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Para divorciarse de mí, mi marido me envió a la cama de su primo...
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'¿Por qué mi matrimonio termina así?'.

Ese fue lo primero que le pasó por la cabeza a Charlize cuando vio al extraño hombre salir del baño. Ella nunca fue del tipo de persona que creía que cuando una puerta se cerraba, otra se abría, hasta que lo conoció.

Sentía que algo andaba mal en su matrimonio. Su marido la había cortejado apasionada y sinceramente en aquel entonces. Ni siquiera podía esperar a que ella acabara su licenciatura para casarse con ella, que tenía apenas veintiún años en ese momento.

No lograba entender por qué su matrimonio se quedó vacío de amor y de s*xo. Dormían en la misma cama, pero él nunca tenía relaciones se*uales con ella. Sin embargo, todo cambió a partir de esa noche.

Su marido la llevó a un hotel de lujo y ella pensó que el s*xo llegaría a su matrimonio después de tres años. No sospechó que todo era un complot de su amado esposo.

Estaba tumbada de lado en una enorme cama blanca. Estaba dolorida y frágil.

Seguía sintiéndose un poco incómoda y no tenía la memoria clara, pero sabía que su marido le había hecho el amor.

Él no fue delicado, pero, aun así, ella estaba de buen humor y se sentía feliz. Después de tres años de matrimonio, al fin habían tenido relaciones.

Sin embargo, al ver que aquel apuesto hombre en bata de baño no era el que ella conocía desde hacía tres años, entró en pánico.

Antes de que pudiera decir algo, el hombre habló: "¿Por qué sigues aquí?". Su voz fría era toda insatisfacción. Por otra parte, era grave y varonil, lo que la atrajo como un imán.

'Un momento. Este no es Caín‘.

Charlize no salía de su asombro y miró al extraño con incredulidad: "¿Quién eres?".

No lo conocía. Él era un completo desconocido para ella.

"¿Quién diablos eres? ¿Qué haces aquí?". Atemorizada, gritó.

'Caín me trajo, esta es nuestra suite. ¿Cómo era posible que este desconocido estuviera aquí? ¿Dónde está Caín?

Presa del pánico, Charlize agarró la manta y se levantó de la cama rápidamente. Miró atentamente al hombre, que estaba de pie junto a la cama. “¿Cómo entraste? ¿Dónde está mi marido? ¿Dónde está…?".

El hombre era alto y guapo, y sus rasgos eran intensos y fríos. Parecía impaciente. De repente, dio un paso al frente, estiró el brazo y la levantó. Luego, le quitó la manta que envolvía su cuerpo.

"¿Qué deseas?". Su voz era fría y tenía un matiz de desdén.

Vestía una suave bata de baño blanca. Unas gotas de agua descendieron por su cabello corto y húmedo y humedecieron su mejilla, su sexi mandíbula y su pecho.

Ante aquel bombón, Charlize se portaba con timidez. Mientras más tímida se ponía, más se avergonzaba y se enojaba.

"¿Quién te crees que eres? Debiste haber salido de aquí después de tener s*xo conmigo”. La voz del hombre era muy fría, pero clavó los ojos en el delicado cuerpo de Charlize. "Pero... no me importa hacerlo una vez más".

Charlize se quedó en blanco. Ni siquiera prestó atención a lo que el hombre estaba diciendo.

‘¿Así que mi ‘querido’ marido me arrojó a la cama de otro hombre? ¿Caín me engañó? ¿Qué diablos está pasando aquí?'.

Antes de que pudiera reaccionar, fue presionada contra la pared. El hombre se inclinó y acercó su pecho ardiente.

La besó en los labios. Sus labios ardientes invadieron los de ella.

'¿A qué se debía este giro en su vida?'.

Acto seguido, Charlize cayó en la cama como una piedra. Volvió en sí y lo empujó por el pecho, pero eso solo sirvió para excitar más al hombre.

Charlize sintió su avidez y se asustó. La infructuosidad de sus esfueros la enfadó y la puso muy ansiosa.

Tomó una decisión. De repente, levantó la mano derecha y le rodeó el cuello al hombre. Bajó la cabeza y tuvo la iniciativa de intensificar el apasionado beso.

Su impulso sorprendió al hombre, le causó estupor. Entonces, Charlize aprovechó la oportunidad para morderle la punta de la lengua.

La punzada lo obligó a soltarla inmediatamente, estaba rabioso.

Charlize entró en pánico, pero aprovechó la oportunidad para darle un empujón.

Se apresuró a salir de la cama y correr hacia la entrada. Tomó un abrigo que estaba colgado en la puerta y puso pies en polvorosa.

Oyó vagamente al hombre rugirle a su guardaespaldas: "Averigua quién me envió esa mujer".

Ella estaba ansiosa. Después de salir corriendo del hotel, se paró descalza a la orilla de la carretera. Ni siquiera llevaba ropa interior, lo que la hacía sentirse insegura.

Bien envuelta en el abrigo, se encogió y miró nerviosamente a su alrededor. En ese momento, llegó un taxi. Se metió la mano en el bolsillo y encontró una billetera negra Louis Vuitton.

Enseguida la abrió y vio que contenía cinco tarjetas de crédito, pero no dinero en efectivo. Estaba segura de que el hombre era rico y aristocrático.

“No tengo dinero en efectivo. Toma este reloj de bolsillo. Por favor, llévame a López Villa, de la familia Heredia, en el sector oriental de la ciudad…”. Entró al taxi.

En la billetera negra del hombre encontró un reloj de bolsillo de oro, de una manufactura exquisita. Se lo puso al taxista en la mano, ignorando su extraña mirada. "¡Arranca!".

Sentada en el coche, empezó a recordar lo sucedido. A juzgar por las palabras del hombre, él pensaba que ella era una prostituta.

'¿Pero por qué las cosas tomaron ese rumbo?'. Solo vino a comprender cuando el taxi llegó a la villa.

Cuando la vieron entrar, dos sirvientas se apresuraron a dar un paso al frente para detenerla; tenían el temor reflejado en el rostro. “Señora, es muy tarde. Pensamos que es preferible que se quede en el apartamento del centro de la ciudad…”.

Al verles el semblante, Charlize supo que algo andaba mal. Las ignoró y fue directamente al dormitorio principal, en el segundo piso.

Acababa de subir las escaleras cuando oyó el gemido de un hombre y una mujer, a quienes ella conocía.

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