About
Table of Contents
Comments

— ¡Eres una cualquiera que se anda revolcando con todo lo que se te cruce por enfrente! ¿Acaso no tienes un poco de vergüenza por ti misma?

—¿Pero de qué hablas José Luis? —Yo nada más te tengo a ti.

—Jajaja, haré que pagues tus engaños, además de que tu familia ases¡nó a mis padres, tú te atreves a faltarme el respeto al acostarte con otro hombre siendo mi esposa. ¡Qué descaro!

..............

— Amiga levántate de esa cama y ponte guapa porque nos vamos de rumba. —Me dice mi amiga Yeni mediante una llamada telefónica.

— ¡Ay no! hoy no iré porque no tengo nada de ganas de salir y mucho menos a una fiesta. —Le respondo, y es cierto que en este momento no tengo ánimos ni para moverme en la cama y mucho menos para ir a bailar.

— Clara Isabel Mejía, te ordeno que te levantes de esa maldita cama en este mismo momento. Ya llevas una semana completa guardándole luto a esa idiota de Francisco, ya es tiempo de que retomes tu vida y vuelves a ser la chica que por todo sonreía. — Me reclama con enojo, mi amiga. Francisco es mi novio, bueno, hasta esta semana que pasó lo era, porque ahora ya no lo somos. Ahora solo somos dos personas desconocidas, porque ni siquiera nos hablamos, ya que nuestra relación no terminó del todo bien.

— Tienes razón amiga, ya no tiene caso derramar una lágrima más por ese malnacido de mi ex. Y sí, es un completo maldito, porque me fue infiel con su prima cuando éramos novios. Sí, así como se los cuento, con su propia prima lo encontré teniendo relaciones sexuales aquí en el sofá de nuestro apartamento, bueno mejor dicho en mi apartamento porque a mí me lo heredó mi padre antes de fallecer.

— Esa es la actitud amiga mía, ponte guapa que en unos minutos pasaremos por ti, mi hermano y yo.

— ¿A dónde iremos hoy?

— A casa de la novia de mi hermano, su hermana mayor está de cumpleaños y sus padres andan de viaje entonces harán una fiesta, y dijo que allá nos quiere ver y que de paso le ayudemos a cuidar a mi hermano para que ninguna gata en celo se le acerque.

José Luis Casanova

Estoy en mi oficina en dónde hasta hace unos momentos tenía una visita por parte de la fiscalía del Estado, ya que hace unos días denunciamos a un empleado por robo y ellos andan buscándome para que les diga lo que quiero que hagan con el muchacho.

— Hey hermano, hoy habrá una fiesta en casa de la amiga de mi hermana y ella nos mandó a decir que nosotros también estamos invitados. Tú sabes que nosotros somos los que le ponemos el sazón a las fiestas. —Me dice Alberto, él es mi amigo desde la infancia y ahora que ya somos adultos seguimos siendo los mejores amigos.

— No mi hermano, sabes muy bien que para esta fecha es el aniversario de muerte de mis padres y no me gusta ir a fiestas porque me parece que estoy alegre por su muerte.

— ¡Ay José Luis, tu como siempre de aburrido! Mira no es que sea un mal amigo o que no me duela la muerte de tus padres, pero creo que ya es tiempo de que los dejes descansar en paz. Ya han pasado varios años de ese suceso y tú todavía estás encerrado en tu dolor. Yo te juro que tus padres estarían felices si te vieran disfrutar de la vida. Pero no, tú lo único que haces es f0llarte a cada mujer que se te pasa por delante y luego las desechas como una simple basur4. —Me dice Alberto, levantándose de la silla en donde estaba sentado hace un momento y lo hace en señal de indignación por lo pendejo que soy.

— Tú también haces lo mismo con las mujeres, Alberto. Así es que no me vengas a reclamar o a dar cátedra por ello. —Lo digo sonriendo en mi defensa, aunque sé que él tiene toda la razón en sermonearme de esa forma, pero yo solo lo quiero molestar.

— Bueno lo acepto, también yo soy así. Pero ves, que por lo menos te hice sonreír, vamos anímate.

— Y qué quieres que haga si no tengo ganas de ir. —Le respondo haciendo como si estoy enfadado con él.

— Vamos hombre, me imagino que allí van a andar de las morritas que nos encantan. —Me comenta él, con una sonrisa pícara. —Y entonces ahí si me dan ganas de ir, porque a mí que me hablen de mujeres, soy el primero en estar en la fila para entrar.

—Ese es mi amigo del alma. —Comenta Alberto, dando palmadas en mi espalda.

Llegamos a la dichosa fiesta y todo se ve súper bien, hay cantidad de chicas pero hasta el momento ninguna de ellas llama mi atención. Mi amigo al parecer también está igual de aburrido que mí, porque no ha salido a bailar con ninguna chica de las que hay en la fiesta y aquí sigue conmigo, sentado, acompañándome a beber un trago en la barra que hay improvisada.

— ¡Oye, José Luis! yo creo que mejor te hubiera hecho caso de quedarnos en la casa durmiendo, esta fiesta está de lo más aburrido que puede haber. —Dice mi amigo, ya medio tomado y quién al parecer ahora está arrepentido de haber venido.

— Si quieres, vayámonos mejor. —Le propongo, total no estamos haciendo nada aquí.

— Sí, será mejor.

— ¡Oh, no!

— ¿Qué pasa?

— Espera José Luis, mira los semejantes bombones que vienen entrando a la fiesta, creo que mejor me quedaré, vete tu solo si quieres, porque mi diversión ya llegó-. —Yo volteo a ver a las famosas bellezas que él menciona y me quedo embobado al ver quiénes son las que vienen llegando. Una de ellas es nada más y nada menos que la chica a la que tanto he querido tener cerca para enamorarla, y creo que esta es la oportunidad perfecta para intentarlo y con suerte lo logre.

— Hola chicas, ¿podemos acompañarles? —Les habla mi amigo coquetamente cuando nos acercamos a ellas.

— Hola par de guapos. —Respondió la chica que viene acompañando a la chica que yo le tengo puesto el ojo.

— Gracias, pero nosotras no necesitamos de su compañía. —Habló la chica que es mi objetivo, y en ese momento creí haber perdido tan esperada oportunidad para acercarme a ella.

You may also like

Download APP for Free Reading

novelcat google down novelcat ios down