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Le rogué al papá de mi hijo que donara su médula ósea a mi esposo...
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La lavanda empezaba a florecer, y su aroma puro y fragante flotaba en el aire.

Mientras soplaba la ventisca nocturna, las flores se mecían como olas en un profundo mar morado. 

Belinda Sweetin encendió la linterna de su teléfono para ver el camino, mientras se dirigía a la pequeña casa blanca. El viento era muy frío, y ella solo vestía un camisón de algodón blanco sin mangas, con un par de pantuflas de conejo. 

Se abrazó para mantenerse caliente, y se emocionó al ver la pequeña casa cerca. Pero al segundo siguiente, alguien se acercó a ella desde el costado, y le agarró el hombro con fuerza. La palma de la mano que la tocó parecía arder. 

"¡Ahhh!", Belinda gritó del susto. Al mismo tiempo, el teléfono cayó entre las flores, y la luz de la linterna se hizo más y más tenue, hasta desaparecer. 

Al momento siguiente, sintió que la atraían hacia el pecho ardiente y musculoso de un hombre.

"¡Quiero que duermas contigo! Solo una noche. Te pagaré mil yuanes", vociferó el hombre. 

Al escuchar su lujuriosa voz, pudo percatarse de su fuerte deseo s*xual. 

Su corazón latía con fuerza, pero antes de que pudiera reaccionar, empezó a sentir un mareo que la hizo tambalearse. Se dio cuenta de que el extraño la había empujado entre las flores.

"¡No! ¡No soy la persona a la que buscas! ¡Te estás equivocando!", luchó con desesperación.

"Ah... Incluso te frotas contra mí… ¿Acaso no puedes esperar? Buena chica…", le susurró. Dejando en claro sus malas intenciones. Al mismo tiempo, ya había metido la mano en su camisón blanco con volados. 

"¡Suéltame! ¡B*stardo!", luchó ella. 

Pero descubrió que el hombre, alto y erguido, la sostenía con una fuerza que no podía igualar. 

Se asustó y abrió los ojos como platos. Intentó mirarlo, pero solo pudo ver su prominente perfil. Su lujuriosa y entusiasmada mirada parecía ser mucho más brillante que las estrellas del firmamento. 

Luchó desesperada. Pero como si fuera un pequeño conejo bajo las garras de un águila, era inútil. 

Sintió un dolor punzante, y luego un abrumador beso le impidió gritar para pedir ayuda. El suave aroma del vino tinto, acompañado de su fragancia corporal, colmaron sus labios mientras la besaba con avidez. Deslizó su lengua dentro de su prístina boca, sintiendo su dulzura.

Un tiempo después, la seductora y ronca voz del hombre volvió a sonar muy cerca de su oído: "Eres tan dulce… Que te parece un millón de yuanes más, y lo hacemos de vuelta, ¿eh?"

"¡B*stardo! ¡Te mataré! Uh...", intentó rechazarlo. 

Ese odioso hombre… ¿Cómo se atrevía a hacer algo tan demoniaco en un lugar tan cándido?

Cuando el viento mermó, se pudo ver el blanco vestido de la joven manchado con el barro de la plantación. Sucia y yaciendo entre las fragrantes flores moradas, manchada con un aura de erotismo, se veía como un ángel caído.

Purple Town era famosa por sus enormes plantaciones de lavanda. Varias producciones se habían grabado allí, convirtiéndola en una meca cinematográfica. 

Hacía poco tiempo, Wilson Walter, un director de fama internacional, había ido a filmar una gran película con los mejores actores y actrices. El director se había encaprichado con Belinda, quien había vuelto a casa durante las vacaciones la universidad. Le gustó tanto que hasta le dio un importante papel secundario.

Ella no esperaba que al escuchar la noticia, su hermana menor, Jovana Sweetin se enfureciera. Como consecuencia, la sacó de la casa con engaños durante la media noche. Luego, cerró la puerta y la dejó en la intemperie. Por mucho que lo intentó, Belinda no pudo abrir la puerta. Sus padres la escucharon pedir auxilio, pero no la ayudaron. 

El hombre jadeaba, su aliento caliente se cernía sobre sus oídos. En ese momento, recordó las palabras de Jovana…

«Eres tan bonita, que el director se encaprichó contigo a primera vista. Debes haberte acostado con él, ¿no es así? ¿Qué haces aquí? ¿No es más cómodo dormir en un hotel cinco estrellas con el director? No te abriré la puerta. ¡Lárgate!» 

Como Belinda no tenía a dónde ir, solo le quedó meterse a un pequeño observatorio para evitar el frío viento nocturno. Sin embargo, no esperaba encontrarse con una situación tan horrible…

Ante la traición de su familia y el despiadado ataque s*xual de un extraño, no pudo evitar llorar. Y sus lágrimas regaron las flores moradas que yacían a sus pies. 

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