Que vida de mierda!

　　Mi cumpleaños 200. Todos en la manada festejan felices porque se dice que por cada 100 años, las manadas sin Luna son bendecidas con la aparición de la misma, pero yo no tengo esperanzas ya las he perdido todas.

　　Todas las noches que estoy en libre Cina viene a verme y calma mi apetito carnal. Ella es una loba muy hermosa y sexy, me gustaría que fuera mi Luna y sé que ella también lo desea, su Loba se lo pide a Rox.

　　Rox, el se enoja cada vez que estoy con Cina. Se queja diciendo que no es lo correcto, pero bien que disfruta del momento y se queda callado y tranquilo al final aunque no dure mucho y luego vuelve a enojarse... arrg maldición!

　　¿Porque Mi Diosa Luna? Acaso no fue suficiente castigo la muerte de mis padres. Sabes que no podía hacer nada, era un cachorro.

　　— ¡Oh Mi Diosa Luna apiádate de mi manada ya que de mi no lo harás! Ellos no merecen sufrir. Concede una Luna o permíteme ceder el poder. — dije entre susurros mirando a la Luna.

　　Me adentro en el bosque tratando de buscar paz.

　　Solo tengo 3 opciones:

　　Conseguir a mi Luna, lo cual es casi imposible, ya han pasado 200 años y aun nada.

　　Convertir a una loba en mi Luna aunque no sea la que se me ha otorgado por La Diosa Luna.

　　O ceder mi poder a mi Beta.

　　¿Qué haré? ¡Maldita sea! Es que acaso no merezco un poco de felicidad. Tener hijos, cachorros. Y la manada, mi manada, aunque están seguros no son del todo felices, tantas pérdidas, mujeres tristes. Carajo, tengo que hacer algo. Necesito a Mi Luna y la necesito ya.