ojos eran de un azul profundo como el mar y, su temperamento era elegante y noble. 

De hecho, al descubrir que, aquel hombre era realmente de apariencia única y distinguida; Abby no pudo evitar quedarse totalmente sin palabras. 

En realidad, aquel hombre era nada más y nada menos que, Zayden Nelson, el primer conde del país E, vicepresidente de Accenco Group y, quien había aparecido innumerables veces en la televisión. 

Es más, no podía negarse que, Rozanne tuvo realmente mucha suerte; pues, no terminó acostándose con ese viejo, sino con un hombre apuesto como Zayden.

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