N. S:

Narra Samuel

　　¿Qué es lo que está pasando? Fue lo primero que pensé. No entendía que me había sucedido, ¿Dónde estoy? Me pregunté a mi mismo, ya que no tenía la más mínima idea de donde me encontraba, ni como había llegado aquí.

　　Mi vista se dirigía a todas las direcciones posibles, estaba confundido, todo estaba oscuro, apenas y podía ver la palma de mi mano, de repente vi una luz y empecé a correr hacía ella, no sabía sinceramente a donde me llevaría, pero para serte sincero no me importaba mucho, sólo quería salir de la oscuridad, tenía miedo, no lo iba a negar pues eso era lo de menos, supongo.

　　De repente sentí como mi cuerpo caía al suelo, mi trastero impacto con este y la razón era porque había chocado con algo o mejor dicho alguien, alce mi vista encontrándome con un chico, al parecer él era responsable de mi caída, en los segundos que lo miré, note que tenía el pelo color negro, tenía unos ojos ligeramente rasgados, era algo alto y también vi que tenía algo en su oreja izquierda, era algo brillante, desconocía lo que era pero se le veía bien y su cuerpo en mi opinión era perfecto, cintura algo delgada y una gran espalda, el chico sonrió mientras me miraba y era una sonrisa hermosa, me sonroje aúnque no entiendo el porqué. El chico extendió su mano para ayudar a levantarme, yo la tome y sentí algo extraño cuando toque su mano, era como una pequeña descarga eléctrica que recorrió mi cuerpo completamente en un par de segundos, mi sonrojo aún no desaparecía y el chico mantenía su sonrisa, yo al estár de pie me arreglé y sacudí la ropa, él sólo me veía lo que me causó sonrojarme más.

　　Chico: creo que deberías tener más cuidado, Samuel — dijo de una forma tranquila sin dejar de sonreír, a mí a decir verdad me dejó sorprendido ¿cómo es posible esto? Ese es mi nombre pensé ya que yo no sabía quién era, no lo conocía, y un chico tan lindo no podría olvidarlo, creo que debería controlar mis pensamientos.

　　Yo: ¿cómo sabes mi nombre? — dije y se me había hecho dificultarte decirlo.

　　Chico: ay Samuel, yo sé el nombre de todos — dijo con una sonrisa de lado — ¿en serio no sabes quién soy? — pregunto con el ceño fruncido, no sabía que decirle, ¿acaso ya nos conocíamos? Sólo logre negar con la cabeza, confundido, sonrió de nuevo divertido y suspiro — veamos Samuel, ya es algo tarde y creo que no descubrirás quien soy así que nos vemos luego — dicho esto dio media vuelta y antes de que diera un pasó lo tome del antebrazo.

　　Yo: no, no, perdóname, si ya nos conocemos lo siento, no logró recordarte, tu sabes quién soy ¿cierto? — le pregunté al chico seriamente y él sólo me veía confundido y asíntió — entonces ayúdame, estoy confundido, no sé ni dónde estoy, ¿me ayudarías por favor? — le dije algo nervioso por su respuestá.

　　Chico: mira Samuel, vamos a mi casa, porque sé que les sucede a las personas como tu cuando les explicó las cosas — dijo tranquilamente y no sé cómo fue posible, pero me confundió más ¿a qué se refería con "las persona como tú"? Pregunté en mi cabeza ya que las palabras no salían y ahora mi cabeza se estaba llenando de preguntas — ¡hey! — escuché como el chico casí gritaba, parecía molesto.

　　Yo: dime — dije volviendo a la realidad y mirándolo, tenía el ceño fruncido y sus brazos cruzados.

　　Chico: ¿vas a seguir haciendo preguntas en tu cabeza o me vas a acompañar? — pregunto en tono molesto y yo suspiré.

　　Yo: discúlpame en serio, es que estoy muy confundido — dije algo triste, el chico sólo rodó los ojos y empezó a caminar en una dirección desconocida, sólo para mi obviamente, yo simplemente me dediqué a seguirlo, permanecí detrás de él y me quedé callado.

　　.

　　.

　　.

　　Después de no sé cuánto tiempo, el chico al fin se detuvo, estabamos frente a una casa algo grande, era de dos pisos, con un jardín bastante bonito, lleno de pasto y flores, era agradable el ambiente que emanaba de la casa.

　　Chico: ¿te vas a quedar ahí con la boca abierta o vas a pasar? — dijo mientras abría la puerta de la valla que rodeaba la casa.

　　Yo: si, si perdón — dije algo sonrojado ya que el chico sonreía mientras me miraba.

　　Chico: eres más extraño que los demás — dijo mientras reía un poco y sinceramente me contagió sin dificultad, aúnque se estuviera riendo de mi, lo cual no importaba mucho.

　　Entramos a la casa después de haber cerrado la puerta de la valla y caminar por un camino de piedra que llevaba justo a la puerta, al entrar note que era algo sencilla pero muy mona, tenía piso de madera al parecer era roble, sus paredes eran de color café claro, tipo chocolate, era acogedor el lugar, no tenía muchos muebles y en el living había un juego de sofás color negro de piel, justo en el centro había una mesita con las bases o patas de color obscuro y un cristal encima para poner lo que gustase.

　　Yo: está muy mona tu casa — dije mientras veía a todas partes, viendo con detalle cada pedazo de la casa, el chico estaba sentado en uno de los sofás y sólo me miraba con ternura, era raro que me viera así, me pregunto qué pensará cuando me mira.

　　Chico: pues muchas gracias, toma asíento por favor — dijo mientras señalaba un espacio a su lado, yo sólo tomé asíento en silencio y lo miré esperando a que hablará — primero dime... ¿qué recuerdas antes de toparte conmigo? — pregunto con el ceño fruncido — Ósea lo que hayas visto, escuchado, alguna información — dijo seriamente.

　　Yo: pues...— miraba el suelo mientras intentaba recordar — no recuerdo mucho en realidad, recuerdo que mi nombre es Samuel, que tengo 26 años —cuando intente pensar en algo más me empezó a doler mucho mi cabeza – ¡agh! — dolía cada vez más — luego recuerdo...oscuridad — dije y sentía como si mi cabeza fuera a explotar, aúnque no lo creía posible.

　　Chico: hey tranquilo — sentí como ponía su mano en uno de mis hombros, fije mi vista en él y el dolor desapareció, parecía preocupado mientras me veía — los recuerdos duelen, pero no te esfuerces demásiado, ya que es básicamente imposible que recuerdes mucho — dijo tranquilamente y yo fruncí el ceño.

　　Yo: es que odio que no pueda recordar — dije mientras me tapaba la cara con las manos y suspiraba.

　　Chico: sólo relájate, de hecho creo que recuerdas más, comparando con los demás que no sabían ni su nombre — dijo y yo voltee a verlo confundido, ya que otra vez no sabía a qué se refería.

　　Yo: ¿a qué te refieres con los demás? — le pregunté mientras lo miraba, él sólo dio un suspiro pesadamente y se levantó del sofá.

　　Chico: tal vez lo que te diga te va a sorprender, pero es la verdad y es necesario para que recuerdes todo — yo sólo fruncí el ceño otra vez, no deje de mirarlo y espere a que siguiera hablando — estámos en el mundo de los mortales y tu amigo mío eres un ángel caído — dijo cruzándose de brazos.

　　Yo: ¿qué? — pregunté sorprendido al escuchar eso, mis ojos estaban abiertos de la sorpresa.

　　Chico: lo que escuchaste, a ti te corrieron del paraíso por haber pecado — dijo y yo me levanté para tomarlo de los hombros, pero en cuanto me levanté la oscuridad me volvió a rodear...