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Han escuchado hablar sobre el tan famoso…

Érase una vez

Si, esa frase trillada que siempre aparece al inicio de los cuentos y las historias que nos leían cuando éramos pequeños, los cuentos fantásticos que nos hacían volar nuestra imaginación y volviéndonos creyentes de los sobrenatural y lo imposible ante la razón humana.

Así es, porque cuando éramos pequeños solíamos ser seres tan inocentes que nos creíamos hasta la mentira mas pequeña que nos contaban, de la misma manera, confiamos que esos cuentos eran reales, que algún día te dirían que vienes de otra galaxia y tu deber es salvar el mundo, que un insecto radiactivo de mordería y que tendrías superpoderes o que algún día podrías ser un viajero del tiempo y cruzar la barrera del espacio y tiempo.

Lo sé, cosas absolutamente locas que te harían estallar la cabeza tan solo verlas como una realidad, pero esos eran en muchos casos nuestros locos pensamientos fantaseos de pequeños. Lamentablemente, la realidad nos golpea cuando crecemos, nos volvemos mas racionales, confiando en lo conocido y temiendo a lo desconocido, creyendo fervientemente que solo lo que nuestros ojos ven físicamente existe y que no pueden existir otros universos y dimensiones; al menos eso es lo que piensa el adulto promedio, el otro porcentaje de adultos están concentrados en ver y desarrollar películas de ciencia ficción y cosas paranormales.

 Me considero como miembro de la parte racionable de los adultos, aunque aun no soy un adulto en su totalidad, apenas tengo 20 años y llevo 2 años en la universidad, mi pasión por los deportes me llevo a estudiar educación deportiva y especializarme en la natación, algunos de mis amigos elogian mi ágil destreza cuando estoy dentro del agua y muchos de ellos me preguntan por que mejor no me concentro en ser una nadadora profesional, y créanme esa fue mi primer interés para mi prometedor futuro, pero, la verdad es que la natación se convirtió en un deporte riesgoso para mi salud, hace un par de años mientras competía en una competencia estudiantil de natación tuve una fuerte lesión en mi hombro lo cual ahora me impide realizar fuertes movimientos de brazo seguidos y es por eso que tuve hacer algunos ajustes en mis proyectos futuros.

Y no es que ahora sea infeliz, he encontrado en la enseñanza una gran forma de estar cerca de lo que me gusta, mis amigos también sienten esa pasión por la enseñanza deportiva. Pero después de ese accidente y mientras yo me concentraba en obtener una buena carrera universitaria, también encontré gran refugio en los libros, en especial aquellos que encontraba en la biblioteca de mi universidad, un lugar amplio, lleno de libros y tranquilo.

Desde que la conocí me he vuelto una fiel asistente en ese lugar, creo que llegue al punto que los administradores de la biblioteca ya se sabían mi nombre y como era mi rostro porque no se sorprendían de verme asistir cada jueves y viernes a la sala de lectura en donde me sentaba en uno de los sillones individuales para perderme durante horas en diversas historias de romance histórico, policiales, historias espaciales y mis favoritas las novelas románticas y con toques de comedia, y aunque, dentro de las instalaciones estaba prohibido comer pero siempre llevaba aperitivos blandos para poder alimentarme mientras no dejaba de leer cada palabra de las cautivantes historias que la biblioteca poseía.

 Y eso me lleva a contarles lo que ocurrió un día, en específico, una noche en la que me había quedado sumergida en los libros después de haber terminado mi semana de exámenes de medio curso, los compañeros de mi curso se iban a reunir para comer carne de cerdo y un par de bebidas en el restaurante cercano al campus, me habían invitado por lo que les dije que iría dos horas mas tarde y ellos prometieron quedarse toda la noche por lo que no fue problema para mi salir del campus a las 9 de la noche.

Para mi fortuna, yo vivía en un departamento compartido con mis dos compañeras así que no habría problema con llegar tarde a casa, mientras iba caminando por las frías calles de la ciudad, las personas se encontraban dentro de los lugares con un techo y otras se encuentran casi corriendo con sus paraguas en la mano, la lluvia se iba intensificando y con ello, se ocupaba en a ser desaparecer a las personas de las calles, yo no había visto las noticias del clima por lo que no había traído ningún paraguas y las tiendas donde las vendían ya se encontraban cerradas.

El cielo oscuro de la noche se iluminaba por ratos con luces semi moradas que aparecían velozmente y todo se llenaba de los estruendosos sonidos que los truenos que estaban localizados sobre toda la ciudad. Me refugie durante unos minutos bajo un el toldo de una tienda de ropas que ahora se encontraba con las puertas cerradas y las luces apagadas, respire un par de veces y me sacudí las gotas de lluvia de mi ropa y mi cabello pero estaba claro que eso era inevitable porque la lluvia estaba empezando a parecerse a una ducha fuertemente abierta, resignada a mojarme por completa y deseando no ganarme un resfriado, salí de mi refugio temporal y empecé a correr bajo la lluvia, levantando gotas de agua de los charcos que ya se habían echo en todo el suelo.

Mientras me aventuraba por llegar rápido al dichoso restaurante de comida, siendo eso mi incentivo para llegar más rápido y calentarme bajo el techo de un restaurante lleno de olor al cerdo cocino y salsas para sazonar. En mi recorrido puedo apreciar el cielo azulado con rayos realmente hipnotizantes y después de ellos el aturdidor sonido de los truenos llenaban mis oídos haciendo estremecerme por completo.

Lo siguiente que sucedió fue demasiado imprevisto, rápido y tan fugaz como Flash al correr una maratón; un fuerte ventarrón lleno mi rostro de mas agua de la lluvia haciendo que cerrará mis ojos por el agua repentina y para evitar caerme tuve que pararme en medio de la calle sin un alma en pena que me haga compañía, froté mis ojos con las palmas de mis manos y pude visualizar una fuerte luz cayendo del cielo para aterrizar en el piso frente a mí, no entendía que era eso pero al instante los supe cuando una de esas luces, a las que reconocí como rayos, cayó sobre mí, haciendo que la corriente eléctrica que transportaba este rayo pasara por todo mi cuerpo haciéndome estremecer por una decima de segundo, y por consecuencia poniendo mi mente en blanco, perdiendo el completo control de mi cuerpo, lo ultimo que recuerdo es ver a mi cuerpo caer hacia el mojado suelo mientras cerraba mis ojos y dejaba que la oscuridad de la inconciencia me envolviera por completo.

...

...

...

Estaba disfrutando de la suave superficie en la que sentía mi cabeza y todo mi cuerpo reposar hasta que escucho el profundo sonido de los pájaros cantando a lo lejano de donde me encontraba, las frescas telas que sentía que envolvían mi cuerpo hacían sentirme ligera, aunque sentía una pesadez en mis ojos y mi boca algo seca. Mi mente se sentía agotada, como si la hubiese esforzado de más, pero las otras partes de mi cuerpo se sentían descansadas y delgadas, escucho el sonido de una puerta abrirse por lo que supongo es una de mis roommate, así decido abrir mis ojos para informarle que estoy despierta, levantando toda la parte superior de mi cuerpo pero al instante me arrepiento de hacerlo porque siento una fuerte punzada en mi cabeza por la clara luz que entraba por las ventanas tras las cortinas, hermosas cortinas de hilo blanco, no recuerdo haber comprado estas cortinas, recorro con mi vista todo el lugar, mi cuarto ya no era más mi dormitorio, parecía haber sido completamente renovado y expandido, lo que antes era mi cuadrado cuarto color lila era ahora una amplia estancia con paredes pintadas de un color crema mientras estaban llenas de adornos y decoraciones que se parecían a oro y algún tipo de bronce, los muebles eran completamente iguales a como mostraban las fotos de los libros de historia que había leído, tan bien trabajados y cuidados, como si fueran cuidados de la manera más apropiada diariamente, mi vista acapara cada objeto del lugar, dejándome cada vez más sorprendida hasta que mis ojos deparan en la puerta que se encuentra semi abierta y delante de esta blanquecina puerta se encuentra una chica con un peculiar uniforme color blanco y negro.

 El rostro de la muchacha, con sus enormes ojos verdes abiertos observándome con una mirada atónita y con la boca abierta mientras se aferraba a una bandeja de lo que parecía ser agua o algo parecido.

-¡Seño- señorita Gaia! - son las primeras palabras que la desconocida muchacha dice- al fin ha despertado! - ella deja la fuente en el piso y se acerca de manera apresurada en hacia la gran cama en la que estoy haciendo que por instinto yo retroceda, pegando mi espalda sobre el respaldar de la cama.

-¿Quién es usted? - le pregunto asustada de que una desconocida este frente a mí.

-¿No…no recuerda nada señorita? - ella levanta su mano para pegarla en mi frente- no tiene fiebre, pero parece que se ha lastimado muy fuerte la cabeza, señorita Gaia.

Yo alejo su mano de mi y la miro con el ceño fruncido.

-¿De qué está hablando? ¿Y por qué me llama señorita Gaia? - me recompongo sentándome en la cama.

-¡Oh no! ¡Ha perdido el conocimiento de su memoria, esto es una desgracia para la familia! - habla de manera asustada arrodillándose delante de mí.

Completamente confundida observo a la muchacha quien había empezado a derramar lagrimas en su rostro, haciéndome sentir como si hubiera hecho algo malo.

-Oye…oye no llores- le trato de decir, pero sus sollozos se oyen más fuertes- basta, para de llorar- hablo con un tono mas fuerte para que me escuche y parece dar resultados porque la muchacha va dejando sus sollozos de lado y se seca las lagrimas con las mangas de mi ropa.

-Lo- lo lamento mucho, es que…señorita Gaia, tenia mucho miedo de que le pasara algo terrible, usted perdió el conocimiento de manera abrupta en medio de su fiesta en el jardín y sus padres están muy preocupados por su salud, ningún doctor sabía que era lo que le había sucedido.

-Espera, espera, frena tu coche, de que estas hablando ¿Cuál fiesta? ¿Y en donde me encuentro?

-Debo llamar al medico para que la revise, usted no se preocupe, quédese en su dormitorio y guarde reposo, enseguida vuelvo- ella se levanta del suelo y hace una reverencia para ir casi corriendo hacia la puerta, pero antes de que la atraviese la detengo agarrándola del brazo.

-Antes de irte ¿dime qué lugar es este? - ella me mira cautelosa y traga un poco de saliva para responderme.

-En su casa, la residencia del Conde y la Condesa de Verkel, sus señores padres, los Lechner.

-¿Los Lechner? ¿Mis padres? – repito confundida, donde he oído ese apellido antes- eso quiere decir que …

-Es usted la señorita Gaia Lechner- me mira confundida- creo que esto es mas serio de lo que pensábamos, debe usted permanecer aquí, por favor, pronto llegara la ayuda.

Sin decir otra cosa ella sale corriendo del dormitorio dejándome sola y con muchas más dudas que respuestas.

¿En donde diantres me he metido?

Trato de poner a trabajar mi cerebro, recordando lo ocurrido el día de ayer, estaba en la biblioteca, luego salí para comer carne de cerdo con mis amigos, la noche estaba lluviosa y cubierta de rayos y truenos…y yo…después…fui… ¿fui golpeada por uno de esos rayos? Eso es siquiera posible y si así fuera ¿Cómo es que estoy viva aun?

Busco algo me sea familiar dentro del dormitorio, pero simplemente nada es mío, todo es tan nuevo, veo un largo espejo de piso decorado en los bordes por lo que parecen ser las decoraciones mas lujosas y detalladas que yo haya visto en mi vida.

Camino hasta colocarme en frente del espejo y recorro el cuerpo que el reflejo del espejo me transmite, un camisón blanco cubre el delgado de mi ahora delgado cuerpo, la piel de mis brazos están clara como la de la leche y realmente me parecían verse muy suave, un fino cuello tiene a su lado unos cabellos de un color tan parecido al de una uva morada y por ultimo mi rostro, que realmente no es el mío sino el de una chica que a mi parecer es muy delicada y refinada con unos ojos azules como la del cielo.

¿Quién es esta chica en el espejo?

¿Y por qué hace los mismos movimientos que yo?

¿Qué diantres está pasando?

Gaia Lechner…

Gaia Lechner… ese nombre se me hace familiar.

Trabajo en mi memoria y lo único que recuerdo de ese apellido es haberlo leído en alguno de los libros que he leído.

Esperen un momento…

Libro….

Novela…claro, la novela…” La flor del príncipe”, en esa novela conocí por primera vez este peculiar apellido, pero eso no responde a mis preguntas de donde me encuentro en específico.

La chica en el espejo se parece mucho a la descripción de…

De Gaia Lechner, la enemiga de mi protagonista favorita, Vesna Lalovic, la chica que se enamora a primera vista del príncipe del reinado de Alois, el lugar en donde se centra la historia de la novela, Gaia estaba obsesionada con el príncipe heredero pero este no la mira para nada porque sus ojos están puestos sobre Vesna a quien conoce la misma noche del baile en el que Gaia le declara su profundo amor al príncipe pero esta es rechazada deliberadamente, desde ahí la historia de Gaia va de mal en peor pues tras su rechazo se obsesiona mas con él, haciendo que su vida se base en lo que pasa con él en todo momento. Llegando al punto de querer cometer asesinado contra la vida de la mujer que tenía enamorado al príncipe heredero, acción que le cuesta la vida tras fallar en uno de sus intentos de acabar con la vida de Vesna, la chica con cabellos morados termina siendo atravesada por la filosa espada del príncipe y muriendo desangrada en un jardín lleno de lavanda.

Si un final trágico y la verdad muy vacío, si piden mi opinión, puedo decirles que sentí que su historia en tomada por menos y la forzaron a volverse una villana.

Un momento…

Si yo me parezco a ella y me llaman como ella…entonces eso quiere decir que…

Me he convertido en, Gaia Lechner, la villana de la novela “La flor del príncipe”.

Significa que voy a morir.

Esto debe ser una horrible pesadilla.



No lo puedo creer.

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