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Con solo una noche ardiente impresioné a mi apuesto director general, luego me siguió buscando durante 3 años…
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La noche frente al mar era fascinante, la suave brisa que soplaba delicadamente, ingresó por la ventana entreabierta del auto y agitó con suavidad el pelo de Sandy Su, como si estuviera provocando el deseo de aquel hombre.

“Woo…”, resopló levemente Sandy, quien no pudo decir nada más, pues sintió los delgados labios de aquel hombre sobre los suyos. Ella había caído rendida ante el encanto de él y, aunque sabía que esto no era lo correcto, ninguno de los dos pudo resistirse al deseo mutuo que sentían; además, estaban bajo el efecto del vino.

Después del beso, el hombre la atrajo con fuerza contra el asiento y mirando fijamente la mejilla de Sandy, acarició suavemente sus labios; sin embargo, cuando sus miradas se encontraron entre sí, parecía que luchaban con algo internamente, una lucha contra sus deseos.

El ambiente en el auto era cada vez más apasionado, había una extraña pero atractiva sensación que provocó que Sandy cayera rendida en los brazos de aquel hombre; incluso, en su mente, solo podía pensar en ese hombre, en el encantador, dominante y fuerte aliento que tenía. Luego, mientras se acomodaba en el auto, suplicó en voz baja: "Por favor, hazme tuya".

Después de escuchar ello, el hombre sonrió misteriosamente y la silueta de su cara se vio tan brillante en la oscuridad. Al ver al encantador hombre que tenía frente suyo, Sandy quedó sorprendida, pues no entendía como un asistente de aparcamiento podía ser tan guapo.

En ese instante, la "guerra" en aquel auto acababa de comenzar; pero, como el dolor era insoportable, Sandy lo agarró con fuerza del hombro y no pudo evitar gritar: "¡Ay, duele!".

Después de escuchar esas palabras que hicieron eco en su auto, el hombre se quedó un poco sorprendido, se detuvo inesperadamente y, mientras se agarraba del asiento del coche, le dijo: "¿Esta es tu primera vez?".

__

Ocho horas antes.

Sandy estaba parada frente al hotel que se encontraba cerca al mar de Windermere y donde se iba a realizar una boda. Durante mucho tiempo, ella estuvo reflexionando si entrar o no, después de todo, la pareja de novios de aquella boda no le envió una invitación y era seguro que no era bienvenida a la boda de su ex novio y su mejor amiga; sin embargo, decidió entrar al hotel, aunque eso fuera una humillación.

En una de las habitaciones del hotel, la maquilladora se encontraba ayudando a Flora Xia a arreglarse. Ella estaba frente al espejo, era muy hermosa e impresionante y tenía una mirada coqueta en sus ojos; mientras que a su lado, Sean Xu la estaba mirando amorosamente y le dijo: "Flora, estás muy hermosa hoy. Es un honor para mí casarme contigo".

Al escuchar ello, Flora sonrió encantadoramente y guiñándole un ojo al hombre, le dijo: "¿Por qué no vas al salón y saludas a nuestros invitados?".

Después de escucharla, el hombre se puso de pie y caminó hacia Flora; luego, mientras acariciaba su hombro, le dijo: "¿Cómo me puedo ir a otro lugar si la belleza está en esta habitación?"

Flora sonrió delicadamente y bromeándose, le dijo: “Eres muy molesto. Hay otras personas aquí, también”.

Cuando terminaron de hablar, Sandy se paró vergonzosamente frente a la puerta y miró directamente a la cariñosa pareja. Al verla, Sean y Flora cambiaron su expresión de inmediato, parecían realmente disgustados y mirándola como si fuera un verdadero monstruo, le dijeron al unísono: "¿Por qué estás aquí?".

Después de verlos, Sandy estaba muy molesta y les dijo: "Si no hubiera sido por mí, ¿acaso ustedes se podrían casar en un lugar como este? Creo que soy su casamentera después de todo, y entiendo que no me invitaran, pero ¿por qué me evitan?".

Al escuchar las palabras de Sandy, la expresión de Flora cambió completamente, se puso de pie muy furiosa y señalando a la mujer, le dijo: "Sandy, no esperaba que fueras tan malvada. Incluso, quieres arruinar mi boda".

Sandy se encogió de hombros y respondió sarcásticamente: "¿Qué hablas? ¿Cuándo dije que la iba a arruinar?" De hecho, ella no pudo evitar ir a verlos, tal vez, porque pensaba que podría ser como una destrucción para los dos; además, esas personas le habían destruido toda su vida y, en ese momento, ella no hizo nada.

Después de escucharla, Sean dio un paso adelante y le dijo: "Bueno, si realmente no quieres causar problemas, vete de aquí ahora mismo. No entiendes que no queremos verte, mucho menos en este día tan especial para nosotros".

Cuando escuchó esas palabras de los labios de aquel hombre, Sandy sintió que todo eso era ridículo, y solo se limitó a mirar al hombre de enfrente, que una vez le dijo que no se casaría con nadie más que con ella. Luego, mirando el rostro aturdido de Sean, sin dudarlo, le preguntó: "¿Qué pasa? Ahora, ¿te sientes incómodo incluso cuando me miras?".

Flora estaba completamente furiosa y como no le agradaba nada de lo que estaba pasando, se acercó hasta Sandy y la abofeteó con tanta fuerza que la mujer quedo atónita. Luego, le dijo: "¡Vete de este hotel ahora mismo! No permitiré que nadie arruine nuestra felicidad y, si es necesario, usaré todo lo que tengo para proteger este amor".

La cachetada fue tan fuerte que Sandy cubrió rápidamente su mejilla sonrojada con su mano y le dijo: "No lo estás protegiendo. ¡Lo estás robando!". Sandy no aguantó más esa situación, de hecho, había soportado en silencio por tanto tiempo hasta que explotó y pudo decirle sus verdades: "Un año… te tomó un año acercarte a mí, solo para robarme a mi novio. No conforme con eso, me mentiste diciendo que querías trabajar conmigo, pero solo buscabas plagiar mi trabajo y luego culparme. ¿No estás satisfecha? Ahora, mi novio se ha convertido en tu marido y mi trabajo también se ha convertido en el tuyo; incluso, me acusan de plagio y me prohibieron trabajar en este campo. ¿Qué es lo que pasa? ¿Estás satisfecha, Flora?”. Sandy nunca había pensado que su mejor amiga pisotearía sin piedad el camino de su vida, pero así fue.

Antes de que Flora pudiera responder, Sean dio un paso adelante y la empujó fuera de la habitación; luego, le dijo: "No digas esas tonterías. Si te atreves a difamar a Flora de nuevo, no me culpes por cómo te trate".

A decir verdad, en ese momento, Sandy pudo conocer verdaderamente como era aquel hombre. La había empujado con tanta fuerza, que ella se tambaleó y cayó al suelo inesperadamente; y, aunque su tobillo le dolía, su dignidad la hizo ponerse de pie, ni siquiera le importó el dolor que sentía, solo se enfocó y miró fijamente a las dos personas frente a ella. Mientras tanto, Flora corrió hacia Sean, fingiendo estar herida y llorando desconsoladamente con delicadeza, a pesar de que ella estaba completamente bien.

Después de ponerse de pie, Sandy respiró hondo y finalmente les dijo: "No creo que alguien pueda destruir su felicidad, pues la p*rra y el diablo vivirán juntos para siempre". Después de decir ello, Sandy se fue a toda prisa, aunque todavía pudo escuchar las maldiciones detrás de ella, diciendo que estaba completamente loca. Y, como no quería estar ni un minuto más en ese lugar, prefirió bajar por las escaleras.

De hecho, Sandy no prestó atención al lugar al que se dirigía, solo se dio cuenta, cuando estuvo en el estacionamiento subterráneo. Las luces en aquel lugar eran tenues y ella estaba entrando en pánico pues tenía una pequeña fobia a la oscuridad; sin embargo, al notar vagamente que un conductor uniformado buscaba entre los autos y ni bien notó la luz encendida de un auto lujoso, corrió rápidamente hacia su lado.

Cuando el asistente del estacionamiento notó la presencia de la mujer, frunció el ceño seriamente, de hecho, era como si estuviera muy alerta a las personas que se le acercaban; además, ya estaba de mal humor, pero al verse perturbado, se sintió aún más infeliz y dijo seriamente: "Aléjate de mi auto".

Sandy tampoco se sentía muy bien y, en el momento que el hombre abrió la puerta del auto, ella se apresuró en abrir la puerta del pasajero y se sentó cómodamente; luego, le dijo irónicamente: "¿Este es tu auto? Pero solo eres un asistente de estacionamiento".

Al escuchar sus palabras, Vincent Fu la miró seriamente, nadie se había atrevido a desafiarlo así, pero, esta mujer era diferente.

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