Home/ ¡Lo que es mío, nadie me lo puede robar! Ongoing
El billonario está buscando a una mujer a precio muy alto, esta mujer se escapó con su bebé.
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¡Pum!

Nuan Gu despertó al escuchar el sonido de una puerta cerrándose. Entonces, ella se levantó del suelo mientras sacudía la cabeza.

¿No había salido con su hermana a beber algo para celebrar?

Sin embargo, ¿dónde estaba ahora?

Se encontraba en una habitación con el suelo alfombrado. Podía ver a su alrededor unas ventanas cubiertas con cortinas, unos sofás y una araña de cristal colgada del techo.

También podía escuchar el sonido del agua corriendo no muy lejos.

Su hermana le había dado de beber de más y de seguro al verla tan alterada y con sueño, la había traído a una habitación de hotel.

No obstante, ¡parecía ser una suite presidencial!

Nuan se sintió un poco conmovida al pensar en esto. Se puso de pie y caminó con dificultad hacia el sonido del agua. A medida que se acercaba, se iba quitando la ropa.

Después de todo, tenía que bañarse antes de poder dormir bien.

Cuando abrió la puerta del baño, el lugar estaba muy caliente y lleno de vapor. Frente a ella, había un espejo alto en la pared.

A través del vapor, vio una silueta reflejada en el espejo y pensó que era ella. Para su sorpresa, era una figura fuerte, esbelta, de al menos 185 centímetros de altura, pectorales definidos, abdominales perfectos y… entre las piernas…

¿Desde cuándo tenía el cuerpo de un hombre?

 

Nuan se frotó los ojos para ver mejor, pero seguía viéndose así en el supuesto espejo.

Se acercó con el ceño fruncido, incrédula.

Al otro lado del baño, Mojun Li notó a la mujer desnuda que caminaba hacia él e hizo lo mismo.

Había conocido a muchas mujeres que se le acercaban solo por interés, pero nunca se quedaban con él. La mujer frente a él, por otro lado, lucía relajada e inocente. Era la primera vez que conocía a alguien así. La sujetó de la muñeca izquierda y dijo enojado: “¿Quién te envió…?”

No pudo terminar su pregunta porque la mujer extendió su mano para tocar sus partes privadas y preguntó atónita: “¿Qué sucede? ¿Por qué el reflejo se siente tan real?”

 

¡¿Cómo no podía sentirse real?! No era un espejo, ¡sino que había un hombre frente a ella!

Mojun puso una expresión sombría y la sangre comenzó a fluir hacia la parte inferior de su cuerpo. Tiró de la mano de la mujer y sintió una fragancia que emanaba de ella. Era ligera, un poco dulce y con un fuerte rastro a alcohol.

“Vaya, ¿una borracha vino a acosarme?” Pensó él.

Antes de que pudiera saber qué estaba sucediendo en realidad, la mujer sacudió su mano, adolorida por el fuerte agarre.

Era pequeña y estaban muy cerca el uno del otro en este momento.

Mientras tanto, el agua seguía corriendo en medio del baño.

Las gotas de agua tibia salpicaban sobre él, cubriéndolo desde su cabeza hasta sus hombros, bajando por su pecho hasta llegar a la parte inferior de su abdomen definido.

Del mismo modo, la mujer tenía la cabeza cubierta de gotas de agua que bajaban por sus hombros, sus pechos, llegando hasta debajo de su vientre.

Era tan hermosa que él no le encontraba ninguna imperfección. Parecía una muñeca de porcelana.

Su cabello era largo y negro, sus pestañas largas se levantaban en una curva, su nariz era un poco alargada y sus labios rosados estaban un poco separados, como si estuvieran invitándolo a que la besara.

Ella abrió los ojos todavía aturdida, lo miró y dijo: “¿Cómo te atreves? ¿Quién demonios eres? ¡Suéltame!”

¡Él no la soltó!

Al fin y al cabo, ¡esta pequeña diablilla lo había provocado primero!

Mojun esbozó una sonrisa. Se dio la vuelta, la sujetó de las manos y la presionó contra la pared. “Dime, ¿quién demonios crees que soy?”

“¿Eh?” Nuan no entendió la pregunta y seguía un poco confundida. Sin embargo, en comparación con la fría pared en su espalda, el calor frente a ella la había hecho volver un poco en sí.

En medio de su confusión, se dio cuenta de que no podría librarse de este sujeto y comenzó a enojarse.

 

La chica respiró hondo y exclamó irritada: “¡Suéltame! ¡Si no me dejas ir, te obligaré a hacerlo! Soy… Soy más fuerte que tú.”

 

Mojun se quedó perplejo por un momento y su nuez de Adán se movió un poco de arriba hacia abajo.

Era la primera chica que se atrevía a decir que era más fuerte que él.

Vaya, vaya. No era tan solo una pequeña diablilla, sino también una adorable gata salvaje.

 

Soltó sus manos y, en cambio, la tomó de su delgada cintura. Después, se apoyó cerca de su oído y dijo: “Vale, como quieras.”

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